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"Hay todavía un rugbier suelto": por qué no declaró "Pipo" y los tres puntos negros en la investigación por el crimen de Fernando

Se cumplieron cuatro meses del asesinato del joven de 18 años. Cómo sigue la causa, cuando será elevada a juicio y qué pasó con el rugbier que "escapó" de la Justicia.

por Manuela Fernandez Mendy

19 Mayo de 2020 09:33
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"Hay un rugbier que todavía sigue suelto". La afirmación, casi salida de un policial negro, será el disparador de la "segunda etapa" en la investigación por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado en enero en Villa Gesell a la salida del boliche Le Brique. Con la etapa de instrucción penal suspendida por la pandemia de coronavirus, la causa atraviesa una meseta judicial y las partes ya dan por descontado que el juicio, cuyo inicio se había estimado para finales del 2020, llegará recién el año que viene. Las pericias que faltan y la situación procesal de "Pipo", el joven que aparece en todos los videos del ataque, pero del que se sabe poco y nada.

Fernando fue asesinado en la madrugada del sábado 18 de enero. Cinco horas más tarde, efectivos policiales allanaban la cabaña en la que se alojaba el grupo de jóvenes -sindicado por los testigos como el bloque agresor- y procedieron a la detención de los diez imputados. Ya en ese momento se hablaba del "rugbier número once" y la pista culminó con la detención de Pablo Ventura, un joven de 21 años también oriundo de Zárate, a quien luego se supo los rugbiers "tenían de punto" desde hacía años.

Ventura permaneció cuatro días detenido y fue liberado el 21 de enero por la noche, después de que la Fiscal de la causa, Verónica Zamboni, constatara que en efecto el joven se encontraba en su ciudad a la hora del asesinato y que nada tenía que ver con la investigación. ¿Quién incriminó al joven remero? ¿Por qué lo involucraron en el crimen? "Lo que no se pudo determinar fue cuál de los diez imputados mencionó su nombre, pero sí que alguno de ellos lo hizo al momento de la detención", confirmó a BigBang Fabián Améndola, abogado del bufete de Fernando Burlando.

Lo que en un principio se tomó como una "broma de mal gusto", con el correr de las semanas dio lugar al inicio de una nueva hipótesis: la posibilidad de que uno de los participantes del ataque haya logrado escapar esa madrugada en auto antes de que llegara la Policía, tal como testificó uno de los vecinos del complejo. Después de tomar el caso, Burlando le dio a su equipo una instrucción clara: "Vayan a Villa Gesell y consigan todas las pruebas necesarias". 

La Fiscal, la querella y la defensa de los diez imputados accedieron al material registrado por las cámaras de seguridad de los locales cercanos a la escena del crimen. Las imágenes no sólo permitieron reconstruir todos los movimientos del grupo antes y después del crimen, sino que introdujeron a un nuevo sospechoso: el famoso "Pipo", del que poco y nada se sabe. El joven aparece en las grabaciones que se hicieron durante el ataque, así como también se lo puede ver en el "festejo grupal" que realizaron los imputados a la vuelta del boliche.

Los momentos en los que aparece el rugbier número 11

Se lo ve durante el ataque en los videos registrados por los testigos. Se encontró con los diez imputados a la vuelta de Le Brique tras dejar a Fernando inconsciente. Participó de la selfie grupal que los imputados se sacaron 20 minutos después del asesinato. Se lo ve en el local de comidas rápidas junto a Lucas Pertossi y Máximo Thomsen. Blas Cinali aseguró que volvió con él a la casa que alquilaban a las seis de la mañana."A los padres de Fernando les tengo que dar una respuesta clara y seria. Esto tiene que ser investigado y se tiene que identificar quién es. Saber si tuvo alguna participación o no. Este chico estaba con ellos, como Guarino y Milanesi. Vamos a llegar a él sea quien sea, se llame como se llama", confió en su momento Burlando a BigBang. El hallazgo de las cámaras de seguridad y la identificación del joven sucedió a mediados de febrero. Sin embargo, nunca fue llamado a declarar, ni forma parte de la investigación de la fiscal.

¿Por qué nadie lo citó? "Nosotros tenemos al menos un joven más identificado, con nombre y apellido. Es el famoso 'Pipo'. Ya le enviamos todo a la fiscal para que investigue su participación", aclaró Améndola, al tiempo que recordó: "Nunca fue citado a declarar, ni se presentó de manera espontánea como se dijo. Ese fue otro joven, un amigo de los imputados". El abogado hace alusión a "Salvi", otro de los nombres que figuran en el expediente. 

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La aparición del sindicado como "número once" coincidió con el análisis de los más de 200 mensajes que los imputados intercambiaron durante la madrugada del crimen. De las conversaciones del grupo de WhatsApp que habían armado para las vacaciones se desprende la aparición de Salvador, un joven de 20 años que de acuerdo a lo que pudo confirmar BigBang tenía pensado viajar a Villa Gesell junto a sus amigos, pero se bajó a último momento.

De acuerdo al fallo firmado por la fiscal, Salvador formaba parte del grupo de WhatsApp "LosDelBoca3" que integraban los diez imputados, bajo el apodo de "Salvi". Su número, en efecto, figura en el expediente. La confusión se generó después de que se desclasificara el chat enviado por Matías Benicelli en el que a las 6.07 de la mañana del crimen le recriminó a sus amigos que habían roto el "pacto de silencio", dado que acababa de recibir un mensaje de un tal "Santino" preguntando por la pelea.

"Están preguntando los otros pibes si nos peleamos. Santino preguntó qué onda que nos peleamos. Son re loros. Dejen de flashear". Por ese entonces, ya regía el "pacto de silencio" ordenado por mensaje nada más y nada menos que por Lucas Pertossi, el dueño del teléfono celular que grabó toda la agresión a Fernando. Para la fiscal, "Salvi" y Santino son la misma persona. Para la defensa de la familia de Fernando, no está probado.

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En efecto, Salvador se presentó el miércoles 12 de febrero a declarar ante la Fiscalía y se pudo corroborar que se encontraba en Mar del Plata al momento del crimen. Quedó descartado. Su única vinculación con el viaje es un correo electrónico enviado por Enzo Comelli el dos de octubre en el que le avisa a la dueña de la cabaña de Gesell que habían alquilado para hospedarse en enero que uno de los chicos que figuraban en el contrato "no viajaba" por "problemas familiares".

La sospecha en torno al "otro rugbier" la sembró el propio Blas Cinalli, quien a las 05.59 de la madrugada -es decir 14 minutos después del asesinato de Báez Sosa-, escribió al grupo: "Ya volvimos con 'Pipo'". Este sería el apodo del joven que aparece en todas las grabaciones de las cámaras de seguridad y que, hasta la fecha, no fue citado a declarar. No figura como miembro del chat de WhatsApp, pero estuvo presente en toda la secuencia del crimen. "Pusimos a disposición de la Fiscalía toda la información que tenemos sobre él para que sea investigado como corresponde", refuerza Améndola.

Las pericias que podrían complicar la situación de Guarino y Milanesi, los "rugbiers" liberados por falta de pruebas

El diez de febrero, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino fueron liberados de la cárcel de Dolores tras doce días de detención. La decisión fue tomada por la fiscal, quien solicitó el cese de su detención preventiva, aunque ratificó la medida para el resto de los ocho imputados. ¿El motivo? La carga probatoria en su contra no fue lo suficientemente fuerte para sostener la detención, aunque siguen ligados al expediente y están siendo investigados. No fueron sobreseídos como Ventura.

Para los abogados de la familia de Fernando, el ataque fue en bloque y reclaman desde entonces la prisión preventiva tanto para Milanesi, como para Guarino. Los abogados aguardan los resultados de las pericias de ADN de las muestras que se encontraron en las uñas de la víctima. "Fernando tenía piel debajo de sus uñas y eso está siendo cotejado", destacó Améndola, al tiempo que recordó que el examen médico de Milanesi al momento de su detención presentaba "escoriaciones lineales en tres dedos de la mano derecha y en la zona dorsal, lesiones compatibles con arañazos".

La pericia se llevó adelante por el Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de Junín, pero no se concluyó. "Todos los tiempos se demoraron por la pandemia", reconoce Améndola. El resultado parcial confirmó la presencia de material genético de Blas Cinalli debajo de las uñas de la víctima, así como también que el 70 por ciento de las prendas de vestir de los imputados -secuestradas al momento de su detención- tenía restos de sangre pertenecientes a Fernando.

En caso de que la pericia confirme la presencia de sangre de la víctima en la ropa de Milanesi y de Guarino, su situación procesal podría volver a equipararse con la del resto de sus amigos y deberán aguardar en prisión la elevación a juicio de la causa.

Mientras los rugbiers buscan la domiciliaria, Burlando va por el agravante de "homicidio por placer"

"Las otras dos pericias que todavía no se realizaron son las psicológicas y psiquiátricas", advierte Améndola. En efecto, estaba previsto que se realizaran entre el 13 y 24 de abril en la Asesoría Pericial de La Plata, pero la Justicia determinó que se llevarán adelante una vez finalizada la cuarentena, para evitar desplazamientos y el posible contagio de alguno de los imputados.

Ambas pericias son aguardadas con expectativa por todas las partes. Mientras Tomei busca utilizarlas para reanudar su pedido de prisiones domiciliarias -hasta ahora sistemáticamente negado-, desde el estudio de Burlando creen que será el "as bajo la manga" para poder sumar el agravamente de "homicidio por placer".

"Hasta ahora, la causa tiene dos agravantes: premeditación y alevosía. El 'homicidio por placer' es el tercer agravante que solicitamos. Alguna vez me preguntaron por qué buscábamos más agravantes, si ya hay dos. Bueno, la respuesta es simple: hay que probarlas en el juicio. Creo que la alevosía es la más fuerte, pero queremos llegar a la última instancia con todas", anticipa Améndola.

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