17 Enero de 2023 09:28
Eran poco más de las 19. Fernando Burlando y todo su equipo de abogados salían del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores luego de escuchar el testimonio "espontáneo" de Máximo Thomsen, uno de los ocho acusados de matar brutalmente a golpes a Fernando Báez Sosa el 18 de enero del 2020 en Villa Gesell. "Quiero pedir disculpas. Principalmente porque jamás se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien", había dicho el rugbier minutos antes.
La audiencia del lunes se había demorado poco más de dos horas porque el mediático abogado se quedó varado en la Ruta 2 y cerca de las nueve de la mañana todos comenzaron a preguntarse: "¿En dónde están Burlando y los padres de Fernando?". El problema fue el lógico recambio de quincena propio de enero, un mes donde la gran mayoría elige descansar y hacerse una escapada a la Costa Atlántica.
Con los ánimos exaltados, entre empujones en la salida, un transeúnte que desde la mañana estaba por la zona de los Tribunales buscando llamar la atención por una causa en la que estaría implicado, intentó dialogar con Burlando de una forma provocadora y ansiosa, sin respetar el espacio físico del letrado y sus colegas, que se iban por la calle Julio Zarantonello.
Según su testimonio, su intención era abordar al mediático abogado, pero las agresiones verbales comenzaron cuando dijo que todo lo que hacían por la víctima del homicidio era "por dinero". Algo que exasperó por completo a parte del equipo de abogados que representan a María Graciela Sosa y Silvino Báez, los padres de Fernando.
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"Es mi opinión, Burlando", lanzó enseguida el hombre que filmaba todo con su celular, en un estado que parecía fuera de sí, y transmitía toda la secuencia aparentemente a través de su cuenta de Instagram. "¿Por qué me rodean?", le preguntaba a los policías que intentaban proteger a quienes estaban ahí de un potencial ataque. "Soy un ciudadano", sumó el agresor.La paciencia de quienes estaban en la caminata con Burlando y su bufé, comenzaba a agotarse. Y más para quienes habían presenciado el confuso comportamiento de esta persona. "Loco, volá", se escuchaba que le gritaban.
La incomodidad del abogado era evidente y el increpador se animó a dirigirse a él directamente. "Algún ciudadano te lo tiene que decir, mirá cómo te vas. ¿Por qué no te quedás a conversar conmigo?", cuestionaba.La respuesta no se hizo esperar y fue de lo más elocuente, en el marco de las agotadoras y maratónicas audiencias que se vienen repitiendo desde hace algunas semanas. "Porque no nos da el tiempo", le explicaba Burlando, mientras uno de los letrados que es parte de su estudio intentaba dialogar con el desbordado señor.
"Me agarraste del cuello y de la nuca", le recordó el hombre. Eso no amedrentó al letrado, que había tenido una iniciativa similar a la que se lo acusa y lo confesó: "Yo te agarre". "Soy un ciudadano de la República Argentina. ¿Y ustedes qué tienen para decir? Es la verdad", continuaba su ataque el increpador.
La situación generó que el socio de Burlando no aguante más la hostilidad recibida y que frene a contestarle los constantes ataques que hacía media cuadra venían recibiendo. "¿Sabés qué tengo para decir? Que todo lo pagamos nosotros. ¿Sabés qué tengo que decir, estúpido? Que a la familia la defendemos nosotros. A vos te pagaron, tarado. La re concha de tu madre", disparó el letrado, cansado de la persecución que venía sufriendo junto a sus colegas.
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El enigmático hombre que filmaba todo con su celular, pareció perder fuerza ante la acusación de que era él quien estaba haciendo este escándalo por dinero, y lo único que atinó a contestar fue un tímido "que te recontra". Aunque esto no había terminado para el abogado que defendió a su socio, quien se había quedado gritándole a su atacante y llorando, sobrepasado por la situación. "¿O te pensás que lloro porque tengo ganas?", exclamaba, acongojado.
El momento que se llevó la atención de todos no pasó desapercibido para Burlando, quien lo esperó a su colega unos metros más adelante y lo contuvo con un fuerte abrazo que se vio como una recompensa sentida tras los ataques que había recibido junto a su colega. "¿Qué pasa? No llores", decía el mediático abogado, mientras palmeaba la espalda de su compañero y otro colega más de su equipo se acercaba a transmitir su consuelo.
Este martes, Burlando sostuvo que pedirá "perpetua" para todos los acusados. "Desde el 2017 que se modificó la ley para este tipo de delitos y ahora es para toda la vida. Puede cambiar y cualquier persona que haya cometido este tipo de delitos puede aspirar a una libertad condicional recién a los 35 años de cumplida la pena. La reparación para la familia es que la Justicia haga lo que tiene que hacer, aunque la condena para los padres de Fernando es para toda la vida”, dijo.