Como en tantos otros casos ocurridos en el interior, puede tratarse de una pelea desigual con los llamados “hijos del poder”. Detrás del caso de Micaela, la nena de 13 años abusada en una fiesta privada en Tandil, se sospecha que hay familiares de dirigentes políticos de aquella ciudad, dijeron allegados a la familia de la víctima.
La familia de Micaela está en desacuerdo con la investigación a cargo del fiscal Gustavo Morey y por eso convocan a una marcha para reclamar el esclarecimiento del caso, para el martes 14, a las 9, a la puerta de la fiscalía.
Puede ser que los vínculos políticos de los organizadores de la fiesta, creen en la familia de la adolescente, lleve a los investigadores a creer en la versión que dieron los testigos vinculados con quienes convocaron a través de redes sociales a la fiesta en una chacra situada en las afueras de Tandil.
El abogado de la familia de la menor, Maximiliano Orsini, presentó hoy un escrito en la fiscalía a cargo de Morey en el que reclama que se tomen diferentes medidas, además de cuestionar la orientación de la investigación del caso desde que comenzó a intervenir la justicia por la denuncia de los médicos sobre un posible abuso sexual.
“La base de la investigación es preguntarle a la Fiscalía si leyó la historia clínica. si los médicos dicen que hay abuso sexual, con sangrado anal y vaginal y edema en el himen, entiendo que no hay consentimiento”, explicó el abogado.
La tesis de la fiscalía es Micaela tuvo “relaciones sexuales consentidas”. Pero el mismo Código Penal castiga las relaciones sexuales entre menores de 16 y adultos porque se considera que carecen de la suficiente madurez emocional.
Según dijo Karen, un de las primas de Micaela que estuvo con ella el día de la fiesta, ella pegado onda con un chico llamados Lucas.
-En la fiscalía dicen que ellos tuvieron sexo durante la fiesta, en un cuarto que estaba arriba.
-Eso es mentira. Nosotras éramos seis y Magalí siempre estuvo con nosotros. Nunca se fue para arriba.
El tal Lucas, dijo el abogado, declaró como testigo en la causa y habría admitido que mantuvo relaciones con la menor, aunque su argumento fue que no sabía que se trataba de una menor y que no fue una violación porque ella quiso acostarse con él.
“Nosotras nos íbamos y él la vino a buscar para pedirle que se quedara. Nosotras pensamos que iba a estar todo bien, sino no la hubiéramos dejado. Después no sabemos qué pasó. Pero ella estaba sola y había como diez pibes”, agregó Karen.
Para el abogado Orsini hay varias irregularidades en la investigación. Por ejemplo, en la historia clínica consta que le dieron la ropa de la menor a sus padres, cuando en realidad las prendas se las habría llevado la policía. Tampoco la menor habría sido revisada por un médico forense.
Quien sostuvo que las lesiones vaginales y anales que tenía la menor eran consecuencia de una posible violación, fue el médico ginecólogo que estaba de guardia, aseguró el letrado que representa a la familia de la menor. Ese diagnóstico fue corroborado por otro médico, según consta en la historia clínica que fue incorporada por el abogado en el expediente.
Hasta ahora Magalí no declaró. Se encuentra internada en un hospital de Mar del Plata. Pero durante el fin de semana, habría dicho “todos me violaron”, y se quiso quitar la sonda en un momento en que recobró el conocimiento.
Esto habría sido relatado por una enfermera a la madre de la menor, cuando fue a verla en el horario de visitas. La mujer estaba acompañada por una amiga, con lo cual serían dos personas las que escucharon el mismo relato. El dato es importante porque la enfermera luego no habría querido ratificar sus dichos.
Después de la fiesta, Magalí fue embestida por una camioneta Mercedes Benz cuando caminaba por la ruta junto a un joven de 25 años, quien fue él que las invitó a la fiesta. La familia cree que fue atropellada adrede, pero la fiscalía separa el accidente del abuso.