El horror no entraba en los ojos de los oficiales a cargo del operativo. Nadie podía creer que fuera real. En la mañana del lunes, un empresario chino y su pareja fueron detenidos durante un operativo llevado a cabo entre la Policía Ecológica y las direcciones de Control Comunal, Ambiental, Asistencia Crítica y Atención a la Victima de la Municipalidad de Lanús clausuraron una recicladora de plástico y rescataron a varias personas que eran obligadas a realizar trabajo esclavo.
Durante la inspección, los agentes dieron con una escalera “secreta” que daba hacia un subsuelo. Cuando bajaron, encontraron a cuatro personas que estaban encerrados en una jaula. Al ser consultados sobre su estado de salud, las personas dijeron que estaban bien y que ellos mismos se habían encerrado para esconderse de los inspectores. En ese punto, cuando les dijeron que abrieran la jaula, confirmaron que no la tenían y el encargado debió entregar la llave.
Fue ahí que dieron aviso a la Policía de la Provincia que detuvieron a Haili Zhuang, un empresario chino de 52 años y su pareja por reducción a la servidumbre y trata de personas con fines de explotación laboral. Según consta en el Boletín Oficial, Zhuang es el presidente de la firma llamada Geoland S.A., desde 2006, en donde se encuentra la planta de residuos, en la calle Héroes de Malvinas al 2700, en Lanús. En tanto, su pareja es socia principal de la sociedad. La empresa tiene deudas por varios cientos de miles de pesos por cheques rechazados.
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La causa quedó a cargo de la UFI N°6 del fiscal Martín Rodríguez. La investigación había comenzado por actividades vinculadas a la contaminación de la zona. Pero más tarde, revelaron que se trataba de una red de trata de personas que eran enviadas en avión desde Santiago del Estero hasta el municipio de Lanús.
Tras el rescate de 12 personas y la clausura del lugar, los investigadores dieron con hallazgos espeluznantes. Luego de hablar con las personas esclavizadas, encontraron varios ambientes utilizados como “habitaciones” y afirmaron que en ese lugar la “patrona” los dejaba dormir. También constataron que existía un sector de cocina y comedor y baños, que estaban en estado deplorables de higiene y con instalaciones eléctricas muy peligrosas. El lugar era utilizado tanto por los hombres como por las mujeres. Había tres inodoros en funcionamiento y dos rotos, varias duchas y un solo lavamanos.
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En tanto, en el acta informaron: “En la planta superior se encuentra el sector de cocina-comedor donde no se observa las condiciones adecuadas, y en la misma planta se encuentran dos habitaciones de unos cinco metros por cinco metros en donde se observan seis camas y en las otras siete camas notándose situación de hacinamiento”.
Lo increíble es que en la entrada del lugar, en donde solían recibir a los clientes, había cuatro altares. En uno de ellos había fotos de un perro y en un recipiente las cenizas de un cadáver. Según las personas esclavizadas, eran de un perro que había pertenecido a los dueños y decidieron homenajearlo en ese lugar.
Los empleados no tenían cobertura médica, ni aportes realizados. Cobraban entre 60 mil y 110 mil pesos por mes y trabajaban nueve horas por día. Luego repartían su tiempo de descanso dentro de la fábrica. Por estas horas, los dueños se encuentran detenidos en la comisaría 3° de Lanús. También se investiga porque tenían objetos con simbología nazi.