04 Agosto de 2023 14:04
“Lo sedaron e intentaron abusar sexualmente de él”, contó desbordado el padre de un nene de 10 años al que secuestraron e intentaron violar. Es que nunca imaginaban que la vida les iba a cambiar rotundamente: su hijo fue encontrado en un descampado con “sus manos atadas con una bolsa de nylon y una remera en la boca”, según contó una vecina.
El niño fue inmediatamente hospitalizado y se encuentra fuera de peligro. Según datos policiales, fue él mismo quien contó lo que le había sucedido: volvía de jugar al fútbol en una canchita cerca de su casa en Loma Alta (provincia de Corrientes), cuando alguien le puso un trapo en la nariz que lo hizo desvanecer... nada más recuerda.
Como la víctima no volvía a su casa, sus padres empezaron una ardua búsqueda que duró alrededor de dos horas hasta que una vecina dio con él. Se intuye que los agresores no pudieron concretar el horror porque todo el barrio se movilizó para encontrarlo.
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El padre dio más detalles y son escalofriantes: “Mi hijo está hospitalizado, ahora se encuentra bien pero lo drogaron, estuvo aproximadamente media hora sin reaccionar, hasta que pudieron reanimarlo. Por ahora no sabemos qué le suministraron para dormirlo. Cuando lo encontraron estaba completamente inconsciente. Estamos esperando que le den el alta”.
El niño está fuera de peligro, pero el cuerpo médico confirmó que tenía señales de intento de abuso sexual. En una entrevista, el padre relató: “Quisieron abusar de él, pero no pudieron porque el barrio estaba convulsionado con la desaparición”.
La fuerza popular que salvó al niño fue la misma que encontró a los supuestos agresores, dos jóvenes de 18 y 19 años, que se escondieron para no ser linchados por la multitud enfurecida que fue a buscarlos. “Fueron horas de terror hasta que lo encontramos”, comentó su padre que tuvo que ver a su hijo internado en el hospital pediátrico Juan Pablo II.
“Los vecinos explotaron y reaccionaron porque mi hijo es un chico muy querido en el barrio. Los sospechosos están libres todavía y no sabemos en qué momento piensan detenerlos”, contó.
La intersección de las calles Cirilo Blanco y Milán se convirtió en un peligrosísimo infierno porque allí se habrían alojado los agresores. Indignados, los vecinos quemaron pastizales, tiraron piedras y hasta destruyeron ventanas y puertas.
Dada las circunstancias, la Policía actuó reprimiendo a los manifestantes con balas de goma. Ahora, con el niño a salvo, la causa quedó en manos de Andrea González, la fiscal de turno que deberá investigar hasta el final este espantoso caso.