El domingo 25 de febrero, Camila Borda salió de su casa para ir a comprar hasta el kiosco pero nunca más regresó. Su familia y los vecinos de Junín decidieron salir a buscarla por el barrio y, unas pocas horas después, la encontraron muerta dentro de la bañera de José Carlos Varela.
Por el hecho, el casero quedó detenido y, días después, confesó ante el fiscal de la causa que había visto a la niña de 11 años en el parque de su vivienda, aunque luego de eso, ya no recordaba nada más.
El fiscal de la causa, Sergio Terrón, explicó que tras su detención, Varela hizo "una declaración parcializada" en los tribunales de Junín, a donde admitió que estuvo cerca de la nena el día de su muerte.
"Manifestó que al mediodía salió a darle de comer al perro. Dijo que en la cercanía del animal ve a la niña y que a partir de allí no se acuerda más nada. Tuvo una amnesia selectiva tratando de buscar alguna inimputabilidad psiquiátrica", dijo Terrón y, por último, agregó: "Creo que es una persona lúcida, que sabe perfectamente lo que hizo y por eso intentó ocultar lo que había hecho".