28 Diciembre de 2021 16:02
Un remisero fue víctima de un ataque terrible en la previa de la Nochebuena. El hombre de 70 años había decidido trabajar en la víspera de Navidad y se sumó al turno nocturno. La madrugada había sido bastante trabajo y decidió hacer el último viaje. Debía trasladar a dos hombres hasta el Barrio Santa Rosa de Lima. No sabía que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
Cuando estaba listos para llegar a destino, uno de los hombres que viajaba en el asiento trasero rompió la mampara, lo tomó del cuello y le dijo que entregara la recaudación. El hombre lo hizo. También le dio su teléfono celular. No quería que le hicieran daño. Por eso les dio todos los objetos de valor. Pero, sin ningún sentido, el delincuente lo apuñaló en el ojo. Después de eso, lo hicieron bajar del auto y lo patearon en la cabeza. Una verdadera locura.
En una entrevista, y aún shockeado por las heridas, el remisero, llamado Pedro Cufré, relató: “Eran tipo 6.30 de la mañana del 24 cuando recibo el viaje de Remicoop para un cliente domiciliado en Colón al 2700. Suben dos hombres de unos 30 años y me dicen que vaya a Brown y 248”.
Y continuó sobre el robo en el que perdió el ojo: “Hasta ahí todo normal, charlando pavadas y cuando llego al lugar, me hacen entrar por 248, por el terreno lindero con la Facultad. Cuando me indican la casa, siento un ruido y ahí fue cuando me rompieron la mampara. Me agarran del cuello, pidiendo la plata y le entrego todo. Cuando me suelta, me clava un puñal en el ojo”.
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El hombre debió ser asistido por unos vecinos porque había sido apuñalado, perdía sangre desde el globo ocular y además había sido golpeado en la cabeza. Los ladrones se habían llevado el auto y no tenía forma de comunicarse con la Policía, ni podía pedir una ambulancia.
Sobre lo que ocurrió cuando lo bajaron del auto y se percató que no podía ver de su ojo derecho, Cufré relató: “Cuando le doy el celular, me tira al piso y me empieza a dar patadas en la cabeza, en la espalda, riñones y piernas, mientras estaba todo ensangrentado por la herida del ojo”.
Y agregó: “Me dejaron deshecho. Y luego se llevaron el auto, un Chevrolet Prisma blanco LTZ, que luego encontraron todo quemado en la Herradura”.
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Tras una internación en donde fue sometido a una cirugía y le confirmaron que no iba a recuperar la vista, y luego de que el auto apareciera quemado en el barrio Santa Rosa de Lima, el remisero denunció a la agencia en donde trabajaba: “Tirado en el suelo, empiezo a los gritos a pedir auxilio y un grupo de vecinos, especialmente una señora, me metió en su casa y me ayudó a limpiarme las heridas”.
Y continuó con su relato: “Pido un teléfono y me comunico con Remicoop, para pedirles que le avisen al titular del auto y que manden la policía y una ambulancia. Pero no hicieron nada. Tres días después vino el titular de la licencia y me dijo que `porqué no había tocado el botón antipánico´. ¡Cómo podía hacerlo si me madrugaron y me clavaron un puñal en el ojo!”.
Para finalizar, Cufré dijo, resignado y aún conmovido por la pérdida de uno de sus ojos: “La verdad es que estuve casi 7 años trabajando ahí como chofer. Y la respuesta de Remicoop es dejarme tirado. Ni seguro médico me dijeron que me podían poner. No sé como voy a pagar los gastos médicos. Alguien me va a tener que compensar”.