Claudia Ayala, la joven madre de Benjamín, el niño de dos años hallado el lunes asesinado en un descampado de la localidad balnearia bonaerense de Ostende, se negó hoy a declarar y a que le extraigan muestras de su ADN y quedó detenida por el crimen de su hijo.
Tras negarse a prestar declaración indagatoria ante el fiscal descentralizado de Pinamar, Juan Pablo Calderón, la mujer quedó detenida e imputada del delito de "homicidio calificado por el vínculo", que tiene una pena prevista de prisión perpetua.
Esta tarde se supo además que el nene de dos años fue asesinado a golpes en la nuca, informaron fuentes de la investigación, pese a que en principio se había dicho que había sido asfixiado.
La autopsia practicada en la Asesoría Pericial de La Plata determinó que la muerte se produjo por "traumatismo en base de cráneo con pérdida de masa encefálica", mientras que las mutilaciones que sufrió el cuerpo fueron producidas "post mortem" por perros.
El cuerpo tenía un buzo atado al cuello, pero según los forenses la presión de esa ropa no fue suficiente para causar la muerte por asfixia, como trascendió en un primer momento. También se conoció que el cuerpo del nene fue encontrado a unos 60 metros de la casa donde vivía Ayala y se especulaba con que podría haberlo matado dentro de la vivienda.
Ayala había acusado del crimen a Leonardo Aguilera, quien permaneció demorado hasta que fue liberado. La mujer dijo que Aguilera era el padre del niño.
Después de ser excarcelado Aguilera aseguró que no es el padre del menor y tampoco conoce a la madre de la víctima, pese a haber estado detenido por el caso.
"No encuentro explicación a todo lo que pasó. No sé quién es esta chica, ni quién es el padre de la criatura", indicó. Además, aseguró: "Quiero limpiar mi nombre, tuve muchos problemas por esta mujer".
"Mataron a un angelito, es complicado, yo entiendo porque tengo hijos, no me gustaría que me pase. Esto se va a aclarar de una forma u otra, y hasta que no se aclare todo no voy a parar", indicó.