Una escena de crueldad y abandono absoluto sacudió al barrio porteño de Villa Luro. Veinte perros de raza schnauzer miniatura fueron rescatados de un criadero ilegal donde eran mantenidos en condiciones desalmadas, enjaulados, sin comida ni agua, sometidos al hacinamiento y, en algunos casos, a prácticas aberrantes como el corte de cuerdas vocales y la explotación sexual sistemática.
El operativo fue llevado adelante por la Policía de la Ciudad, junto al Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) y bajo las órdenes de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), a cargo del fiscal Carlos Rolero Santurian. Todo comenzó por la valiente denuncia de una vecina que advirtió el constante movimiento en una vivienda de la calle Yerbal al 6000, donde se comercializaban cachorros por redes sociales a precios que superaban el millón de pesos por ejemplar.
La postal que encontraron los efectivos y veterinarios al ingresar fue desgarradora. De los 20 animales rescatados, 14 eran hembras -cuatro de ellas preñadas-, dos eran machos y cuatro eran cachorros. Todos vivían entre sus propios excrementos, sin higiene, sin alimento ni agua, encerrados en jaulas oxidadas y expuestos a un entorno asfixiante. Los recipientes de comida y agua estaban podridos, y el olor era irrespirable. Pero lo más grave no fue sólo la negligencia: los peritajes veterinarios confirmaron que varios de los animales presentaban signos de intervenciones crueles, especialmente los cachorros, que habrían sido sometidos al corte de cuerdas vocales para silenciarlos. También se investiga la explotación reproductiva sistemática de las hembras como una forma de mantener activa la maquinaria de producción y venta.
El valor de mercado de todos los perros supera los 24 millones de pesos, pero ningún número alcanza para dimensionar el nivel de violencia y deshumanización que sufrieron. El criadero fue clausurado de inmediato, y se labraron actas por ejercicio económico no autorizado y tenencia irregular de animales vivos. El fiscal Rolero imputó al responsable del lugar por el delito de actos de crueldad animal, contemplado en el artículo 3 inciso 7° de la Ley Nacional N° 14.346, además de violaciones al Código Penal en materia de sanidad animal. El acusado enfrentará cargos que podrían derivar en sanciones penales, aunque el daño ya está hecho.
Los perros, luego de ser evaluados por médicos veterinarios, fueron entregados a ONGs y rescatistas que colaboraron en el operativo. Ahora comienza para ellos un largo proceso de recuperación física y emocional, lejos del infierno en el que vivían.