Una valija manchada con sangre, pero sin nada adentro. Un balde con restos humanos en una bolsa negra, en el baúl del auto. La policía detuvo a un escribano de Morón cuando descartaba el cadáver de un hombre descuartizado en la ribera del río Luján, a media cuadra de la famosa basílica. La virgen debe estar muy triste. Había masa encefálica suelta al borde del río y el documento de un hombre que no era el escribano en la guantera del auto. En otras palabras, Ricardo Ignacio Baladía, que así se llama el escribano, está hasta las manos. Justamente las manos de Baladía estaban manchadas de sangre cuando llegó la policía, lo que empeoró un poco más su situación, si es que acaso se pudiera.
Baladía dijo que había matado al hombre con cuyo cadáver lo encontraron, porque lo descubrió robando en su escribanía. Su confesión no tiene valor legal. Dijo que lo había matado y luego descuartizado. En el auto se encontraron los documentos de Miguel Alejandro Pereyra, de 42 años.
La policía tuvo el macabro hallazgo anoche, alrededor de las 21, en el paseo "Recreo Colonial", un paseo que está siendo restaurado por el municipio y donde además hay un restaurante del mismo nombre. Un vecino había visto un auto que le pareció sospechoso, escuchó que arrojaban algo al agua y se comunicó con la secretaría de Seguridad de Luján. Enviaron un patrullero y lo encontraron a Baladía con las manos en la masa, mejor dicho, en la sangre."El cadáver no está completo. Sólo se pudo recuperar el torso y algunos miembros. Lo que estaba en la valija lo llegó a descartar", dijo a Télam una fuente judicial. Pero algo es algo, y lo que se pudo recuperar alcanza para saber que hubo un crimen, y para sospechar que ese señor que tenía una valija ensangrentada, un balde con restos humanos, un DNI ajeno en la guantera y las manos también ensangrentadas podría haber sido el asesino, hipótesis que su propia confesión parece corroborar.
Baladía, de 56 años, quedó detenido: tenía 20.700 dólares en su poder. Está a disposición de la fiscal Mariana Virginia Suárez, interinamente a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 10 descentralizada de Luján, y fue trasladado a los calabozos de la comisaría 2da. de Luján. La fiscal secuestró el auto, preservó el sitio, mandó a peritos al sitio y a buzos al río.
Esta mañana allanaron la escribanía, en la calle Almirante Brown 1085, de Morón: encontraron manchas de sangre, secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora. No parece haber sido este un crimen perfecto.
También allanaron la casa particular de Baladía, a tres cuadras de la escribanía. Los restos de la víctima, o lo que queda de ellos, fueron trasladados a la morgue para la autopsia. Lo hallado fue el torso y algunos miembros: no se especificó cuáles. La carátula es "homicidio simple".