Los diez rugbiers imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa fueron trasladados el miércoles por la madrugada al penal de Dolores, uno de los más viejos del sistema penitenciario bonaerense. Se trata de una de las cárceles señaladas por la Comisión Provincial de la Memoria de Buenos Aires por las "deplorables e inhumanas" condiciones de alojamiento de los pabellones. Sin embargo, en las últimas horas trascendió que, por un pedido de la defensa, fueron alojados en un sector apartado y cuentan con resguardo adicional para evitar posibles agresiones de otros reclusos. Cómo es el "pabellón VIP" al que llegaron los imputados una vez que culminen las rondas de reconocimiento.
Después de pasar la primera noche en la DDI de Villa Gesell, los imputados fueron trasladados a Pinamar. El lunes pasado, el Servicio Penitenciario Bonaerense recibió el pedido de traslado para admitirlos en el penal de Dolores. "En un principio, no se sabía si había cupo para poder recibirlos", reconocen a BigBang fuentes allegadas a la investigación. Cabe destacar que, de acuerdo a una denuncia realizada por organismos de Derechos Humanos, el complejo aloja a 937 detenidos, 567 más de los que debería.
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"El hacinamiento constatado genera un régimen de vida sustentado en el aislamiento extremo, la escasa circulación y realización de actividades; lo que provoca gran cantidad de horas de encierro", advierte el habeas corpus presentado por la Comisión Provincial de la Memoria. Sin embargo, los diez imputados serán alojados en el Pabellón 10 bis, uno de los más nuevos, que además se encuentra alejado del resto de los reclusos.
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Cabe destacar que, de acuerdo al Informe realizado por la Comisión de la Memoria, el penal de Dolores fue en 2018 el más sobrepoblado: alojó a 3.4 personas cada una plaza. La decisión de que los rugbiers sean trasladados a uno de los pabellones más seguros y renovados causó indignación entre los amigos y familiares de la víctima. La explicación judicial radica en que el pedido de la defensa tomó como amenaza el video en el que un grupo de reclusos del penal de Florencio Varela arengaba la "llegada de los rugbiers" y anticipaba una "bienvenida tumbera".
Estas son las condiciones en las que están alojados el resto de los reclusos
Los dos nuevos pabellones se inauguraron en noviembre del 2018 y ambos cuentan con un SUM, espacio para talleres y una cocina industrial. Se trata de 24 celdas (con capacidad total para 72 plazas) custodiadas por 90 agentes penitenciarios. La inversión costó 14 millones de pesos, dado que también se reacondicionó una edificación abandonada de 300 metros en la que ahora funciona una escuela con dos aulas para 25 alumnos.
Cómo es vivir en el penal de Dolores, en primera persona
"Cuando llegamos, nos dieron dos pancitos nomás. Hubiera estado bueno que nos dejaran pasar las pertenencias. Tienen que entender que somos seres humanos. La celda es una heladera, anoche no había luz. En la ducha el agua es fría, caían cubitos de hielo. A los penitenciarios sólo les pedimos fuego", relata una denuncia anónima, incorporada como testimonio al reporte de la Comisión de la Memoria.La requisa de ingreso es otro de los puntos denunciados por los reclusos. "Cuando ingresás te dan vuelta todo, te hacen sacar las cosas del mono. La requisa en la celda me la hicieron a las cinco de la mañana y el 'psicofísico' para ver si estás lastimado. Vienen dos o tres penitenciarios, te hacen sacar la ropa (delante de tu compañero) adentro de la celda y darte vuelta. Pasamos mucho frío. No me vio ningún médico acá".