A primera vista, el golpe era audaz y nada fácil: un grupo de cuatro ladrones planeó un asalto a un banco que funciona dentro de una planta de Volkswagen en General Pacheco, para uso exclusivo de sus empleados. "Se equivocaron y tenían mal un dato, por eso se llevaron los cartuchos del cajero equivocado", dijo una fuente policial.
Los delincuentes tuvieron que escapar con las manos vacías.
Así, los cuatro delincuentes ingresaron encapuchados alrededor de las 16 y violentaron el cajero automático para llevarse dos de los cartuchos que contienen el dinero dentro de la máquina.
La sucursal bancaria estaba ubicada dentro de la planta de Volkswagen en General Pacheco.
Sin embargo, se llevaron un gran chasco: fuentes del banco señalaron que ambos contenedores estaban vacíos, ya que el camión de caudales que provee al cajero automático tenía previsto cargarlos media hora después del asalto.
Los ladrones, cuyo accionar fue captado por las cámaras de seguridad del complejo automotriz, huyeron en un Chevrolet Spin sin patente que luego apareció abandonado en jurisdicción de Pablo Nogués, partido de Malvinas Argentinas.
Vale remarcar que la misma sucursal bancaria ya había sido asaltada en diciembre de 2014 por cinco ladrones con mejor fortuna: se llevaron alrededor de un millón de pesos luego de romper con una maza el vidrio del establecimiento.
El bolso equivocado
El caso es similar a uno ocurrido en octubre del año pasado en Hurlingham, cuando una sucursal del banco Credicoop se convirtió en blanco de tres ladrones a la búsqueda de tres millones de pesos que habían sido entregados minutos antes.
Finalmente, y por error, terminaron llevándose una bolsa idéntica a la que portaba los billetes pero que contenía un botín bastante menos agradable: una buena cantidad de papeles administrativos en desuso.
Un banco que era museo
Y hace ya 14 años, otra equivocación delincuencial llegó a las primeras planas de la mano de su enorme grado de absurdo. Todo comenzó cuando cinco delincuentes decidieron asaltar el Banco de Crédito Rural, en la localidad pampeana de Telén.
La ex sucursal bancaria de Telén devenida en museo.
El momento bizarro llegó cuando los asaltantes cayeron en la cuenta de que el edificio donde estaba el cartel del banco en realidad estaba ocupado por un museo. La sucursal financiera se había mudado hace tres años y nadie se había molestado aún en remover el letrero.
La huida posterior, además, agregó espectacularidad al hecho: los cinco malhechores terminaron escapando de Telén en un helicóptero que terminó estrellándose en la localidad bonaerense de Zárate. Todos los ocupantes salieron ilesos del accidente y eventualmente fueron bautizados por la prensa -muy oportunamente- como "la banda de los imbéciles".