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Irregularidades, dudas y misterio: se acerca el final del segundo juicio de Lucía Pérez

BigBang habló con Guillermo Pérez, el papá de Lucía, la joven de 16 años que fue asesinada en octubre de 2016. La familia denuncia que fue un “narco-femicidio”.

por María Florencia Martin

22 Febrero de 2023 12:42
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A Lucía Pérez la mataron por ser “mujer, menor de edad y vulnerable”. Lo que iba a ser una supuesta simple venta de un cigarrillo de marihuana fue un secuestro, después uso de estupefacientes, abuso sexual con acceso carnal y luego devino en asesinato en la casa de su “dealer”, Matías Farías, el sábado 8 de octubre de 2016 en Mar del Plata. 

Farías (de 29 años) y Juan Pablo Offidani (47) fueron juzgados en 2018, pero no tuvieron real sentencia porque los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale, del Tribunal en los Criminal 1 (TOC 1) marplatense, solo los condenaron a prisión por ocho años por la venta de drogas en la puerta de la escuela a la que iba Lucia. En cambio, fueron absueltos de las acusaciones de abuso sexual carnal seguido de muerte y femicidio. En ese momento se habló de que la víctima había sufrido un "empalamiento" y su historia se transformó en el primer paro nacional de mujeres en todo el país. 

El martes 7 de febrero de este año comenzó el segundo juicio en el Tribunal en los Criminal 2 (TOC 2) de Mar del Plata contra los mismos acusados en el que se utilizaron las mismas pruebas por las que les imputaron en su momento. No obstante, las irregularidades que ocurrieron prevalecen en este nuevo debate. Se habló de que la menor de 16 años era adicta a las drogas -hecho que se demostró que no era cierto- y que fue víctima de un "empalamiento" -algo que ahora se intentó desmentir-. Lo mismo, se volvió a revictimizar a la joven responsabilizándola a ella de las agresiones físicas que sufrió y de buscar su muerte que se habría dado por “asfixia tóxica” por el consumo de cocaína, la cual le proveyó Farías.

Luego de dos semanas de audiencias en las que hablaron unos 40 testigos, el jueves será el momento de la querella de la familia Pérez y el 28 de febrero será el turno de la defensa. A esta altura resulta increíble que Farías no fuera visto como sospechoso. En su alegato inicial de este segundo juicio, el fiscal Leandro Arévalo detalló que, según su hipótesis, Farías intervino como autor y Offidani, como partícipe secundario.

Por su parte, las abogadas de la familia Pérez, Verónica Heredia y Florencia Piermarini, coincidieron con la acusación a Farías pero creen que la participación del otro hombre fue primaria, es decir, que su vínculo con el hecho fue fundamental para que terminara en muerte. “Ambos son asesinos”, contó en exclusiva Guillermo Pérez, papá de Lucía, a BigBang. Y fue determinante: “Lo de Lucía, no se puede olvidar. Fue un narco-femicidio”.

“No dio su consentimiento, le hicieron lo que quisieron”: el dolor del padre de Lucía Pérez

“Es increíble que aún hoy se está responsabilizando a una menor, que encima hoy no está para decir lo que pasó. Algunas cosas que se hablan son muy dolorosas de escuchar pero queremos Justicia y por eso tenemos que seguir con este juicio”, compartió. Durante las jornadas de audiencias se determinó que, como adolescente, Lucía se encontraba en situación de “vulnerabilidad e incapacidad para consentir una relación sexual”.

Además, “no hacía falta la fuerza física para 'someterla'”, ya que ella se encontraba en una situación de estrés producido por un abuso sexual y por el consumo de cocaína, lo que alteraba su juicio y capacidad para consentir. Esto lo determinaron las médicas Silvina Cabrera, Gabriela Tinto y el bioquímico Sebastián de los Reyes, miembros de la Asesoría Pericial de Suprema Corte provincia, así como Adalberto Bonvicini, ex director del Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora. 

También coincidieron en la existencia de lesiones vaginales y anales producto de un abuso sexual, tan categóricamente que pudieron establecer que se produjeron aproximadamente entre 30 a 40 minutos antes de comenzar el proceso de la muerte y que incluso se encontraron lesiones en el cuerpo de Lucía compatibles con traumas producidos mientras se estaba muriendo.

Producto de ese abuso sexual y sus lesiones se produjo un sangrado hallado en la ropa de cama de Farías que arrojó un análisis genético positivo para ADN de Lucía, de Farías y de otro varón no identificado. Por este motivo, el 16 de febrero se procedió a hacer una inspección en la casa de Farías en Punta Mogotes. Fue desde ese inmueble ubicado en el barrio Alfar, a diez cuadras del Faro, desde donde la menor fue trasladada a una sala de emergencias, a la que ingresó ya sin vida. 

"Marcas", lesiones y un recorrido por la "casa del horror": las claves del juicio por el caso Lucía Pérez

De acuerdo a lo que se pudo detallar, la casa es una vivienda precaria con ladrillos a la vista y sin revocar, en el fondo de un terreno lleno de vegetación. La vivienda tenía una habitación pequeña. ¿Cómo fue esa jornada de reconocimiento?

-Fue muy dura. Yo ese día había tomado mates con ella y después la encontré sin vida en el hospital. Fui el último en la familia que me enteré de que había muerto. Ellos (los asesinos) dicen que la vinieron a buscar a la esquina de mi casa y se la llevaron. En esa casa había quedado el celular, las llaves de casa y las cosas de Lucía. Para nosotros fue muy fuerte estar ahí donde estuvo ella en sus últimos momentos.

-¿Crees que en este juicio habrá un veredicto?

-Quiero creer en la Justicia, sino no estaríamos en esto. Los dos tienen que ser condenados a perpetua. Yo también quiero saber lo que realmente pasó porque esta gente la mató por la vulnerabilidad de ser una adolescente. Ya sabían que eran menor, porque la habían conocido en el colegio. Y creo que en ese momento ya nace el abuso. Además, a Lucía la mataron por ser mujer, menor de edad y vulnerable. 

-Entendiendo que las pruebas que responsabilizan a los imputados son las mismas que en 2018, ¿cómo se está manejando la defensa? 

-La defensa es muy cruel en el término de las preguntas, para la familia es muy doloroso. El foco sigue puesto en ella. Lucía no está para defenderse entonces nosotros nos tenemos que centrar en responsabilizar a los asesinos y su pasado. Porque ellos son los responsables, ellos son narcos. Ellos vendían y qué casualidad que solo los hayan imputado por vender en el colegio y no por el consumo de Lucía. Ya pasamos de que ella no era adicta, porque todo eso se constató que no era así, y tendrían que haber rastros de consumo y no las hay. El abuso empieza a ser con la droga. No podemos olvidar que ella era menor, esto tiene muchísimo que ver. No es lo mismo un adulto manejando drogas, que sabe manipular una menor. Esta diferencia es demasiado. Se tiene que ver desde esa perspectiva porque esto es lo que tiene que evaluar el tribunal, además de las lesiones de abuso.

-¿Afirmas entonces que hubo abuso sexual carnal?

-Las lesiones están, son muy feas. No sabemos qué usaron para las lesiones pero están. Las lesiones son alevosas. Por eso en su momento se dijo que la empalaron. La vulnerabilidad y la droga llevó a hacer estas lesiones catastróficas. Una persona con esas lesiones no puede vivir bien con esas lesiones, aunque no hubiera fallecido... Tendría incontinencia y diez mil ochocientas cosas. Hoy una ginécologa que está diciendo que no hubo nada, mentira. La palabra empalamiento, me desagrada, me duele... pero no estamos muy lejos de eso.

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