Días atrás, Matías Ezequiel Martínez, el policía detenido por el femicidio de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas, fue condenado a cuatro años de prisión efectiva por un hecho de violencia de género cometido en 2017 contra Belén Miranda, su ex pareja. El hombre fue juzgado por los delitos de "lesiones leves agravadas en concurso con amenazas agravadas" y estos cuatro años de cárcel se unificarán con la eventual pena única de prisión o reclusión perpetua que le espera al policía en caso de ser juzgado y condenado por el femicidio de Úrsula. “Fue lo peor que pasé en mi vida", había dicho Miranda al recordar aquel violento episodio.
En este contexto, el fiscal Sergio Terrón le solicitó, este martes, al Juzgado de Garantías 3, a cargo de María Laura Durante, que Martínez sea sometido a juicio por el delito de "homicidio doblemente calificado, por tratarse de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género (femicidio) y por mediar alevosía", que prevé prisión perpetua.
En el escrito, el fiscal sostuvo que "el mismo día del hecho, en horas de la mañana, el imputado Martínez fue convocado a la Ayudantía Fiscal de Rojas para ser notificado de la imposición de un perímetro que le vedaba acercarse a Úrsula Bahillo y, como bien consta en el acta de procedimiento, tenía en su poder al momento de su aprehensión".
Esta restricción, aclaró, "no fue un obstáculo para concertar un encuentro con la víctima en horas de la tarde. (...) Que dicho encuentro al que accedió la víctima, debe hacerse insoslayablemente desde una mirada de perspectiva de género, entendiendo que una mujer manipulada que no puede romper una telaraña de amenazas y violencia, acude a hablar con el imputado para aclarar la situación que estaban viviendo y por la que lo había denunciado".
Según la acusación de terrón, con Úrsula a bordo, el sospechoso se alejó al paraje Guido Spano, distante aproximadamente a 10 kilómetros de la ciudad de Rojas, "siendo un lugar con frondosa arboleda, con un río en las proximidades, totalmente inhóspito". "Allí, con la víctima a su merced, sin posibilidad de ser auxiliada por persona alguna, realizó el feroz ataque", resaltó.
Y agregó: "La atacó con el cuchillo -que fue secuestrado- que tenía en su poder y había llevado con dicho propósito, ocasionándole una muerte brutal a esta joven de apenas 18 años de edad". Luego del femicidio, Martínez llamó "reiteradamente a su tío, luego de las 20, pidiéndole que vaya solo, no sin antes montar una 'mise en scène' para hacer creer que existió un ataque previo de la víctima o, tal vez, una tentativa de suicidio".
Para el fiscal, Martínez buscó la colaboración o complicidad de su tío, tal vez para deshacerse del cadáver. "Lo que sí puede afirmarse es que lejos estuvo su proceder y su intención de pedir ayuda por su herida, ya que ante el arribo de su tío, al que fue guiando con sucesivas llamadas, y advirtiendo la presencia de personal policial, no tuvo ningún impedimento físico para emprender una carrera de 1.000 metros hasta ser aprehendido", analizó Terrón.
Con estos datos y otros elementos obtenidos durante la investigación, el fiscal solicitó a la jueza la prisión preventiva del acusado y que la causa sea elevada a juicio oral. Úrsula fue hallada el lunes 8 de febrero cerca de las 20.30 asesinada a puñaladas entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a Martínez herido.
El femicidio fue descubierto luego de que el tío del imputado alertara al 911 sobre lo que había ocurrido. El familiar de Martínez afirmó que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó durante un llamado que "se había mandado una cagada". Al llegar al lugar, la Policía encontró a la chica asesinada y al hombre malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto.
Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó detenido. Úrsula había denunciado en varias oportunidades a su ex novio por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen. El peritaje de los teléfonos de la víctima reveló que el acusado la engañó el día del crimen al pedirle un encuentro para aclarar algunas “cosas”.
Para los investigadores, este peritaje es “clave” para determinar la presunta premeditación, ya que al encuentro que pactó con la víctima fue armado con una cuchilla de carnicero con el que finalmente la asesinó. La información surgió de los chats entre la víctima y femicida que los peritos informáticos pudieron extraer de los dos smartphones hallados en la escena del crimen.
De acuerdo a lo recabado, Martínez le había pedido a la joven encontrarse personalmente el 8 de febrero, ya que tenía supuestas intenciones de aclarar algunas "cosas" con la joven y charlar acerca de las denuncias que le había realizado. "Él había planificado lo que pasó”, indicó una fuente con acceso al expediente.
El imputado fue sometido a un examen mental obligatorio, y de acuerdo a lo que le adelantó el médico psiquiatra al fiscal Terrón, está en condiciones de afrontar un juicio y es plenamente consciente de lo que hizo, por lo que descartaban una posible inimputabilidad.
Precisamente, el lunes pasado el policía bonaerense que estaba de licencia con carpeta psiquiátrica fue condenado a cuatro años de prisión efectiva por un hecho de violencia de género cometido en 2017 contra una ex pareja. Martínez está detenido en la Alcaidía Penitenciaria de Junín, acusado del delito de "femicidio agravado por alevosía y ensañamiento" por el caso de Úrsula.