19 Octubre de 2022 16:06
Era ya de noche en el Distrito 19 de París, Francia, cuando la familia de Lola Daviet comenzó a buscar con desesperación a la nena de 12 años. Por la tarde, no había vuelto del colegio y creyeron que se había quedado en la casa de alguna amiga sin avisar. Pero los llamados y mensajes había sido negativos. Lola debería haber vuelto a su casa. Mientras la Policía la buscaba, comenzó el horror.
Cerca de las 23.20, su cuerpo fue encontrado en una valija abandonada en la calle, justo en la puerta del edificio donde vivía la menor. Un vecino vio la maleta, la abrió y divisó el cadáver. De inmediato, dio a avisó a la Policía. La chiquita estaba encadenada. Tenía un corte profundo en la garganta. Su cuerpo tenía inscripciones hechas con una navaja en diferentes partes.
La conmoción sacudió a París. La familia de la nena ingresó en un terreno de dolor total. El sábado realizaron la autopsia y comprobaron que había sido asfixiada. Horas después, el canal francés BFMTV, confirmó que el cuerpo había sido marcado con cortes que tenían la forma de los números 1 y 0 inscritos.
Durante esa misma jornada, los investigadores confirmaron que la nena había regresado a su casa en la tarde del viernes. Las grabaciones de la cámara de seguridad mostraban que había ingresado al edificio donde vivía. El crimen se había cometido en ese lugar porque no volvió a salir. De hecho, en la misma secuencia se ve que una mujer le hace señas para que se acerque. Es la misma joven que horas después saldría del lugar arrastrando una valija.
Un testigo dijo a la Policía cuando fueron a detenerla: “A esa mujer la vimos entrar sola al edificio, luego salió, media hora después. Tenía una maleta grande, muy pesada, pidió a todo el que se encontraba que la ayudara a cargarla. Debía de tener 20 años, parecía un poco loca, la cara llena de maquillaje”. Y sumó: “En un momento dado dejó la maleta frente a un café, iba y venía, entraba y salía, nos preguntábamos qué había dentro pero nunca hubiéramos pensado en un cuerpo. Luego fue a la panadería de enfrente del café a comprar un croissant, volvió como si nada, se la veía un poco inestable”.
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La primera hipótesis de la Policía fue la vinculada al tráfico de órganos. De hecho, otro testigo dijo que la mujer le ofreció “muchísimo dinero” para llevarse la valija y que repetía la frase “órganos”. Esa causa caería horas después. Pero antes habían sido detenidas ocho personas en París y Bois-Colombres, a 10 kilómetros del lugar del crimen.
Mientras los vecinos de Lola realizaron marchas y dejaron flores en la puerta del edificio, el Gobierno ordenó a psicólogos trabajar con los alumnos del Instituto Georges-Brassens, al que acudía la nena. El lunes, finalmente, las fuerzas detuvieron a la principal sospechosa, que se había fugado.
Su nombre es Dahbia y es una mujer de 42 años. Fue acusada por “asesinato de una menor con actos de tortura y barbarie”. Finalmente, y según la agencia AFP, la supuesta asesina es de nacionalidad argelina y confesó el crimen en la primera indagatoria policial. “Su testimonio fue fluctuante y osciló entre el reconocimiento y la disputa de los hechos”.
Luego, y según France 24, dio detalles aberrantes del asesinato. “La mujer contó que arrastró a la nena al departamento de su hermana una vez que ingresaron al edificio”, comentaron fuentes judiciales. Y la criminal afirmó que abusó sexualmente de la nena.
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Según la reconstrucción policial, la asesina violó a la menor y la asfixió. Y según el parte policial: “Tras el asesinato, fue a ducharse con el cadáver antes de cometer agresiones sexuales y otros actos de violencia contra ella y esconder el cuerpo en una caja. Luego tomó un café y escuchó música, y empezó a seccionar a la pequeña con unas posibles tijeras o cuchillo”. Y finalizaron: “El ritual terminó con la asesina bebiendo sangre de la víctima en una botella”.
En el interrogatorio, cuando los oficiales le mostraron las fotos del cadáver de Lola, la asesina dijo: “No me da frío ni calor. Yo también fui violada y vi morir a mis padres frente a mí”. La Policía busca la botella en la que supuestamente bebió sangre. También buscan navajas que habría descartado tras el crimen. Horas después de la declaración, afirmó que ella no mató a Lola.
Según la hermana de la asesina, sufre problemas psiquiátricos y afirmó: “Es alguien muy difícil de insertar en la sociedad. Sufre de pesadillas seguidas y lanza comentarios sin coherencia con mucha frecuencia. Nunca quiso seguir tratamientos médicos”. La Policía encontró una denuncia contra ella por el crimen de un niño en las afueras de París hace 15 años. Creen que ella fue la asesina de ese menor.