por Alejo Paredes
22 Agosto de 2022 14:29A más de una semana de que trascendiera la noticia sobre la muerte de al menos cinco bebés recién nacidos y "sanos" entre marzo y junio de este año en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo de la ciudad de Córdoba, se dio a conocer que la autopsia al cuerpo de dos de los recién nacidos reveló un exceso de potasio que no es compatible con una causa natural de muerte.
En los últimos días, la causa se había reforzado con nuevos testimonios y denuncias. Como el de Yoselín Rojas Gaspar, quien manifestó que el 6 de junio tuvo un parto normal en ese nosocomio, que su beba había nacido sana y que a los 45 minutos le comunicaron que había fallecido por un "paro cardiorrespiratorio". Al igual que los otros cuatro casos, la mujer sostuvo que luego del parto le informaron que su hija Angeline había "nacido bien, sana y sin complicaciones".
Sin embargo, reveló que tan solo 15 minutos después fue llevada a control y "a la media hora me avisaron que tuvo un paro cardiorrespiratorio y murió". Rojas Gaspar dijo que hasta el momento no había hecho la denuncia porque todavía no le entregaron los resultados de la autopsia, aunque señaló que sintió la necesidad de dar a conocer su caso para que "se investigue y se haga justicia por todos los niños" que fueron víctimas.
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La primera denuncia judicial fue realizada por Romina Ceja, la abuela de una de las víctimas, que, según contó, su nieta "había nacido sana y en perfectas condiciones" también durante la madrugada del 6 de junio. A pesar de eso, varias horas después le notificaron que la recién nacida había fallecido. "Mi hija de 17 años había comenzado con trabajo de parto el 5 de junio último y en la madrugada del 6 me avisan que mi nieta había nacido en perfectas condiciones", contó.Su nieta llegó a este mundo con un poco más de 3 kilos y remarcó que la madre también se encontraba en buen estado de salud. Casi 24 horas después, en la madrugada del 7, le notificaron que la bebé había fallecido el día 6 a las 6.45 por una "descompensación" que le ocasionó dos paros cardiorrespiratorios. A su denuncia, se sumó el caso de Vanesa Cáceres, quien relató que su bebé nació y vivió 11 horas en ese hospital.
La mujer dijo que los médicos que la atendieron le informaron que el deceso se había producido por una arritmia. "Nuestro bebé nace sano luego de hacerme una cesárea. Me dijeron que tenía una arritmia, y, cuando lo pude ver ya estaba intubado. Vivió 11 horas y falleció en el día", apuntó y añadió que se quedó "con millones de dudas porque los médicos no sabían explicar qué es lo que pasó, ya que fue un embarazo totalmente controlado, totalmente sano".
Lo cierto es que estos testimonios sumados a otras pruebas que fue consiguiendo el fiscal Raúl Garzón derivaron en la detención de la enfermera Brenda Agüero. La profesional de la salud de 27 años sigue detenida en la Cárcel de Mujeres que funciona en el Complejo Carcelario Luchesse de Bouwer por el delito de “homicidio calificado por procedimiento insidioso” y en las próximas horas será sometida a un peritaje psiquiátrico.
Esto se debe a que los resultados de la autopsia concluyeron que dos de los cinco bebés murieron a poco de nacer en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo como consecuencia de "exceso de potasio" que fue "inyectado de manera intencional". Según el informe de la autopsia, "se detectaron sustancias tóxicas incompatibles con la vida".
El fiscal Garzón había manifestado que la enfermera fue detenida por "dos hechos, que son los que al día de la fecha se ha podido avanzar en los estudios complementarios de las autopsias de dos de los niñitos fallecidos". "Obviamente que es una instancia preliminar, falta complementar sobre los otros hechos", había asegurado y confirmó la noticia que había adelantado este portal sobre que en total serían 13 los casos que se estudian.
Entre ese total, no solo se analizan los casos de recién nacidos fallecidos sino que además el representante del ministerio público está trabajando en casos de otras víctimas que sufrieron serias consecuencias y sobrevivieron. María, la mamá de uno de las sobrevivientes, relató que su hija nació sana aquel 6 de junio en la franja que ocurrieron los fallecimientos anteriores, pero sufrió lesiones que no le fueron explicadas.
Según su testimonio, horas después del nacimiento su hija cambio de color y se puso fría. "El enfermero me dijo que era normal y se fue", relató y agregó que ante el alerta de que otro recién nacido también se había descompensado los médicos se acercaron y cuando observaron que la bebé no estaba bien se la llevaron. "Me devuelven a mi hija estabilizada y con un hematoma en la espalda, que no lo tenía cuando se la llevaron", aseguró.
En ese contexto, María sumó que por esa lesión su hija estuvo internada más de 20 días debido a una "necropsia" que se le formó en la espalda. A su vez, denunció que los médicos intentaron culparla y acusarla de haber golpeado o quemado a la bebé, quien hoy se encuentra bien pero realiza un tratamiento dermatológico por la cicatriz en la espalda.
La abogada Daniela Morales, que representa a la mujer, le había pedido al fiscal Garzón, a cargo de la investigación por la muerte de los bebés, que sume el caso al expediente "para determinar si hubo mala praxis o intencionalidad". Además, pidió que la familia de la bebé sea admitida como querellante particular en el proceso para que "se busque la verdad y se haga justicia".
La causa tiene como imputadas, además de la enfermera, a tres ex directivos del Neonatal, una de ellas es la exdirectora, Liliana Asís, quienes se encuentran acusados por responsabilidades mediatas, vinculadas a su función, como la omisión de deberes de funcionario público. De acuerdo con los datos oficiales, los fallecimientos de los bebés ocurrieron el 18 de marzo, el 23 de abril, el 23 de mayo y dos el 6 de junio de este año.
Sobre Agüero se sabe que tiene 27 años y trabajaba en el Neonatal desde 2020. El fiscal buscará determinar, a partir del peritaje psiquiátrico, si se trata de una asesina serial o si sufrió algún tipo de brote psicótico que la llevó a cometer estos actos. La joven nacida en 1995, vivía con su mamá y dos hermanas en una casa humilde en las afueras de Río Ceballos.
Antes de ser detenida, Cristina -su mamá- aseguró que su hija “no mató a ningún bebé, ella se deslomó para estudiar Enfermería, es lo que la apasiona”. Por ahora no hay registros en las cámaras del hospital ni testigos que hayan visto que los recién nacidos fueron pinchados con sustancias desconocidas. Entre las pocas pruebas, la Justicia busca establecer cómo se produjeron los presuntos pinchazos letales contra los recién nacidos, y el secuestro de jeringas o ampollas.
En ese marco, la familia de Agüero aseguró que la enfermera no inyectaba a los bebés “ni los tocaba”. Y explicaron, además, que su trabajo en Neonatalogía consistía en asistir a las mamás, de modo que “no hay nadie que pueda decir que la haya visto con una jeringa en la mano”. De forma similar, sus compañeros respaldan los dichos de la madre y tildaron a la acusada como “una joven dedicada, sumisa y muy trabajadora”.
De hecho, aclararon que no colocaba vitaminas ni vacunas a bebés. Como parte de ese perfil, su mamá recordó que la joven de 27 años trabajó en el Sanatorio Allende en 2018 y “nunca tuvo ningún problema”. Además, aclaró que en medio de la pandemia ingresó al Neonatal de modo que “trabajaba todo el día en los dos lugares. No daba más. Hasta que dejó el Allende”.
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A pesar de los dichos, el fiscal determinó que la enfermera fue quién tuvo mayores coincidencias con los casos investigados y por eso fue señalada como la principal sospechosa.El uso de potasio en pacientes
En la vida temprana, los bebés absorben el potasio de la leche materna, pero puede ocurrir que para el primer año no estén recibiendo suficiente debido a que las dietas de las madres no incluyen necesaria fuentes de vegetales saludables.Este mineral es esencial ya que permite el funcionamiento adecuado de las células en todo el cuerpo. El potasio es un medicamento que se utiliza en adultos y niños cuando es necesario, ya que se trata de un estimulador cardíaco. Pero es además un elemento que hay que manipular con extremo cuidado, ya que, por ejemplo, el cloruro de potasio forma parte de los componentes de la inyección letal que usan algunos estados en Estados Unidos.
Por lo general, el potasio se aplica de manera endovenosa o por goteo muy lento. La inyección en forma no controlada provoca la mayoría de las veces un paro cardíaco. Si se coloca mal intencionadamente puede producir lesiones como úlceras o inflamación de los tejidos, principalmente cuando se coloca fuera del torrente sanguíneo. "El potasio es altamente tóxico, ya sea en menor o mayor cantidad, y si no se siguen pautas puede dar un paro cardíaco. Que cometan un error semejante inyectando alguna cosa como insulina o potasio, ambas drogas de alto riesgo y que pueden provocar la muerte por distintos mecanismos, me resulta sumamente llamativo", abrevió el pediatra Moisés Jalil..