El juicio a los 13 policías acusados de matar a sangre fría a Valentino Blas Correas, el adolescente de 17 años asesinado de un disparo durante un control policial en agosto de 2020 en la ciudad de Córdoba, continuó el miércoles con el inicio de la etapa de alegatos. Los primeros en tomar la palabra fueron los fiscales Fernando López Villagra y Marcelo Hidalgo, quienes no dudaron en pedir una condena a prisión perpetua para los dos policías que dispararon contra el auto en el que viajaba la víctima. "La balacera de los dos uniformados no fue para frenarlos sino para matarlos", dijo con firmeza el fiscal López Villagra antes de pedir la prisión perpetua para los policías Lucas Damián Gómez (37) y Javier Catriel Alarcón (33).
Según la acusación fiscal, el hecho ocurrió la madrugada del 6 de agosto del 2020. En ese momento, Juan Cruz Camerano Echevarría (21) conducía un Fiat Argo y a bordo del vehículo iban Valentino Blas Correas, que en ese momento tenía 17 años, al igual que sus amigos Camila Toci, Mateo Natali y Cristóbal Bocco.
Cuando circulaban sobre avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, del barrio Colinas en el sur capitalino, había un control policial de prevención en donde los efectivos hicieron señas al conductor para que descienda la velocidad, sin embargo el auto siguió su curso y no paró. Camerano Echevarría, en su testimonio, había manifestado que se "asustó" porque cuando estaba por detenerse observó que uno de los policías empuñaba un arma que lo apuntaba en la cabeza.
Mientras los efectivos notificaban a los comandos y móviles sobre la evasión, el cabo primero Damián Gómez disparó al menos cuatro veces con su arma reglamentaria contra el auto "con intención de matarlos", según describe la elevación a juicio hecha por los fiscales. "Seis veces gatillaron, cinco dieron en el blanco. No hace falta que para ser masacre haya 20 víctimas. Tranquilos que no voy a acusarlos de alevosía", afirmó el fiscal en su alegato.
Y agregó: "No tenemos ninguna duda que esto se debe encuadrar en un contexto de violencia institucional". Por su parte, el cabo primero Catriel Alarcón, que también se encontraba en el puesto de control, "en acuerdo tácito (con Gómez) y aportando al plan común de dar muerte a los ocupantes del vehículo", también efectuó dos disparos sobre el vehículo en marcha "a sabiendas que no había justificación legal para ello", por lo tanto "abusaron de su función".
Las pericias determinaron que uno de los cuatro disparos efectuados por el policía Gómez impactó sobre la zona de la escápula derecha de Correas; le ocasionó lesiones en el pulmón derecho, la vena cava inferior y el ventrículo derecho, y le produjo la muerte. "Los chicos dicen que parecía una película de miedo, eso es lo que sentían adentro del Fiat Argo: 'Salimos picando porque queríamos ir rápido al hospital, porque se estaba muriendo Blas', dijeron", continuó el funcionario judicial.
En su discurso, y en base a la investigación, el fiscal López Villagra afirmó que los policías "dispararon con intención de matar y tuvieron la intención de matar a los otros cuatro chicos". "Todos los proyectiles fueron de afuera hacia adentro, efectuados por ellos dos sin ninguna duda, no tuvieron ninguna lesión, no corrieron riesgos, fueron totalmente innecesarios los seis disparos, eso que quede claro, y a la escasa distancia que dispararon", siguió.
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Durante su alegato, acudió al recurso de mostrar imágenes y videos del momento del hecho, en el que dejó evidenciado que el auto en el que se trasladaban los jóvenes no tuvo intención de atropellar a Alarcón, tal y como había manifestado su defensa. Siempre según la acusación, luego, y con el objetivo de simular un enfrentamiento armado, los policías Alarcón y Wanda Esquivel "plantaron" un arma en las cercanías.Mientras tanto, el auto de los jóvenes fue interceptado en la intersección de Chacabuco y Corrientes, donde Valentín habría estado aún con vida y murió en ese lugar. Antes de llegar a ese lugar, los amigos llevaron al adolescente hasta el sanatorio Aconcagua, donde se negaron a atenderlo, y, por ello, se tramita otra causa que fue elevada a juicio.
En ella, tres empleados de ese sanatorio -Sergio Casalino, Guadalupe Moya y Paola Andrea Mezzacapo-, están imputados por "abandono de persona" y "omisión de auxilio". Un momento de angustia se vivió cuando el fiscal mostró una imagen de la herida que le provocó el balazo que impactó en Blas, con orificio de entrada, por la espalda, y cómo el proyectil quedó alojado dentro de su cuerpo, a la altura del pecho, lo que apreciaba visiblemente en una foto tomada la noche del crimen.
Luego, el fiscal Marcelo Hidalgo comenzó con su parte del alegato en el que acusará a los otros 11 policías que llegaron al debate, aunque antes de las 16 se vio interrumpido debido a la extensión, por lo que se pasó a un cuarto intermedio hasta próximo viernes cuando dará a conocer su pedido de condenas.
Los restantes acusados, todos policías, son Wanda Esquivel, Sergio Alejandro González, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
En esta jornada de alegatos estuvieron presentes los cuatro amigos de Blas Correas que viajaban en el Fiat Argo que recibió los seis disparos. Junto a ellos estuvo la mamá de la víctima, Soledad Laciar, quien dijo: "La sociedad entendió que esto no puede pasar, yo sola no hubiese logrado nada sino tuviese la compañía ni la empatía de entender que no hace falta que te pase para pedir que las cosas cambien, para mí es el nunca más, y es entre todos".
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Y sumó: "Sé que no voy a ver nunca a Mosquera (Alfonso, ex ministro de Seguridad provincial) ni al gobernador (Juan Schiaretti), pero a mi hijo me lo mató el Estado. No plantó el arma ni disparó, pero lo mató el Estado, porque sabía lo que pasaba y no hizo nada, Blas no fue ni el primero ni fue el último, y se van a tener que hacer cargo".En ese sentido, la mamá de la víctima dijo que "sería muy injusto decir que esto fue responsabilidad de 13, 15 o 20 policías, es responsabilidad de un Gobierno que nunca le dio a la seguridad el lugar que tiene que tener". Gómez y Alarcón llegaron al juicio como coautores de "homicidio calificado por sus funciones, por empleo de armas de fuego, y homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado" contra los otros cuatro ocupantes del auto.
Los restantes acusados enfrentan cargos por "falso testimonio, encubrimiento por florecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público". El viernes 24 continuará el alegato de Hidalgo, se espera el pedido de sentencia, y está previsto el momento de la palabra de los tres abogados querellantes, mientras que el 3, 8, 10, 15 y 17 de marzo será el turno de los abogados defensores, y se espera que a fines de marzo se dicte el veredicto.