Mientras continúa la investigación por el triple crimen de Villa Ballester, la pesquisa tomó una dirección radicalmente distinta a la original. Andrés Mazzei, el viudo de 66 años que mató a su hija Florencia y a sus nietos para luego suicidarse, había dejado una carta en la que señalaba que los había asesinado para liberarlos de los abusos que sufrían de parte del padre de los niños.
Andrés Mazzei, el asesino.
Sin embargo, inmediatamente se determinó que la teoría era endeble: los dos hermanitos ni siquiera eran hijos del mismo padre. Y ahora el fiscal Daniel Cangelosi trabaja sobre indicios que determinarían una nueva y terrible sospecha: habría sido Mazzei quien abusaba sexualmente de su hija y el menor de los nenes podría ser su hijo. La Justicia ordenó que los cuerpos de los chicos asesinados sean sometidos a análisis de ADN.
“Era un grupo familiar extremadamente conflictivo”, declaró Cangelosi a Clarín, agregando que Mazzei no dejaba que Jorge Muñoz, el papá de su nieto mayor, viera al nene. “Mazzei era un litigante acérrimo y se había embarcado en una batalla legal contra Muñoz. Entre todas las pruebas que reunimos, contamos una decena de juicios y medidas cautelares entre el ex yerno y su hija Florencia, que al parecer llevaba adelante él”, explicó el fiscal.
La casa donde ocurrió la masacre (foto: Clarín)
Además de estos indicios se sumaron los dichos de un hombre que se presentó espontáneamente y dijo ser el último novio de la hija de Mazzei. El declarante contó que decidió separarse de ella cuando le anunció que estaba embarazada de su hijo menor, ya que él intuía que el bebé no era hijo suyo sino de Mazzei.