"Así éramos, una familia, hasta que un cabeza de termo la aniquiló y destrozo". La que habla es Silvana Cappello, la mamá de María Agustina Fernández, la estudiante de medicina de 19 años que fue asesinada a golpes de manera feroz dentro de un departamento en Cipolletti.
La causa sigue en etapa de investigación y a pesar de que ya pasaron 73 días de aquel espantoso hecho, son más las dudas que las certezas las que rodean al caso investigado por el equipo de fiscales conformado por Martín Pezzetta, Julieta Della Cha y Rocío Guinazú Alaniz. "¿Cómo hago, hermosa? ¿Cómo hago para vivir así? ¿Cómo?", se preguntó la mujer en su cuenta de Facebook.
Agustina falleció el 5 de julio por la noche a causa de las graves lesiones que sufrió su cuerpo: los médicos del Hospital Pedro Moguillansky le habían diagnosticado muerte cerebral por el salvaje ataque. El hecho ocurrió el pasado sábado 2 de julio, entre las 19 y las 22 horas, en una casa ubicada en la calle Confluencia al 1300. Allí estaba Agustina, totalmente sola, esperando que Pablo Parra, el dueño de la casa, volviera.
Según la investigación, el hombre había salido -sin su celular- a comprar la comida. En ese momento, según declaró, delincuentes entraron en el domicilio, la golpearon salvajemente y escaparon con los celulares de ambos y aproximadamente 1000 dólares que estaban en el lugar. La fiscalía sospecha que la estudiante de medicina se habría defendido del ataque, porque sus manos tenían marcas compatibles con un intento de resistencia.
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De hecho, la mano izquierda de la estudiante estaba quebrada producto los golpes que recibió. Cuando el dueño de la casa finalmente volvió con la comida en la mano -de acuerdo con su primer relato ante las autoridades- se encontró con la espeluznante escena: la joven de 19 años se hallaba totalmente desfigurada, rodeada de sangre y completamente inconsciente en el piso.Rápidamente dio aviso al 911 y una ambulancia la trasladó al hospital más cercano, donde fue sometida a toda clase de pruebas, sobre todo de presencia de reflejos, para determinar la presencia de actividad cerebral, algo que fue descartado con un último estudio. "Desgraciadamente hoy tenemos que decir que no; es muy triste la situación que nos toca vivir”, había dicho la directora del nosocomio.
La principal hipótesis que se investiga sigue siendo la de un robo, ya que Parra pudo acreditar ante la Justicia que había salido a hacer compras en el momento del ataque y para los investigadores no figura entre los sospechosos. A pesar de eso, desde el entorno de la víctima aclaran que los fiscales "no descartan" otras hipótesis u otros posibles móviles del ataque. "Que te maten a tu hija no tiene nombre. ¡Injusticia!", reclamó la mamá de Agustina en sus redes sociales.
Parra, un trabajador petrolero de 24 años, fue la última persona que vio con vida a Agustina. De hecho, de acuerdo con las autoridades estaban manteniendo una relación sentimental desde hace dos meses. La joven estudiante pampeana había llegado a Cipolletti para estudiar medicina en la Universidad Nacional del Comahue. Soñaba con ser cardióloga. Ese sábado, Parra salió del departamento en el que vive en la planta baja del edificio situado en Confluencia al 1300 y, por ahora, solo un vecino lo vio abandonar el inmueble. Las cámaras del complejo habitacional no funcionan, así que el momento de su salida no quedó registrado.
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Según relató a la policía, en su departamento había quedado Agustina. Planeaban cenar juntos, cuando regresara de comprar bebidas y de llevar una churrasquera a la casa de su padre. Una hora más tarde, al regresar a su departamento, Parra encontró a la joven estudiante en el piso de la cocina-comedor. Apenas respiraba. A las 20.20 en la central de emergencias del 911 se recibió un llamado en el que se solicitaba una ambulancia.Aunque no se descarta ninguna hipótesis, Parra no aparece como sospechoso, pero los investigadores policiales y judiciales se enfocaron en verificar qué hizo, dónde estuvo y con quién se encontró durante los 60 minutos que transcurrieron desde que salió de su departamento hasta que regresó al edificio. No se llevó su celular. Luego de agonizar durante casi cuatro días, la joven estudiante pampeana falleció a raíz de la golpiza que le propinó su asesino.
De forma inicial, intervino personal de la Comisaría 24 y se sumaron integrantes del Gabinete de Criminalística y la Brigada de Investigaciones. Desde el comienzo hubo cuatro líneas de investigación para esclarecer este crimen. Recién el 31 de julio, casi un mes después del hecho, la carátula fue cambiada a femicidio, un encuadre que -además de colocar el foco en la muerte violenta de una mujer por razones de género- supone mayores precauciones sobre la escena del hecho y su conservación. La querella sostiene que se perdieron pruebas relevantes y otras que se "dejaron pasar" al considerarse el hecho como un simple robo. "Hubo mucha saña y se subestimó la situación”, había dicho Cappello.
Como parte de la investigación, los agentes del Ministerio Público revisaron más de 200 horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona hasta que finalmente dieron con un sospechoso del que, a más de dos meses del hecho, no se sabe su identidad ni paradero. Desde la UFT1 de Delitos contras las Personas que conduce el fiscal Pezzetta subrayaron que “resulta de suma urgencia y relevancia ubicarlo para avanzar en distintas diligencias procesales”. Para ello, el Ministerio Público Fiscal de Río Negro difundió el identikit de un hombre que habría estado en cercanías del lugar del homicidio. Se trataría de un hombre de entre 20 y 30 años, mide entre 1.60 y 1.70 metros, es de tez blanca y cabellos oscuro.
La característica más particular que tiene es que cuenta con una serie de tatuajes en distintas partes del cuerpo. "Todavía no me entra en el pecho tu ausencia, no puedo....no entiendo", sostuvo la mamá de la víctima que, por estas horas, decidió contratar a una supuesta clarividente para que la ayude a descubrir al autor del crimen de su hija. “Estamos pagando abogados, peritos y la fiscalía está investigando, pero yo como madre me empecé a contactar con otra gente por otro lado. Mi marido no sabía nada. Cuando Agustina estaba internada me pasaron el Facebook de esta señora, me contacté y ella no entendía qué pasaba”, contó Silvana Cappello a LM Cipolletti.
Se trata de Véronica Contreras de los Santos, una supuesta "vidente" que vive en Malargüe -Mendoza- y se dedica a trabajar en crímenes y desapariciones. “Agus y yo tenemos una conexión. Pudo ser mi niña. Pude ser su mamá. En sus ojos acá está emocionada y va a tomar mi mano para volver cuando llegue a Cipolletti. Vamos a transitar el mundo de la oscuridad., ¿y saben qué? Nunca me equivoco y menos ahora, con más sabiduría que el año pasado y 10 años atrás, y mil años en otras vidas”, escribió en su perfil. En otro posteo se pregunta: ”¿Por qué no están detenidos Parra y el petrolero amigo?”, publicó días atrás en Facebook con una foto de la víctima.
Además, sumó otra imagen que exhibe restos de vidrio, una medianera y una parrilla en el complejo donde Agustina fue asesinada. “Hace rato vengo comunicada con Verónica, nadie sabía. Yo hago y haré todo lo que pueda para saber la verdad. El fin de semana pasado fui a Luján a visitar a la Virgen. Más allá de lo que esta señora pueda colaborar o no, genera un movimiento. Genera presión”, contó la mamá de Agustina. En sus redes sociales, la vidente cuenta que egresó de la escuela de oficiales de la Policía provincial como Cuerpo Comando (CC). Luego de 15 años en la fuerza, solicitó la baja y pasó a desempeñarse en Gendarmería.
Trabajó en casos resonantes como las desapariciones de Facundo Astudillo Castro y Abigail Carniel, ambas ocurridas durante la pandemia. “Los muertos me eligen”, declaró en una entrevista en agosto de 2020. También se involucró en el caso de Sofía Herrera, la nena desaparecida en 2008, y acusó a los padres de tener vinculación con el hecho. "Esta mujer apareció a los 9 meses de la desaparición de mi hija, diciendo que nosotros éramos los culpables. Lo que decía era un dolor tan enorme que no lo podía escuchar. Hasta el día de hoy me sigue acusando, y sigue nombrando a mi hija", denunció tiempo atrás a BigBang María Elena Delgado , la mamá de Sofía, sobre esta supuesta vidente.
Y agregó: "Un día me hizo un escrache en la puerta de mi casa y recién ahí le hicieron una pericia, la cual indicó que esta mujer estaba obsesionada con el caso, que tenía alucinaciones, que no comprendía la criminalidad de sus actos y que además era inimputable. Cinco meses tuvimos que estar con custodia por ella". Incluso, la vidente llegó a mudarse a Río Grande, donde obtuvo un protagonismo enorme. Iba a los medios de comunicación a decir que sabía lo que había pasado con Sofía y acusaba abiertamente a los padres de la menor en televisión. "Nos hemos enterado de que fue a hablar con gente y hasta les ofreció dinero para que declararan en contra nuestra", le había contado a este sitio Delgado.
Esta vez, la clarividente anticipó que en unos días llegará a Cipolletti para seguir el caso de cerca. "Lo que hace no ayuda, porque vos mientras estás buscando a tu hija, necesitás que la gente comparta su foto. Además, hace trabajar a la Justicia innecesariamente, porque en nuestro caso hizo llamar a una persona desde Rincón de los Sauces para que declarara que había visto cómo mi marido había enterrado a Sofía. La Justicia nunca hizo nada con ella y tampoco con este hombre, que después se supo que era ex pareja de ella, porque me decían que eso no era lo importante, sino que me concentrara la búsqueda", sentenció la mamá de Sofía Herrera.
En septiembre de 2017, el Juzgado de Instrucción N° 1 del Distrito Norte, a cargo de Daniel Cesari Hernández, había declarado a Véronica Contreras de los Santos inimputable “en razón de haberse constatado que presenta una alteración morbosa de sus facultades mentales, lo cual le impide comprender la criminalidad de sus actos y actuar en consecuencia”, según la resolución.
De acuerdo con la investigación, el sospechoso tendría en sus cejas un tatuaje que se puede describir como un número 10, sumado a otros similares a cruces. Mientras que en sus manos tiene una serie de dibujos entre los que se destacan las letras que conforman la palabra “ROCK” en sus dedos.
“Se solicita a toda la sociedad que en caso de conocer u observar a personas con características como las informadas, de inmediato aviso a las autoridades judiciales o policiales intervinientes. Se pone a disposición el teléfono celular del turno de la fiscalía (0299) 154167314, al teléfono de emergencias línea 911 o a la unidad policial más cercana”, habían pedido desde el Ministerio Público Fiscal de Río Negro.