por Matias Ayrala
04 Enero de 2023 15:26En enero de 2020, tras asesinar a Fernando Báez Sosa en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell, los ocho rugbiers detenidos ( Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23)) inculparon a un inocente: Pablo Ventura.
El joven fue detenido en Zárate ya que nunca había pisado la Costa Atlántica durante ese verano y fue trasladado al juzgado de Dolores, en donde estuvo detenido durante cuatro días. Cuando la Policía Bonaerense pudo comprobar que a la hora del asesinato estaba durmiendo en su casa y que horas antes las cámaras de seguridad de un restaurante lo ubicó en su ciudad natal, fue liberado.
Luego se supo que uno de los rugbiers, a modo de “broma” nombró a Ventura durante el allanamiento. De ahí en adelante, la Justicia fue por el joven. Nunca ningún fiscal analizó que era imposible que el chico estuviera en cuestión de un par de horas en Zárate tras huir de la Costa. Lo cierto es que, hasta ahora, ninguno de los 10 rugbiers contó quién y por qué decidió implicarlo a Pablo.
Por todo eso, Ventura demandó al Poder Judicial y al Ministerio Público Fiscal bonaerense por los daños sufridos tras su “infundada e injusta detención”. La causa la lleva adelante su abogado Marcelo Olmos, que la inició en 2021 y se tramita en en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N°1 de Dolores y está próximo a recibir veredicto, según fuentes del caso.
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Hoy, tras declarar en el juzgado frente a los rugbiers, Ventura dijo: "Me molestó que me hayan nombrado. Ellos no me quisieron ver (en la audiencia). Nunca me dijeron nada a la cara". Y agregó: "Fue muy de cobarde nombrar a alguien cuando fuiste vos quién lo hizo. Perdí mi privacidad después de esto. Especialmente los dos meses después que pasó el hecho. Me gustaría escuchar una explicación del por qué me nombraron". Hoy en la mañana, Pablo también se reencontró con Graciela y Silvino, los padres de Fernando. Se abrazaron durante largos minutos.
Ahora, Ventura pondrá el foco en su juicio contra el Estado. En la demanda, su abogado explicó que la detención del joven fue ilegítima y aseguró: “El accionar del Ministerio Público Fiscal fue imprudente, sin detenerse siquiera a evaluar la seriedad y procedencia del 'dato' hizo suya la versión del personal policial y con estos elementos paupérrimos e infundados ordenó la detención del joven”.
En ese sentido, agregó: “Lo razonable, aconsejable y deseable hubiera sido que exigiera una mínima acreditación de la hipótesis planteada por la investigación e inquiriera del personal policial el origen del 'dato' y que plasmara por escrito el origen de la información arrimada para dar sustento lógico a la medida cautelar ordenada”.
En otro párrafo, explica: “La mera insinuación de la supuesta existencia de una denuncia anónima alegada por la policía no es razón suficiente para que nos encontremos dentro de los conceptos de 'causa probable', 'sospecha razonable' o 'razones urgentes' tal como los delineó la jurisprudencia de la Corte Suprema y así se desencadene lícitamente la ilegítima detención de Pablo Ventura (...)”.
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La demanda es por 10 millones de pesos, que se ajustarán si el juicio se alarga en el tiempo. Por otra parte, en el documento, se deja en claro que aunque no se sabe quién nombró a Pablo, varios de ellos dieron desde el modelo y color de auto del padre de Ventura hasta los números de la patente, por lo que su “proceder” estaría planificado. También dijeron que en esas horas viajaría a Punta del Este, Uruguay con su familia. El principal apuntado por la querella es el fiscal Walter Mércuri, el primero en tomar la causa del crimen de Fernando.
En las primeras horas de la detención de los rugbiers, Mércuri ordenó la detención de Ventura tras corroborar su identidad. Por ahora, no declaró. Pero deberá dar las explicaciones pertinentes. En ese sentido, el abogado de Ventura explicó en el expediente: “Luego de trasladarlo a Villa Gesell, Pablo fue encerrado en un calabozo. Luego fue alojado en una suerte de comedor en donde había una mesa y un jergón en el que dormía, siempre amarrado al caño. Iba al baño esposado. El padre le llevaba comida dos veces al día”.
Y agregó: “Ventura fue ofendido en su honor y en su dignidad por haber sido injustamente acusado de un delito y se vio impedido de realizar actividades sociales en su vida de relación durante mucho tiempo. Su imagen fue reproducida junto a la de los demás detenidos y al momento de ser liberado decenas de reporteros y las cámaras de los principales canales de televisión y de innumerables medios gráficos fueron apostados en la puerta de la comisaría”.