El 17 de noviembre del 2021, Lucas González y tres amigos salieron de un entrenamiento en el club de fútbol Barracas Central e intentaron regresar a sus hogares en la localidad de Florencio Varela. Ninguno llegó a destino, ya que en el medio del trayecto fueron perseguidos por tres policías de civil porteños; quienes no se identificaron y les dispararon a traición. El joven de 17 años fue asesinado y sus amigos fueron detenidos de forma ilegal. El crimen aún se investiga.
Gregorio Dalbon, abogado de la familia de la víctima, habló con BigBang y reveló detalles de la causa, cuyo juicio se iniciará finalmente el próximo 16 de marzo. “Es el juicio más fuerte que hay en cantidad de presos que van a enfrentar esto. Seguramente se va a usar la sala del juicio de las juntas ya que son 14 policías de alto rango los que serán juzgados. Esto va a tomar una dimensión diferente. Hay violencia institucional y van a ir Abuelas y Madres de plaza de Mayo”, anticipó el letrado.
Además, con respecto al momento posterior del asesinato, el cual fue encubierto y organizado por once policías que encerraron a las víctimas y ocultaron a los acusados, Dalbón opinó: “Se violó el derecho a la vida y a la libertad de los otros tres chicos que estuvieron presentes el día del hecho. Los policías quedaron en libertad y los chicos fueron presos. Los torturaron”.
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Lo mencionado anteriormente refiere al momento en el que los amigos de Lucas fueron detenidos pese a su calidad de menores de edad por "sospechas", ya que los efectivos que participaron del operativo ilegal intentaron instalar que eran delincuentes y que se había tratado de una persecución.Al ver que los perseguía un auto con personas vestidas de civiles, los jóvenes se asustaron porque creyeron que los iban a robar. De hecho, el abogado de la familia de la víctima reveló que hay un testigo que estaba en la plaza donde quedó el auto la noche de los hechos, pudo ver cómo fue la secuencia y declaró: “Yo pensé que era un asalto, que los estaban asaltando y por eso intentaban escapar”.
Dalbon, quien además tiene una cercanía particular con el caso debido a que su hijo era compañero de fútbol de la víctima fatal, reveló que hace dos meses que se está preparando para defender el caso, ya que es “una sola querella contra catorce abogados”. Los mismos defienden a Gabriel Alejandro Isassi, Fabián Andrés López, Juan José Nieva, Daniel Alberto Santana, Rodolfo Alejandro Ozán, Fabián Alberto Du Santos, Ramón Jesús Chocobar, Juan Horacio Romero, Roberto Orlando Inca, Héctor Claudio Cuevas, Sebastián Jorge Baidón, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa.
“Jamás los acusados se comunicaron con nosotros. Mi idea es que el caso no se transforme del drama de una familia, a la telenovela de las cuatro de la tarde. Para mí, los imputados tienen el principio de inocencia y jamás les faltaría el respeto tanto los imputados, como al tribunal, como las víctimas. Va a ser un tratamiento jurídico que tiene que ver con la vulneración de los derechos humanos", aclaró el abogado.
"Esto fue una persecución y una matanza de policías que no eran policías. A Lucas lo mataron por ser morocho. Es un homicidio por placer y por odio como agravante. En ese momento, Lucas y los amigos fueron sospechosos por su color de piel y por una gorrita. En Argentina hay que desterrar el tema del racismo estructural y el odio por el color de piel”, exigió.
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Dalbón recordó los audios que se descubrieron entre los acusados, en los cuales se develó cómo metieron una pistola de juguete en el auto en el que viajaban las víctimas. “Cayeron comisarios de la policía de la ciudad y lo que hicieron fue seguir obstruyendo y engañando a la justicia con una guerra entre delincuentes y policías. Los chicos no eran delincuentes y estos no eran policías. No quiero politizar esto. En ese momento los policías llegaron, hicieron un circo por lo cual los menores terminaron presos, y los policías estuvieron prófugos durante tres días. Los chicos no tenían ninguna actitud sospechosa”.
Cabe recordar que en una de las llamadas telefónicas que se encontró entre alguno de los imputados, se escuchó como explicaban que se habían “mandado un mocazo” y que necesitaban que “llamen al perro a ver cómo puede emprolijar esto”. Por todas estas cuestiones, Dalbón afirmó que “a los acusados casi les cabe medio código penal. Eran todos comisarios”.
Con respecto a las amenazas que atravesaron y a la custodia policial que les brindaron, el abogado de la familia de Lucas expresó: “Los amigos y familiares de Lucas han sufrido amenazas constantes y tienen custodia desde el día del hecho. Las amenazas no sé de quiénes vienen. Yo tuve situaciones de subirme al auto con las tuercas flojas. Una se cayó al piso y por suerte me pude dar cuenta. Después, también hubo llamados y esas estupideces que en su momento cuando los metían presos. Entre enero y abril solicité tener custodia. A los familiares no sólo los amenazaron, sino también se les metieron en las camionetas. Por eso tienen a la policía federal de custodio”.