Horas culmines. Después de que el juez de Manglaralto, David Ballares, elevara a juicio oral el asesinato de María José Coni (22) y Marina Menegazzo (21), las familias de las turistas mendocinas asesinadas en Montañita solicitaron la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos debido a las diferencias existentes entre la investigación que realizaron por sus propios medios y la llevada adelante por la Fiscalía General de Ecuador.
María José (22) y Marina (21) fueron asesinadas el 22 de febrero en Montañita, Ecuador.
La decisión fue tomada en la semana en la que esperan la designación de la fecha de inicio del juicio, que tendrá lugar en la provincia de Santa Elena a partir del 8 de agosto. En el banquillo estarán sentados los únicos dos imputados por el crimen: Aurelio Eduardo Rodríguez (39) y Alberto Segundo Mina Ponce (34), quien ya solicitó la figura del arrepentido y, con eso, ya reconoció su participación en el hecho, aunque se comprometió a aportar nuevos datos a cambio de una reducción de su pena (para leer más sobre lo que podría suceder con su condena, hacé click acá).
Los familiares de las chicas cuestionan el curso de la investigación oficial.
Las irregularidades en la investigación comenzaron desde el momento en el que fueron encontrados los cuerpos de las chicas, hasta entonces buscadas como “personas desaparecidas” en Montañita. Lo último que se supo de ellas es que iban a emprender el regreso vía la ciudad de Guayaquil (ubicada a 170 kilómetros del destino turístico surfero), pero dejaron de comunicarse con sus familias la misma tarde del 22 de febrero.
Los imputados: Alberto Segundo Mina Ponce (34) y Aurelio Eduardo Rodríguez (39).
Desde entonces, lo que sucedió con las mochileras fue un misterio. Según la línea que investiga la tercera fiscal del caso, María Coloma Pazmiño, las chicas se encontraron con los imputados en la puerta del bar “Sin fronteras”, más conocida como 'La abogadita', ubicado cerca de una de las salidas a la Ruta del Spondylus, que conecta toda la vía costera de Ecuador (para conocer la reconstrucción del crimen y los siete escenarios investigados, hacé click acá).
Algunas de las dudas en torno a la investigación oficial
La cantidad de personas que participaron del crimen: dudan de que lo hayan podido llevar adelante sólo dos personas.
Por qué las chicas fueron a la casa de Mina Ponce y en qué estado lo hicieron. Los estudios toxicológicos confirmaron que fueron drogadas, es un atenuante haberlas llevado en ese estado.
Contradicciones y falta de profundidad en las declaraciones tomadas a los testigos en los primeros días posteriores al hallazgo de los cuerpos.
La demora en la identificación del cuerpo de María José, encontrado el jueves 24. La celeridad del trámite hubiera permitido, entre otras cosas, realizar una autopsia más específica. El de Marina, que se encontraba a sólo 40 metros, fue hallado recién el domingo.
Tal como confirmó el informe de la autopsia al que tuvo acceso BigBang, los estudios toxicológicos realizados el jueves 10 de marzo revelaron que las chicas se encontraban bajo los efectos de la escopolamina al momento de morir. Este informe, solicitado por la defensa de las familias de las víctimas, confirmó las sospechas que tuvieron desde el primer momento: que fue sexual el móvil detrás del asesinato que tuvo lugar el 22 de febrero.
El primer tramo del viaje lo compartieron con sus amigas SofíaSarmiento y Agustina Cano.
Aunque todavía no se confirmó si lo hicieron bajo los efectos del cocktail conocido como "mata voluntad" (para conocer los efectos de la droga, hacé click acá), Marina y María José fueron trasladadas a la casa de Mina Ponce, ubicada a seis kilómetros del centro de la ciudad en el barrio aledaño de “Nueva montañita”. Allí fueron abusadas y asesinadas, tal como confirmó el reporte judicial al que tuvo acceso BigBang (para leerlo, hacé click acá). Los rastros de sangre, muestras de ADN y las pertenencias de las víctimas confirmaron que fue ese el escenario del crimen. Por qué sucedió y cuántas personas participaron es ahora la duda principal de los familiares.
El 22 de marzo, cuando la fiscal dio lugar a las 200 nuevas diligencias solicitadas por la familia, BigBang dialogó con uno de los abogados que las representa en Ecuador, Hernán Ulloa Ordóñez, quien explicó: “Con mucha pena debo decir que por el grado de agilidad con el que quisieron presentar el caso públicamente se generaron errores investigativos que, desde el punto de vista penal, son imperdonables”.
“Han entrevistado a varias personas que aportaron nuevos detalles de ese día y pruebas vinculadas al hecho. Nadie se preguntó, por ejemplo, en dónde están con las mochilas y qué pasó con las pertenencias de las chicas. Son detalles que pueden parecer poco importantes, pero son de gran relevancia porque permiten, a futuro, desbaratar una coartada”, sumó.
María Dolores Coloma Pazmiño, tercera fiscal de la causa, prometió llegar hasta las últimas consecuencias.
Los pedidos fueron aprobados por la fiscal, quien ordenó la realización de una segunda autopsia, que tuvo lugar el martes 22 de marzo en la ciudad de Cuenca. "La nueva necropsia tuvo lugar en un laboratorio especializado que cuenta con los medios científicos más avanzados para llevar adelante este tipo de pericias. Estamos a la espera de los resultados”, confirmó en su momento el abogado.
La declaración del Chamo, el señalado como autor principal que quedó libre
Señalado por Mina Ponce como el principal autor del crimen, José Miguel “el Chamo” declaró a mediados de abril ante Coloma Pazmiño. Si bien confesó que se dedica al tráfico de drogas en la ciudad, negó haber participado del asesinato y aceptó someterse a una prueba de ADN.
El venezolano José Miguel "el Chamo" declaró, pero lo dejaron fuera de la investigación.
La declaración tuvo lugar en la Penitenciaría del Litoral, uno de los penales de la ciudad de Guayaquil, en donde el hombre de 36 años permanecía detenido desde el 17 de marzo por tenencia de cocaína. Su vínculo con la investigación llegó después de que Mina Ponce ampliara el cuatro de abril su declaración y lo identificara como el autor del doble asesinato.
Mina Ponce y "el Rojo" permanecen detenidos desde el día posterior al hallazgo de los cuerpos.
“Ha negado rotundamente su participación en el crimen que se está investigando. Ha indicado con lujo de detalles los lugares en donde estáhospedando, las personas que lo han recibido y las actividades que realizó”, anticipó en su momento a a BigBang Ulloa Ordóñez.
Las chicas se hospedaron en el hostel "JN" ubicado en el centro de la ciudad. Pagaban diez dólares por una habitación compartida.
Para probar su inocencia, el venezolano aceptó someterse a una serie de requerimientos de la fiscalía. “Dijo que está dispuesto a someterse a todas las pruebas que se estimen convenientes para despejar todo tipo de dudas. Aceptó realizarse una prueba de ADN y la comparación con las huellas dactilares encontradas en el lugar en donde ocurrió el crimen. También la prueba del polígrafo y otras más solicitadas por la fiscalía”.
"Rojo" durante la reconstrucción del crimen. Lo hicieron regresar a la puerta del bar.
En su declaración, el “Chamo” negó haber amenazado a Mina Ponce, tal como lo indicó el imputado. “Él reconoció que tuvo una especie de roce. Como vigilador comunal, Mina se encargaba de controlar los permisos de las personas que venden frutas o realizan actividades comerciales. Cuando él llegó a Montañita, había comprado una máquina de Shawarmay, ante la negativa del señor Mina, tuvo que venderla”, reconstruyó el letrado.
La declaración de Mina Ponce, el imputado “arrepentido” que confesó su autoría
El tercer cambio de fiscal cambió la defensa de Mina Ponce, quien permanece detenido en la prisión de Guayaquil desde el lunes posterior al hallazgo de los cuerpos de las chicas. Frente a Coloma Pazmiño, el vigilador comunal reconoció haberle ofrecido el lunes 22 de febrero a las jóvenes mendocinas asilo en su casa porque las chicas aseguraron que no tenían más dinero.
Mina Ponce también participó de la reconstrucción del crimen en Montañita.
Al regresar esa madrugada luego de cumplir con su jornada laboral en el bar “La Abogadita”, el vigilador sostiene que se encontró con cinco hombres que lo amenazaron y los cuerpos de las mochileras “tirados boca abajo en el piso”.
[EXCLUSIVO] BigBang tuvo acceso a la declaración completa de Mina Ponce.
“Cuando llegué a la casa, veo que las luces estaban apagadas y que la ventana de la sala estaba abierta. Entré por la puerta de atrás y, al ingresar, sentí un golpe en la parte posterior de la nuca. Caí por donde está la mesa contra la pared (señala fotografías del expediente). Sentí que uno me apunta con un arma y me dice: 'Quietito'”, reforzó en su declaración.
Aunque no pudo identificar al hombre que lo redujo en la puerta de su casa, Mina Ponce detalló que tenía un “tatuaje con letras góticas y uno de una cruz en la pierna derecha”. Estaba, además, acompañado por dos individuos a los que mencionó como “Mauro” y “Escorpión” y aseguró haberlos detenido en 2015 por tenencia de drogas. “También estaba el Chamo y uno que era negro, corpulento y de cabello churrito largo”, sumó.
Los objetos personales de las chicas fueron encontrados en el jardín de Mina Ponce.
Mina Ponce insiste en que la banda del Chamo lo obligó a autoincriminarse: “Me dijeron que yo les había desbaratado la organización y que a Mauro y Escorpión les habían dado con fuerza. Chamo me dijo: 'Te vamos a tener constantemente vigilado'”.
“Las chicas estaban boca abajo y ya las iban a enfundar (en Ecuador a las bolsas se les dice fundas). El 'Chamo' estaba tirando agua en el piso y me dijo: 'Se nos pasó la mano'. Ellos hicieron todo. Tenían guantes de doctores y fundas en los pies. Comenzaron a embalarlas y, como tenía untricilo del dueño de la casa, las pusieron ahí. Luego me dijeron que los ayudara a sacar los cuerpos porque estaba todo lodoso y el triciclo no quería rodar”, recordó.
La casa del vigilador comunal: el escenario en donde sucedió el doble homicidio.
A los cuerpos los llevaron por separado. “El primero lo bajamos a las 15 hs (del martes 23) por el monte y la dejaron por el laboratorio, al filo de la playa en la parte de arriba de los arbustos. De ahí regresamos a la casa y metieron a la segunda chica en el triciclo. Lo dejamos a unos 10 metros a las 16 por la calle del laboratorio y las fundas las tiraron ahí mismo”, aportó.
[EXCLUSIVO] El acta del levantamiento del cuerpo de María José.
Luego de deshacerse de los cadáveres, Mina Ponce asegura que una camioneta Chevrolet “aveo color concho de vino (bordó) sin placa” recogió a tres integrantes de la banda y que él regresó a pie junto con el Chamo a su casa. “Cuando llegamos, le tiró agua al triciclo y luego me sentaron adentro y me dijeron: 'Serénate, no pasa nada. Vamos a estar pendientes de ti'. Tenemos que culparte a ti y a tu compañero (Rojo) porque una sola persona no pudo haber hecho todo esto”.
[EXCLUSIVO] Una de las armas homicidas, según consta en el expediente.
“El venezolano me dijo qué era lo que tenía que decir y me llevaron a una lavandería para que lavara la sábana. El 'Chamo' me dijo: 'Si llega a pasar algo, échate la culpa'. Y uno de los de la banda que era colombiano me dijo que les habían hecho eso por faltonas (es decir que no cumplieron con una promesa)”, denunció, y afirmó: “Me tiré el muerto porque hicieron conmigo lo que quisieron y me dijeron que iban a matar a toda mi familia”.
Gladys, la mamá de María José, juró que no parará hasta hacer justicia por su hija.
Pasaron dos días hasta que un hombre halló el cuerpo de María José. Tal como publicó BigBang, un turista se acercó al descampado para “hacer sus necesidades” y divisó el cadáver embolsado de la mayor de lasmochileras. El de Marina, en cambio, sería encontrado recién el domingo 28, día en el que el ministro del Interior, José Serrano Salgado, confirmó por Twitter la muerte de las argentinas.
NO descansaremos hasta encontrar al cobarde o los cobardes responsables de los sucedido con las dos chicas argentinas en Montañita
- José Serrano Salgado (@ppsesa)
Durante los cinco días en los que se mantuvo activa la búsqueda de las chicas, Mina Ponce aseguró que recibió intimidaciones por parte de la banda del “Chamo”. “Cuando salía de trabajar me acercaban un teléfono y me decían: 'Mal parido, estamos cerca de tu familia. Tienes que estar tranquilo y sereno, porque donde tu hables algo ya sabes que se muere tu mamá y tu familia”.
Las chicas habían visitado en enero Montañita con sus amigas, pero regresaron el 11 de febrero solas.
Según el vigilador, la banda lo seguía por la ciudad a bordo de una moto Suzuki X100. “Como a los tres días de lo sucedido se me paró y me dijo: 'Estate tranquilo, ya sabes cómo es la nota. Hasta que descubrieron el segundo cuerpo y un agente me llamó a la casa y me cogieron. Me llevaron a la Comuna y los agentes (policiales) me metieron presión. Me llevaron a la fiscalía y me dijeron que tenían pruebas en mi contra”, relató.
Vendían ensaladas de frutas y hamburguesas en la playa.
En su declaración, el imputado aseguró que las bolsas utilizadas para embalar los cuerpos de las chicas eran de su propiedad. “Había un paquete sellado, las tenía dentro de la cómoda porque las utilizo para guardar la basura. Pero las cintas de embalaje no eran mías. Las cosas que fueron encontradas en mi casa ellos mismos las dejaron ahí”.
El encuentro con las chicas y su último diálogo
Según su testimonio, el destino lo cruzó con las argentinas el lunes 22 de febrero en la puerta del bar “La Abogadita” cerca de las 19.30. “Entré a trabajar y le pregunté a unos amigos que estaban adentro de la barrita por Rojito. Me dijeron que estaba afuera sentado con las chicas. Él me contó que las chicas estaban con las mochilas y que le dijeron que no tenían dinero porque les habían robado en el hotel (se hospedaron en el JN)”, recordó.
Los cuerpos de las chicas fueron encontrados en un matorral próximo a la Costa.
Según su recuerdo, Marina, a quien definió como “la patucha” llevaba puesto un “short jean celeste” y María José, “la más alta”, vestía una “pantoleta de flores”.
“Él me dijo que tenía pensado ayudarlas y llevarlas hasta el hotel, pero tenía miedo porque no puede entrar nadie sin estar registrado. Me dijo: 'Ayúdalas tu, que estás solo y no hay nadie en tu casa'. Le dije que no había problema y le di las llaves porque yo ya no regresaba a mi casa. Así que Rojo cogió un taxi y se fue con las chicas”, aportó.
Una hora más tarde, Mina Ponce regresó. “´Me llevó un amigo, Lucho, le dije: 'Hazme el favor de llevarme a mi casa porque llegó el agua y dejé el control abierto. Me dijo: 'Ya, vamos rapidito'. Llegamos y la puerta estaba cerrada. Él se quedó afuera en la moto y luego ingresó Rojo con ellas. Al parecer venían de la tienda porque traían una Coca Cola”, precisó.
"La vida nos regalo un último atardecer soñado", fueron las últimas palabras de Marina en Instagram.
“Ellas se asustaron, quizás creyeron que era un ladrón. Al indicarles que me disculparon por el desarreglo de la casa ellas se sonrieron porque se dieron cuenta de que no era un ladrón porque, además, me vieron lavando unos platos”.
Mina Ponce: “No paso mucho tiempo aquí, me la paso trabajndo”.
Marina y María José: “No te preocupes”.
Tras el breve diálogo, el vigilador volvió al bar en el que trabajó hasta las tres y media de la madrugada. “Las dejé en el cuarto de huéspedes. Rojito me dijo que se iba de nuevo al centro de Montañita y yo regresé a mi trabajo”, cerró. Lo que sucedió después con las mendocinas es un misterio también para los investigadores.