09 Octubre de 2018 15:25
El Padre Felipe dejó en el 2012 la localidad de Puerto de Santa Cruz en medio de un mar de lágrimas. Sus feligreses no querían que el religioso abandonara la Iglesia de Exaltación de La Cruz, y por su buen desempeño, el Concejo Deliberante del lugar lo despidió con un enorme homenaje en agradecimiento a su dedicación y amor a Dios.
Sin embargo, en las últimas horas regresó a la provincia acusado de haber abusado sexualmente de varios menores de edad que convivían con él como novicios, y por las denuncias de las víctimas, la jueza que lleva adelante el caso pidió su detención.
El padre Felipe fue detenido el sábado en Tucumán, acusado de abuso.
El Padre Felipe se llama en realidad Nicolás Parma, y fue denunciado por primera vez en el 2016. En ese entonces, un chico de 16 años confesó que fue víctima del cura en una carta enviada al Vaticano, la cual finalmente nunca recibió respuesta.
Por eso mismo, cuando el escándalo se destapó en Santa Cruz, la Iglesia decidió rápidamente trasladar al religioso de 40 años a un destino no revelado, y después se supo que estuvo en Italia y España a cargo de varias capillas.
Los abusos de el Padre Felipe habrían ocurrido en una Iglesia de Santa Cruz.
A pesar de todo, cuando se despidió del pueblo, sus seguidores se lamentaron porque el religioso iba a abandonar la Iglesia de la localidad, y como era tan querido por los vecinos, el Concejo Deliberante optó por hacerle un homenaje.
Sin embargo, como el tiempo pasó y no se volvió a hablar de las acusaciones, los religiosos trasladaron al Padre Felipe a la provincia de Tucumán, donde finalmente tras muchas sospechas fue apresado por la policía.
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La aprehensión se llevó a cabo luego de que la jueza de Instrucción de esa comunidad costera, Noelia Ursino, lo ordenara. Tras someter el sábado pasado al cura a cinco horas de declaración, decidió que el sospechoso quedara detenido en la comisaría local, lo que significa que Ursino tiene 10 días para resolver la situación procesal de Palma.
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Según se supo, el cura está acusado de abuso sexual contra menores de edad que convivían con él como novicios. La denuncia ante la Justicia fue efectuada por un chico de 16 años, llamado Yair, quien entró en la Iglesia primero en Salta, donde vivía, y luego fue enviado a Santa Cruz, donde conoció al ahora acusado.
El religioso habría abuso de chicos que estudiaban para convertirse en sacerdotes.
El joven reveló que mientras estuvo con el Padre Felipe en la Iglesia de Exaltación de La Cruz, donde estudiaba para convertirse en sacerdote, sufrió de mucha violencia sexual, aunque no fue la única víctima, ya que explicó que otros chicos debieron vivir los mismos padecimientos.
Según contó al medio Cosecha Roja, se enfrentó a violaciones constantes durante dos años, y aseguró que el mecanismo era siempre el mismo: Parma aparecía por las noches en las habitaciones de los chicos o durante el día los mandaba a llamar y los encerraba en un cuarto para abusarlos.
Incluso, aseguró que en algunas ocasiones obligó a dos chicos a hacer un trío sexual bajo amenaza de echarlos del sitio donde estudiaban.
Nicolas Parma junto a Agustín Rosa, también acusado de abuso.
Al momento de su detención, Nicolas Parma formaba parte de la congregación “Discípulos de Jesús de San Juan Bautista”, fundada por el salteño Agustín Rosa, quien también fue denunciado por abuso y por enriquecerse con los fondos de la comunidad.