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La indignante frase del padre de uno de los rugbiers: “Es una tragedia para todos”

Lo dijo Marcial, el padre de Máximo Thomsen, uno de los que pateó a Baéz Sosa.

03 Enero de 2023 15:45
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En la madrugada del 18 de enero de 2020, en la Avenida 3 y la 102, en el centro de Villa Gesell, Fernando Báez Sosa fue golpeado en su cabeza hasta la muerte. Sus asesinos fueron un grupo de rugbiers oriundos de Zárate, que se organizaron para ir a buscarlo tras un intercambio de palabras dentro de un boliche.

 

Tras trazar un plan, lo llevaron a cabo. Mientras Baez Sosa charlaba con un amigo, lo atacaron a traición, por la espada, entre al menos cinco personas: Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli. Primero le dieron trompadas en su rostro y en el cuerpo. Cayó de rodillas. Le dieron una patada en la cabeza que lo desmayó. Luego siguieron pateándolo en la cabeza hasta que lo mataron.

 

La autopsia dijo que murió por “un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo”. Uno de ellos le dio la patada final. El ataque quedó grabado en distintos celulares. Mientras Fernando era masacrado y torturado, otros tres rugbiers, Ayrton Viollaz, Lucas y Luciano Pertossi, habían hecho un “cordón humano” para que los amigos no pudieran auxiliarlo mientras era golpeado hasta su fallecimiento. También les pegaron.

 

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Uno de los más complicados se llama Máximo Thomsen. Ese rugbier es el cabecilla del ataque. Varios testigos lo reconocieron como el que ordenó la paliza y el primero en pegar. También fue quien lo pateó cuando ya estaba desvanecido. Es decir, fue el autor del golpe mortal.

 

De hecho, una de las pruebas que incriminan a Thomsen es una zapatilla de lona negra manchada con la sangre de la víctima que le pertenecía. La encontraron en la casa que los rugbiers habían alquilado en la costa. Los golpes que le dio a Fernando fueron tan fuertes que la suela de la zapatilla quedó marcada en el rostro. Hoy, en Dolores, el padre de Máximo, Marcial Thomsen rompió el silencio.

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Lo hizo a la salida del Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores. Primero dijo que los medios de comunicación son los “culpables de la condena social” a su hijo. Después hizo una de las más indignantes frases de los últimos tiempos. Sin respeto por los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, afirmó: “Hay un dolor muy grande de ambos lados. Esto es una tragedia para todos”. No es la primera vez que habla. En enero de 2020, a poco del crimen, dijo sobre su hijo y los amigos: “No son asesinos”. La Justicia cree otra cosa.

 

Durante la segunda audiencia, Marcial estuvo en la tercera fila cerca de los imputados y detrás del anillo de seguridad de los agentes del Servicio Penitenciario. Cuando la querella mostró el video del ataque, el hombre se agarró de la cabeza durante unos segundos. Cuando un amigo de Fernando reconoció a su hijo como atacante, repitió el gesto. A pocos metros, Graciela, la madre de la víctima, lloraba y se tapaba el rostro.