El último lunes, un grupo de delincuentes armados y vestidos de policías irrumpieron en la comisaría de la localidad bonaerense de San Justo en un intento por liberar a un preso.
Si bien la intención fue frustrada por los agentes policiales en un tiroteo, resultó herida de dos balazos la sargento Rocío Villarreal, quien fue intervenida quirúrgicamente y se determinó que tiene un "daño importante" en su médula ósea.
La sargento Villareal pasó a ser subteniente.
Por el hecho fueron detenidos Bruno Postigo Marullo (19), Gonzalo Fabián D' Angelo (22), Daniel Alberto Rodríguez (32), Noé Nicolás Castillo (30) y Zahira Ludmila Bustamante, la joven de 19 años señalada como la organizadora del intento de toma para liberar a su novio.
En ese marco, detenida en la cárcel de Melchor Romero, Bustamante dio a conocer una carta en la que asegura no participó del intento de fuga de su pareja y aclaró: "Mi única culpa fue haberme enamorado de Leandro, tenía miedo que lo mataran en un penal”.
Ludmila y su primo, Bruno. Ambos quedaron detenidos.
El grupo había ingresado a las cinco de la madrugada a la seccional policial con el objetivo de liberar a Leandro Aranda, detenido el 25 de agosto del 2017, acusado de haber asesinado a balazos a otro joven llamado Nicolás Ojeda. Según los investigadores, Ojeda habría traicionado a Aranda cuando ambos se robaron un cargamento de 70 kilos de cocaína.
Durante el escrito, Bustamante remarca: "Quiero aclararle a la población que no soy jefa de banda alguna, que no planifiqué la fuga de mi marido y que no conseguí ni armas ni uniformes. Mi única culpa fue haberme enamorado de Leandro, que tenía miedo que lo mataran en un penal y que por eso yo le prometí, 'quedate tranquilo' mi amor que yo te voy a sacar”.
Al mismo tiempo, en la carta aclara que no participó del ataque: “Me detuvieron a media cuadra de la comisaría engañada, diciendo que me habían autorizado a ver a mi marido y que también detuvieron a mi primo que me había acompañado". En ese marco, también se refirió al estado de salud de Villarreal, quien podría perder la movilidad de sus piernas.
La carta de la novia del detenido.
"Me la paso rezando para que la Rocío, la policía baleada, vuelva a caminar, ya que gracias a Dios está viva. Pido perdón a la sociedad, a mi familia, a mi hijo por lo sucedido, y le pido a Dios que me perdone porque yo sólo actué por amor", sentenció.
Abogada detenida
Por otra parte, la abogada de Leandro Aranda, fue detenida como presunta partícipe del ataque a tiros a esa seccional, acusada de haberle entregado a su cliente el celular con el que desde el calabozo se comunicaba con su novia y el resto de la banda, informaron fuentes policiales.
La letrada, Leticia Analía Tortosa (37), fue detenida en su domicilio de la calle Basualdo al 1800 del barrio porteño de Mataderos.
La sospecha de la fiscal de La Matanza que investiga el caso, Alejandra Núñez, es que fue Tortosa durante una visita en la seccional 1ra. de San Justo, quien llevó oculto y le entregó a Aranda el smartphone donde se encontraron distintos mensajes preparativos del intento de rescate.
Según las fuentes, uno de los detenidos que compartía calabozo con Aranda le dijo a los investigadores que fue la abogada quien entró el celular oculto “entre sus partes íntimas” y se lo dio al hombre que está preso por homicidio y al que intentaron rescatar.
El testimonio fue corroborado con el registro de visitas de detenidos de la comisaría, donde consta que el día que Tortosa fue a ver a su cliente a la seccional se produjo la primera comunicación entre el celular de Aranda y el de su novia, Zahira Ludmila Bustamante.
Por esa maniobra de entregar el celular, algo que favoreció el plan criminal que tenía la banda, la fiscal de La Matanza imputó a la abogada Tortosa como partícipe de la tentativa de homicidio agravada de la que resultó víctima la sargento Rocío Alejandra Villarreal.
El director del centro médico en donde se encuentra internada la sargento.
La mujer policía, quien tiene una hija de tres años, permanece internada en grave estado en el Centro Médico Fitz Roy, de Villa Crespo. Como consecuencia del tiroteo, la sargento Villarreal recibió un balazo en el pecho que lesionó varios órganos, le destruyó una vértebra y afectó la médula, por lo cual no tiene sensibilidad en sus miembros inferiores.