11 Marzo de 2020 10:23
¿Hay posibilidades reales de que los ocho rugbiers detenidos por el crimen del joven Fernando Baéz Sosa gocen del beneficio de la prisión domiciliaria? En las últimas horas la Justicia comenzó a avanzar con los estudios de locación para ver si se encuentran aptas o no las residencias de cada uno de ellos, y hasta se probaron las tobilleras electrónicas que se usan para monitorear a los detenidos.
Así lo dispuso el juez de Garantías de la causa, David Mancinelli, que solicitó una serie de informes para determinar si da lugar o no al pedido de prisión domiciliaria que solicitó el abogado de los rugbiers, Hugo Tomei. Entre los requisitos que deben tener los domicilios, por ejemplo, se encuentra que haya buena conexión a internet, buena recepción de celular o en su defecto una línea telefónica tradicional que funcione.
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Báez Sosa fue asesinado a golpes a la salida del boliche Le Brique en la localidad balnearia de Villa Gesell, en la madrugada del 18 de enero. En la causa se encuentran imputados diez rugbiers de los cuales ocho están detenidos desde el día del crimen.
Los rugbiers están acusados del "homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" de Fernando y de las "lesiones" que sufrieron sus amigos. Uno de los puntos en los que la defensa de los detenidos hizo foco en su buen compartamiento en el penal en el que se encuentran alojados Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Blas Cinalli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz, Luciano Pertossi, Matías Benicelli y Lucas Pertossi.
Todos ellos dejaron de consumir hace días medios de comunicación para mantenerse alejados de la realidad. Sin embargo, varios de los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense que tienen trato directo con ellos sostienen que todavía siguen con aire de “soberbia”.
