Verónica Soulé tenía 31 años. Murió en Rosario el 23 de marzo por las graves quemaduras que sufrió seis días antes en su vivienda del departamento de San Martín. Antes de ser trasladada por sus padres al hospital, la joven alcanzó a señalar a su pareja y padre de sus dos hijos como el hombre que la prendió fuego. La luca de Graciela Ríos, su mamá, por recuperar la tenencia de los menores.
"El 17 de marzo, a la una y media de la mañana, el marido de mi hija me golpea la ventana y me dice: 'Mire cómo tengo las manos por salvarle la vida a su hija'", recuerda Graciela, en diálogo con el diario Crónica. La mujer sabía que su yerno ejercía violencia de género y lo primero que hizo fue preguntarle: "¿Qué hiciste?". "Salimos con mis dos hijas que viven conmigo corriendo hacia la casa que está a unos cincuenta metros de la mía. Cuando llegamos, ya la habían cambiado, tenía una bombachita seca, una toalla en la espalda y las manos enfrente de la ducha encendida", reconstruye Ríos.
Había olor a quemado y las cenizas invadieron cada rincón de la casa. "Cuando entramos, él le dice a mi hija: 'Me creen'. Ella le dice: 'A mí no me vas a psicopatear. Si no me creen, se van de mi casa'. Salí corriendo a buscar a mi pareja para que saque el auto y llevarla al hospital. Cargamos a mi hija y él no nos dejaba avanzar, hasta que pudimos salir. Vero nos repetía con miedo: 'A Cañada Rosquín no me lleven', porque la familia de él vive ahí".
Verónica luchó seis días por su vida, pero tenía el 88 por ciento de su cuerpo quemado. "Agonizó una semana y falleció el 23 de marzo. Ese mismo día, pasé por la comisaría a hacer la denuncia y me dijeron: 'Vaya, tranquilícese, después le tomo la denuncia'. Tuvo que ir una amiga y patearles la puerta para que me tomaran la denuncia, querían tapar todo", denuncia Graciela.
La detención de Lisandro Cabral, pareja de Verónica, se produjo recién el 26 de junio. Está imputado como sospechoso de haberla asesinado prendiéndola fuego con alcohol. La causa, a cargo del juez Pablo Ruiz Saiger, fue calificada como "homicidio agravado por el vínculo" y Cabral deberá cumplir con prisión preventiva hasta el juicio oral.
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"A mis nietos, ellos (por la familia de Cabral) se los llevaron ese mismo día que él prendió fuego a mi hija. Ella amaba a sus hijos, soportaba todo por ellos. Mi hija era un amor, vivía por ellos. Nosotros estamos destruidos. Ahora pedimos la restitución de mis nietos, que están con la familia del femicida".
Verónica no lo denunció, pero su familia sabía que sufría violencia doméstica y que el presunto femicida contaba con la colaboración de su familia para el sometimiento físico y psicológico. "Él la manipulaba, no la dejaba tener contacto con nosotros. No tenía amigas, prácticamente la controlaba todo el tiempo. Si él no estaba, lo hacía su familia. Mi hija nunca lo denunció. Siempre nos decía que se había golpeado con alguna cosa".