En agosto, un hecho delictivo conmocionó al mundo del fútbol. En aquel entonces, el parte policial resumía que Ezequiel Cirigliano, de 30 años y ex River, fue detenido mientras intentaba robar una casa ubicada en la calle Olavarría, en la esquina con Avelino Díaz, en el barrio San Martín. Al ser aprehendido, al ex mediocampista le encontraron un arma marca browning 9 milímetros, tenía 11 balas en el cargador y una en la recámara.
La causa quedó a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación N°7 de San Martín y la caratula es la de “aprehensión por portación ilegal de arma de guerra y violación de domicilio”. Desde el entorno del ex futbolista afirmaron que, desde hace un tiempo, sufre “problemas personales”. Desde entonces, el acusado quedó detenido.
Pero, desde hoy, el panorama sobre lo ocurrido aquella noche cambió por completo. Flavia, la madre de Cirigliano, decidió romper el silencio y contó que su hijo no solo no es un delincuente sino que sufre una enfermedad psiquíátrica desde hace más de 10 años. Además relató que al momento de la detención, él no iba a robar sino que estaba dispuesto a suicidarse.
En una entrevista con Argenzuela, en C5N, la madre del futbolista dijo: “Si tenía un arma no era para ningún hecho delictivo, sino para dañarse a sí mismo... Ezequiel sufre de una depresión muy grande desde hace mucho tiempo, está muy triste, jamás le haría daño a nadie”.
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Y contó cuáles fueron los hechos que profundizaron la depresión: “Necesito que por favor me ayuden a que lo liberen y me dejen llevarlo a una clínica. Hace más de diez años que sufre depresión, pero de la pandemia para acá no la puede manejar, tiene muchísima tristeza”. Y agregó: “Su papá murió cuando él estaba jugando en Tucumán y de ahí no se pudo levantar nunca más. Intentó, tuvo una linda carrera en México, tuvo que volver, lo agarró la pandemia y desde ese momento no pudo levantar cabeza”.
En cuanto a su presente, la mujer relató: “El último club fue en Italia, en febrero de este año, y a los dos meses volvió porque no daba más. Lo tenía acá en casa destruido”. Y dijo: “Tenía asistencia psicológica, pero se resistía a la ayuda. Tomaba la medicación, se ponía bien y la volvía a dejar porque creía que su rendimiento en el fútbol iba a bajar por la medicación”.
Sobre su último tratamiento, la madre de Cirigliano explicó: “En diciembre la psiquiatra del Hospital Posadas lo medicó, se puso bien y se fue a Italia. Volvió a los dos meses porque la medicación la había dejado en casa”.
En tanto, sobre la detención, la mujer denunció: “La Policía lo re cagó a palos mal, todavía tiene marcas en la cara. Lo que le hicieron es tremendo. Le pegaron, le tiraron gas pimienta, casi le quiebran una muñeca”. Y continuó: “Si ven los videos, él venía caminando tranquilamente para mi casa. Lo tenían que detener porque tenía un arma, pero no era para delinquir. No es un delincuente, está enfermo”.
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Además dijo: “Ya le tomaron declaración, le vieron la carita, saben que no es un delincuente. Hace dos meses lo tienen ahí adentro, se está deteriorando cada vez más. Les pido a los jueces que lo dejen en libertad para poder llevarlo a una clínica”.
Y finalizó: “Él confesó lo que pensaba hacer. Él se quería lastimar, no quiere vivir más. Está muy triste. No puede más. Los jueces de Cámara tienen que decidir en cinco días”. También reveló que la ayudan Matías Almeyda y Fernando Signorini: “Si me están escuchando, les pido que me dejen llevarlo a una clínica y tenga la ayuda que necesita. Para que se interne y pueda volver a sonreír”.