Cristina Saed y su hija: ahora está luchando por la verdad.
Era la voz que faltaba. La madre de la catamarqueña Luciana Farías no había hablado hasta ahora sobre la extraña muerte de su hija en Buzios, donde vivía con su esposo, Pablo Angelina, quien en 1998 había asesinado a Belén Galetto, su anterior esposa. Cristina Saed no cree en el suicidio.
Pocos días después de haber llegado de Brasil -donde estuvo investigando y haciendo diligencias judiciales- ella misma se comunicó con BigBang. "No quiero que nadie piense que me estoy callando. Quiero decir lo que sé", explica, muy angustiada.
Lo que sigue es la transcripción casi completa de una conversación telefónica de una hora y media. Lo que sigue es la historia de una madre que busca verdad y justicia.
-¿En qué circunstancias conoce su hija a Pablo Angelina?
-Yo te voy a contestar lo que yo sé. La verdad es que es como todo padre, los hijos van a una fiesta, un boliche y una no sabe... Yo no puedo decir cuándo se conocieron, pero cuando yo me entero de quién es y de lo que había hecho esta persona (se refiere al asesinato de Belén Galetto) se lo digo. Ella no quiso entrar en razones, me dijo que era una persona buena, atenta, amable. Yo le dije "Hija, las personas no cambian, por favor cuidate". Pero ella no quiso entrar en razones. Se lo dijo su papá, se lo dije yo, se lo dijeron sus amigos. Pero ella decía que no es lo que dicen los medios. Yo me imagino que cuando sucedió la historia de su primera esposa mi hija era muy chica, no podía conocer bien los hechos.
"Nunca tuve una relación con él. Yo le tenía miedo, por su pasado
-¿Qué relación tenía usted con Angelina?
-Nunca tuve una relación con él. La tenía mi hija. Yo le tenía miedo, por su pasado. Me parece una reacción lógica de todo ser humano. Mi hija se empezó a alejar de sus amigos, se empezó a alejar de mí. A veces quedábamos en encontrarnos en un bar y no iba. Y con el transcurso del tiempo yo me daba cuenta de que la estaba perdiendo. Tuve que acceder y nos empezamos a encontrar a solas, pero él llegaba a buscarla. Cruzaba alguna palabra conmigo y yo por educación lo saludaba, sostenía una conversación protocolar, por temor a que ella se alejara totalmente de mí.
Entre el casamiento de Angelina y Luciana y la muerte de ella pasaron apenas tres meses.
-¿Ellos cuándo se conocen?
-Se conocen en agosto pasado y se casan el 28 de septiembre a pesar de haberle pedido yo que dejara pasar un tiempo, que lo conociera más, y que recién decidiera, porque me parecía, tengo que decir una palabra terrible, me parecía un suicidio que tomaran esa determinación a 60 días de haberse conocido. Se los dije a los dos.
-¿Y qué les respondieron?
-Este señor me contestó que él la amaba, que la iba a cuidar, que era su reina, que era su princesa, que era el amor de su vida y que nunca había conocido a nadie como ella.
"Me dijo que la amaba, que la iba a cuidar, que era su reina...
-¿Y ella?
-Él nomás habló, ella no me contestó nada.
-Él dio a entender a través de sus abogados que ella consumía drogas...
-Él puede decir lo que quiera porque mi hija ya no está para defenderse. Si consumía o no, yo lo desconozco. Él me manifestó que se la debía internar. Me preguntó si yo firmaría la internación de mi hija y yo le decía que la decisión en tal caso la tenía que tomar sólo ella. Yo no puedo hacer nada si ella no me lo dice. Mi hija toda la vida ha sido muy confidente y yo calculo que de encontrarse en una situación así también me lo hubiera dicho. Pero no lo sé. A ciencia cierta no lo sé.
La boda en el civil. "Durante la ceremonia, lo único que hacía era llorar", dice la madre de ella.
-¿Fue a la boda de ella?
-Yo fui al civil y no quería entrar, estaba sentada en el patio interior. Por los ruegos y las súplicas de mi hija entré y permanecí en un rinconcito en la sala. Durante la ceremonia, lo único que hacía era llorar. No la quería dejar sola en un momento que para mí era terrible.
-¿Cómo le comunican que se van a vivir a Brasil?
-Mi hija me dice: "Mami, Pablo me pide que vayamos a vivir a Buzios para tener una mejor vida, empezar todo de cero, porque acá la sociedad, viste cómo es... Preferimos ir y vivir donde nadie nos conozca". Cuando estaban por irse, me dice: "Mami, te traigo mi ropa, mis zapatos. Yo le digo: "Hija, tenés que llevar ropa, tenés que llevar zapatos". Luci me dijo: "Pablo me dijo que allá no necesitaba tanta ropa". A mi hija le encantaba cambiarse de jean, de remera, de zapatos, eso lo vio todo el mundo. Era una persona absolutamente pulcra que se fue con dos o tres cositas. A mí en este momento todo me llama la atención.
-¿Tenían trabajo?
-No, la verdad es que desconozco. Angelina manejaba plata, salían a almorzar, a cenar. Yo le vi a mi hija en el dedo un anillo muy bonito, le dije qué hermoso anillo: era un anillo de oro blanco con una piedra de rodocrosita.
-Angelina estuvo acusado de robar rodocrosita...
-Sí, pero yo nunca relacioné una cosa con la otra. Yo quise pensar que en realidad se lo compró.
-Cuando usted me llamó, me dijo que esta línea con la que hablamos era el número de Luciana. Como los celulares tienen una importancia en esta historia, me gustaría que me detalle eso...
-Yo tengo dos líneas de celulares y una se la doy a mi hija. Esta línea con la que está hablando usted es una línea de Movistar, que se la regalo con un Samsung J7, que le compro en el mes de junio. Cuando ellos parten a Buzios, mi hija me mandaba Whatsapp todos los días, y un día me manda un mensaje desde el celular de Angelina, diciéndome "Ma, escribime acá porque mi celular se rompió". Puede haber sido ahí en noviembre. A partir de ahí, todo el contacto que tengo con ella es al celular de él. Imagínese que él sigue manejando el Facebook de mi hija. No quiero levantar un dedo acusador, pero...
"Para mí, mi hija era, es y va a seguir siendo bella"
"Me manda una foto y me dice: 'No estoy feliz'
-¿Cómo sigue la historia?
-Yo estaba con mis nietas festejando la Nochebuena, le escribo, le mando los saludos de rigor, le digo que quería ver cómo está, tan bonita, tan bella, para mi mi hija eray va a seguir siendo bella -no quiero hablar de ella en pasado- Me manda una foto y me dice: “No estoy feliz”. Ese "No estoy feliz" yo lo interpreté como que estaba lejos de la familia, que sentía la nostalgia del calor del hogar, de los padres, del hermano, del sobrino... Yo estoy separada del padre, pero tenemos una muy buena relación de padres y tenemos mucho contacto con nuestros hijos... Le escribo un mensaje y le digo: "Mi amor, sos tan bella y tenés una vida por delante. No dejes que nada te entristezca porque tenés todo para ser feliz". Y ella me dice. "Bueno, ma, chau, nos vamos a la playa. Le digo: "A qué se van a la playa". Me dice que él vendía Fernet con coca en la playa... es lo que ella me dice.
"Me dijo 'Le voy a esconder la plata para poderme ir, y a mí me daba mucho miedo...
-¿En Nochebuena se fue a vender Fernet con coca a la playa?
-Así es. O al menos es lo que ella me dice. Y un día, puede haber sido el 29, el 30 de diciembre, ella me manda un mensaje desde el celular de él, diciéndome que le haga una carga de 50 pesos al celular de él, y yo le hice una carga de 100 pesos. Y el 31, a las 4 de la tarde, yo recibo ese audio que publicaron ustedes, me manda ese audio y lloraba, lloraba... Y yo la llamé enseguida, le digo que se tranquilice. Me dice "Mami, me quiero volver, me quiero ir. Le voy a sacar la plata porque no tengo una moneda más de lo que me deja para ir al Super. Le voy a esconder la plata para poderme ir". Le dije: "No, mi amor, esperá, yo el lunes te giro y te venís". Porque a mí me daba mucho miedo. Le dije que tratara de calmarse y de pasar bien el 31 y que prepare algo rico para la noche, y me dijo que para qué iba a preparar algo si él se iba a la playa, y yo le dije que se calme, con la esperanza de que fuera una discusión y nada más. Yo a mis dos hijos los crié como bebés. Si lloraban, les lavaba la cara, y a Luci le dije "Calmate, lavate la cara, ya va a pasar", le dije que mi corazón estaba con ella, que la abrazaba y la besaba a la distancia, y ella me dijo: "Te siento mami, te siento tan cerca mío"... Le pedí que prepare algo rico para la noche, que quizás la tempestad se apaciguaría...Y a las ocho de la noche le escribo de nuevo, "Hija cómo estás, cómo te sentís", y ella me dice "Mami, quedate tranquila, ya hablé con Pablo para terminar las cosas bien. Él me dijo que más allá de que nos separaráramos, yo podía contar con él". A las 23.40 de Brasil me manda un mensaje diciendo: "Mami, en 20 minutos va a ser año nuevo. Si podés, llamame". Cuando eran las 12 de la noche, o sea las 23 de Argentina, le dije al hermano "Llamala, y dale la sorpresa de que atienda pensando que soy yo". Y mi hijo habla con ella y me dice "Mami, atendela vos porque está llorando y no quiero hablar así con la Luci".
La última foto que se conoce de Luciana: la envió el 31, pero sería de Nochebuena.
-¿Cómo fue ese diálogo?
-Le digo "Hola mi amor, cómo estás, feliz año. Te deseo tanto que pases un año bellísimo lleno de cosas hermosas como te merecés", todos los saludos de amor que una madre le puede hacer a un hijo. Eso fue. Y después llegaron las 0 horas de la Argentina, brindamos, y ella me manda una foto abrazando a su perrito.Y me dice. "Ma, te mando un feliz año nuevo, estamos festejando los dos porque Pablo está festejando y no me da bola. Te hago caso: yo tampoco le doy bola". (N de la R: Más tarde, Cristina agrega: Supongo que esa foto es de Nochebuena, porque se la tiene que haber sacado él y ella me estaba diciendo que estaba sola) Al rato mi nuera me manda un mensaje. Dice: "Luci me manda un mensaje, dice que por favor la llames".
-Y entonces la vuelve a llamar...
-Sí. Otra vez estaba llorando, le digo: "No llores más". No me dijo por qué estaba llorando. Me dijo: "Pablo me hizo problemas porque me fui a la casa de una señora que me hace acordar mucho a vos, para que me diera su número de celular, porque Pablo no me quiere prestar el celular"... Yo le dije: "Bueno, mi amor, calmate, tranquilízate. No hables, no discutas, no pelees, ya falta poquito, tené paciencia... " Después de esa conversación la volvía a llamar, volvían los llantos... A mí me entró una angustia terrible porque no sabía qué decirle ni cómo tranquilizarla. A las cuatro de la mañana, Angelina me manda un mensaje diciéndome: "Señora llame. Luciana no tiene compasión ni misericordia". Entonces llamo, y él me dice: "No sabe lo que está haciendo, está rompiendo las cosas, se tira en el piso. Le digo: "Póngala al teléfono". Ahí la pone al teléfono y mi hija no hablaba, hacía "Agh... ", yo la escuchaba como si estuviera ahogada, le decía "Hija, hablame, por Dios, comportate como una mujer, no como un bebé..."
"El 4 de enero le mandé un mensaje a Angelina: '¿Mi hija está muerta?'
-¿Cómo llegan a saber que ella se encerró en su habitación, como contó su abogado?
-A la mañana siguiente, mi hijo me dice: "Cristina venga a ver lo que escribió Pablo". Y ahí en Facebook había puesto que mi hija le rompió el chip, entonces yo le empiezo a contestar a través de Facebook, y me dijo que se había encerrado en su habitación y que llevaba varias horas, me decía "Sigue encerrada, sigue encerrada". Y yo le dije: " Si sigue encerrada, llame a la policía". Y a posteriori me contesta que si iba a la policía le iban a a prohibir a ella la salida del país, que por eso no lo hacía. Eso yo no lo entiendo: si yo veo que alguien se arrastra o se revuelca , salgo a la calle y pido ayuda, pero no, nada de eso sucedió. Y no pidió ayuda en 36 ahoras a cambio de la vida de una persona. Qué podría haberle importado que w esté presa a cambio de tenerla vida? Después le comenté eso a la policía y me dijeron que era mentira. El 2 de enero digo: "No voy a molestar", por el problema que había... Y el 3 de enero, a las nueve de la noche, este señor me escribe a mi Face: "Señora necesito contactarme urgente mas usted no atiende". Cuando entro al Face le pongo: "Disculpe, me pone que es urgente y no me dice de qué se trata". Entré todos los días a preguntarle qué pasaba y no me contestaba. Le escribí el 3, el 4 y el 5 de enero. Y no me contestaba. Le escribí al face de mi hija y mi hija no me contestaba. El 4 de enero a mis amigos de la escuela donde trabajo les dije: "Temo lo peor, tengo miedo por mi hija". El 4 de enero le mando un mensaje a Angelina: "¿Mi hija está muerta?" Esas cosas de madre, esas cosas del corazón, y tampoco me contestó. Él cambió su perfil de Face y puso un crespón negro. Le pregunté por qué y nunca me contestó. Me empecé a contactar con su familia: con su hermano, que es excelente, y me ayudó a contactarme con el consulado de Brasil. En el consulado no sabían nada. El día 5 de enero recibo un mensaje del consulado que dice "Señora Cristina, le dimos prioridad a sus caso. Nos comunicaremos en el transcurso del día". Al mediodía, yo esperando noticias del consultado, recibo un mensaje por Whatsapp largo que comienza así: Cristina. Luciana se quitó la vida. No terminé de leer. Yo pensaba que era del consultado... Entonces contesto: "Me quiero morir, no tengo medios..." Pensé que me estaba contactando el consultado hasta que me doy cuenta de que era Angelina. Me siguió escibiendo, me dijo que Router estaba enfermo porque había visto todo, y no recuerdo que más me dice.
-...
-Después me dijo: "Usted sabe que yo la quiero mucho, me gustaría abrazarla y que nos consolemos a pesar de que usted a mí no me quiere" . Y yo le dije: "No le voy a perdonar nunca que no me haya avisado". Entonces me dijo que Luciana había dejado una carta y que en breve le entregaría la documentación. Yo no quise escribirle más nada.
"Él le dijo a la policía que ella no tenía familia, que eran él y ella solos.
-Y se fue a Río...
- Cuando llegué a Río estaba la gente del consulado esperándome en el aeropuerto. Nos fuimos al hotel y después me pasaron a buscar para ir a la policía de Buzios. Hago mi declaración y les digo que a mí no me convencían las circunstancias porque mi hija amaba la vida como nadie. Me encantaría poder exhibir todas sus fotos, porque ella era una viva sonrisa para todo el mundo. Le explico a la policía que yo no podía entender por qué ella había dicho que iba a venir a la Argentina y terminó muriendo en Buzios. Cuando empiezo a hablar con la policía y muestro el audio y los mensajes, los policías me dicen que él había manifestado que él no tenía familia, que eran ella y él nada más, que no había más nadie en este mundo, que eran ellos dos, sólo ellos dos. Entonces la policía queda asombrada, porque además Angelina había dicho que no tenían celular . Entonces yo les muesto los whatsapp y les digo: "Si no tenía celular... ¿De dónde manda esto?" Eso causó mucho asombro a la policía. Después de muchas horas de permanecer en la policía de Buzios, les pido que me lleven a la morgue ver a mi hija. Les pido que me lleven y me dicen no: "No, si su hija está enterrada". Y les digo: "¿Cómo que está enterrada, no le voy a poder dar un beso, no me puedo despedir?". Me vuelven a decir que él había dicho que era él sólo, que no había más nadie, no había familia... Entonces le digo a la policía que me lleven a la casa donde vivían para poder retirar las pertenencias de mi hija, porque es mi hija, para tenerlas aunque no tenga su presencia física. Tan grande fue mi sorpresa cuando la policía me responde: "No, si ya no está más, se fue". Hizo limpiar la casa con dos personas, con agua, con detergente, y se fue. Y yo: "¿Cómo que se fue? ¿No está más? Yo quiero ir a la casa", y me dicen: "No, porque la casa está vallada, cercada". Y les digo: "Cómo es que yo no puedo ir y a él le permitieron sacar las cosas y limpiar la casa y recién después la vallaron?" Y me dicen: " Pero al cementerio puede ir".
"Dejó de llamarse Luciana Farías para convertirse en un número
-¿Con qué se encontró allí?
-Lo del cementerio fue despiadado. Dejó de llamarse Luciana Farías para convertitrse en un número, el número 67. Ni siquiera con un pedazo de ladrillo pudo escribir su nombre. No, la convirtió en un número. A partir de ese momento decidí contratar un abogado en Brasil. Yo había renunciado a todo a cambio de traerla a mi hija, pero cuando vi todo eso dije "No, no puedo". Hablé con un abogado en Río de Janeiro, le mostré lo que tenía yo en mi celular y me dije que la quería traer. Y me dijo que si yo la traía no iba a haber caso. Entonces me dijo que dejara a Lucianita ahi para pedir la exhumación del cuerpo,y a partir de ahí seguirá lo que tenga que seguir.
-¿Qué cree que pasó en Buzios?
-La verdad, no lo puedo decir. Lo único que voy a decir es que es un crimen enrarecido, por la forma en que se dieron los hechos, el apresuramiento en sepultarla, en irse... porque a todos de una manera u otra se nos mueren los seres queridos y no por eso abandonamos el hábitat, ni regalamos o vendemos sus cosas. Él dijo en Facebook, creo, que las donó como hubiera querido mi hija. ¿Cómo sabía lo qué quería mi hija? ¿Luciana le dijo: "Me voy a morir, quiero que dones mis cosas"? Son preguntas que me voy a hacer hasta que deje de respirar.
-¿Y qué pasó con el perrito?
-Él dijo que lo había dejado porque no le dejaban entrar al hotel y de pronto después aparece en Facebook diciendo: "Cuánto te extrañamos con Router"... De Pablo Angelina no voy a hablar porque los hechos hablan por sí solos.
-¿Hay una causa abierta en la justicia brasileña?
Sí.
-¿Cuál es la carátula?
-No lo puedo decir, por consejo de mi abogado. Pero sí sé que la carátula se cambió.