"Me enteré porque me llamaron y me avisaron que en Facebook estaban contando lo que le había pasado. Justamente, me fui de Buenos Aires para estar tranquila, porque necesitaba irme un poco, despejarme. Me sonaba el teléfono, me mandaron mensajes de distintos lados. Pero no puedo sentir nada con esto. Mis sentimientos murieron con mi hija. Imaginate que mi hermana murió el 3 de abril y aún no puedo llorarla, ni una lágrima. Con lo de Araceli quedé así", comienza Mónica Ferreyra, mamá de la joven asesinada, su relato sobre cómo se enteró sobre la muerte de Darío Gastón Badaracco, el único detenido por la muerte de la joven de 29 años.
'La negrita', como la llamaba su mamá con cariño, había ido a un asado con amigos. Al otro día temprano, Araceli le avisó por mensaje que estaba volviendo para tomar mates con ella. Pero casi un mes después la encontraron descuartizada y enterrada bajo una capa de cemento en la casa de la madre de Badaracco.
"La recuerdo todos los días a Araceli y eso me está matando. No puedo decir nada sobre la muerte de Badaracco. No le deseo la muerte ni él, ni a nadie", expresó en diálogo con BigBang, y admitió que lo único que lamenta es que el hombre que mató a su hija no llegará al banquillo. "Yo quería verle la cara, ahí sentado, quería que llegue al juicio. Que tenga que vernos a los ojos y decir por qué le hizo lo que le hizo a mi nena. Que hable".
Darío Badaracco murió sin declarar sobre lo que ocurrió el 2 de abril de 2017. En sus primeras declaraciones como testigo, previamente a ser considerado el autor material del asesinato de Araceli, aseguró desconocer detalles de lo ocurrido. Luego, se escapó y durante un mes se mantuvo prófugo. Lograron capturarlo gracias a que una mujer lo identificó en la calle y llamó a la Policía. Una vez detenido como el único responsable de la muerte de la joven, se negó a hablar en las indagatorias. Y no solo eso. Fue el único de los siete imputados que se negó a declarar.
EL CASO
El cuerpo de Araceli fue hallado en la casa de la madre de Badaracco en José León Suárez, donde él también vivía. El cadáver de la joven estaba sepultado bajo escombros y una losa recientemente hecha. Fueron los perros de la Policía los que detectaron bajo el cemento el cuerpo de la chica que había desaparecido el 2 de abril y, a raíz de ello, se produjeron seis detenciones bajo la caratula de "homicidio agravado". Además, los compañeros de trabajo del Badaracco estuvieron detenidos por encubrimiento y luego de unos meses fueron liberados a la espera del juicio que definirá su situación.
"La muerte de Badaracco no cambia nada para nosotros. Lo que más queríamos era que llegue al banquillo para que hable. Pero no llegó y nunca habló con la verdad. No es una víctima. Al dueño del corralón la muerte de Badaracco lo beneficia, a nosotros no. No creo que nos perjudique tampoco, porque justicia tiene que haber. La muerte de mi hija no puede quedar impune", afirmó.
Hasta el momento, no cuentan con información sobre la fecha del juicio. "No hay fecha de juicio, sólo sabemos que lo trabaja el Juzgado N°3 de San Martín. Ahora tengo que reponerme, no solamente por el problema psicológico que tengo, sino porque que tengo que hacer un tratamiento al que debo someterme y necesito estar bien. Quiero que paguen por todo lo que hicieron a mi hija y lo van a hacer", sumó. Su tono de voz cambió recién cuando recordó a Araceli sonreír, como una imagen que la motiva a no bajar los brazos. "Lamentablemente esa carita sonriente, la que se ve en las fotos no la vi más. Me hubiera gustado poder darle un beso para despedir a mi hija. Yo no pude hacerlo por el estado en el que la dejaron. Van a pagar todo lo que le hicieron a mi bebé", terminó expresando el dolor que sigue latente y cada vez más punzante.