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La mamá de Sheila a un mes del crimen y su reclamo por la liberación de la tía: “¿Cómo puede ser?”

Yanina Pereyra sigue sin poder ver a sus otros tres hijos. Cómo sigue la causa y el día a día después del crimen.

22 Noviembre de 2018 08:40
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“Todavía no cae”. Yanina Pereyra enterró hace un mes a Sheila Alejandra Ayala, su única hija mujer. El cuerpito de la nena de diez años fue enterrado en una modesta tumba del cementerio de San Miguel con una cruz de madera como único ornamento. Y, aunque va seguido a dejarle flores, Yanina todavía la busca en los rincones de la precaria casilla que comparte con su abuela, Marta; la misma en la que vivió junto a sus cuatro hijos hasta el día en el que desapareció Sheila.

Yanina Pereyra reclama justicia a un mes del asesinato de su hija, Sheila.

Palabra por palabra: cómo fue el día en el que asesinaron a Sheila, según la tía imputada

Su mundo se derrumbó el domingo 14 de octubre. Recibió cerca de las cinco de la tarde un llamado que la sorprendió. Del otro lado del teléfono, Juan Carlos; su ex pareja y padre de sus hijos. Llevaban tiempo sin hablar después de que Yanina se sintiera presionada para firmar los papeles

Sheila desapareció”, alcanzó a decirle "Cachi" con voz cortante. La relación era mala y se había agravado semanas atrás cuando el hombre obtuvo la tenencia legal de sus hijos. Yanina no sabe leer, ni escribir. Sintió ese avance judicial como una “trampa” por parte de su ex marido quien, además de quedarse con los chicos, pasó a ser quien cobraba la asignación social de la ANSES. “¿Cómo que desapareció? ¿Cuándo?”, le preguntó sin entender demasiado Yanina.

Sheila Ayala tenía 10 años. Murió estrangulada. Sus dos tíos están imputados.

Sheila llevaba ya cinco horas desaparecida. La última vez que la vieron con vida fue en la puerta de la casa del padre, ubicada a pocos metros del departamento en el que vivían sus tíos paternos y únicos imputados por el homicidio. “¿Por qué no me avisaste antes?”, le reclamó Yanina a Juan Carlos, antes de correr junto a su abuela al predio para sumarse a la búsqueda encabezada por los vecinos desde el mediodía.

Fueron cuatro días de angustia, dardos familiares y desesperación. En un intento por guiar a los investigadores y encontrar a su hija, Yanina confesó haber vendido droga años atrás. No ocultó nada, se puso a disposición de la Justicia y enfrentó, día a día, las duras acusaciones que realizaba Leonela Ayala, su ex cuñada, en una suerte de raid mediático desde el predio en el que, aunque nadie lo sabía, se encontraba el cuerpito de Sheila.

Fabián Esequiel González Rojas y Leonela Ayala: los dos imputados por el crimen de Sheila.

"¡Perdí cinco hijos!": la reacción de la tía de Sheila al salir de la cárcel y dónde vivirá ahora

La búsqueda terminó el jueves por la noche cuando los investigadores volvieron a rastrillar la medianera lindera al predio y encontraron el cuerpo de la nena de diez años: estaba embolsado, desnudo y con una sábana en su cuello. La autopsia confirmó que murió asfixiada en el marco de lo que, según la línea del fiscal Gustavo Carracedo, fue un ataque sexual.

Desde que apareció el cuerpo de Sheila, Yanina se refugió en la casilla en la que vivía junto a sus cuatro hijos. Evita los medios y lleva el duelo “como puede”. Su batalla es doble: no sólo tiene que asimilar el asesinato de su única hija mujer, sino que además emprendió una segunda avanzada judicial para poder reencontrarse con sus otros hijos (Alejandro, 11; Ian, 7, y Alex, 3), quienes están en un hogar de menores desde el día en el que desapareció su hermana.

 

“Quiero volver a ver a los nenes”, repite, mientras sigue de cerca los avances en la investigación por el homicidio. En efecto, el domingo por la madrugada el fiscal decidió no renovar la prisión preventiva de la tía de Sheila, quien quedó en libertad, aunque todavía sigue imputada por el crimen.

Yanina estaba en su casa y se enteró por su abogado, Martín Francolino Anchorena. “Fui yo quien se lo comunicó. Es difícil explicarle a una mamá que pasó por tanto cómo es que una de las imputadas quedó en libertad por un plazo judicial. Estamos en la etapa de apelación”, precisó a BigBang el letrado.

Las contradicciones del tío de Sheila y el chat con su mujer horas después del crimen: “¡Matate!”

Leonela Ayala en la puerta de la cárcel: quedó en libertad, pero sigue imputada.

“¡¿Cómo puede ser?!”, le preguntó indignada Yanina, quien está convencida de que sus ex cuñados fueron quienes asesinaron a su hija. Si bien no tenía un trato cordial por su separación, la mujer nunca sospechó de “Noni” -como le decía la familia a Leonela-. En efecto, su hija disfrutaba de pasar tiempo con su tía y sus primos, quienes hoy también se encuentran en un hogar de menores.

Leonela fue liberada con custodia policial. La joven de 25 años denunció que sufrió amenazas de muerte y, por ese motivo, se desconoce su actual paradero. No volvió al predio, ni siquiera se acercó al barrio. Está medicada y todavía resguardada por sus abogados. Durante el mes que permaneció en la Alcaidía Departamental III de La Plata, no recibió la visita de ningún amigo, ni familiar. Los Ayala, en efecto, le dieron la espalda; empezando por su hermano y padre de Sheila, Juan Carlos.

La medianera en la que encontraron el cuerpo de Sheila.

Lejos de la otra interna familiar, Yanina espera que, con las nuevas medidas de prueba que se tomarán en los próximos días, “Noni” vuelva a la cárcel. Sigue sin hablarse con el padre de sus hijos, quien tampoco pudo volver a tener contacto con los tres hermanitos de Sheila. Y, aunque los ojos del fiscal enfilan sólo hacia el lado de los tíos, ella también sospecha de su ex marido. Quiere que lo investiguen y le dará batalla para recuperar la tenencia de sus hijos.