10 Enero de 2025 14:28
Un hecho revestido de gravedad se dio a conocer durante las últimas horas cuando María Eugenia Bosco abanderada y medallista plateada en los Juegos Olímpicos de París 2024 denunció que su ex entrenador Leandro Tulia abusó sexualmente de ella cuando era una niña de 12 años. Tras radicar su denuncia, al menos tres mujeres lo denunciaron por los mismos hechos.
A sus 12 años, Bosco entrenada en el Yatch Club de Olivos en la escuela Optimist que brindaba entrenamiento para chicos y chicas de 9 a 15 años y de la que Tulia estaba a cargo. Allí, los adolescentes pernoctaban por la cantidad de horas que le dedicaban al entrenamiento y es por esos días donde el entrenador habría perpetrado el abuso sexual.
Ahora, Tulia fue removido de su cargo aunque con goce de sueldo hasta que la UFE Género de Vicente López, a cargo de Lida Osores Soler determine investigaciones, pericias y toma de testimonios de otras mujeres que también lo denunciaron.
La abanderada de la delegación argentina en la ceremonia de clausura de París 2024 que logró la medalla plateada en la clase Nacra 17 de vela junto a Mateo Majdalani contó que esa última competición la puso a reflexionar sobre el hecho que le había sucedido hace una decena de años atrás y, después de comentárselo a su familia y a su terapeuta decidió radicar la denuncia en la Justicia de Vicente López.
Tulia habría abusado sexualmente no sólo de Bosco sino de al menos tres mujeres más con acciones que van desde los masajes hasta tocamientos. Los mismos quedaron en un completo silencio tras amenazas del entrenador y hasta por "privilegios" para las chicas que tenía a cargo como por ejemplo darles el mejor barco para entrenar.
Sin embargo, el silencio no es un buen idioma y Bosco terminó denunciando: "Sucedió cuando era muy chica, o sea, cuando estaba navegando en Optimist. No sé cómo explicarlo, pero fue algo que pasó, que no lo controlé, tenía 11 ó 12 años y lo aparté de mi vida hasta hace un par de años que lo pude ver, trabajando obviamente y con gente acompañándome", dijo.
Algo cambió en la vida de Bosco que quiso enfrentar a su abusador: "Lo pude volver a mi mente y arrancó otro proceso. Yo sabía que había algo en mí, no sabía de dónde venía, pero sabía que había algo. Y cuando esto vino empecé a entender un montón de cosas", contó.
En la misma línea, advirtió: "Es una edad en la que empezás a clasificarte a campeonatos, a viajar sola, a tener un grupo donde te mezclás mucho. Yo venía de San Pedro todos los fines de semana, viajaba a veces con mi hermano (Santiago, dos años mayor y con el que llegó a disputar un Mundial en 29er, otra categoría juvenil), a veces sola y después éramos un grupo grande que se quedaba a dormir en el mismo lugar, todos bajo el cuidado de esta persona. Era un pequeño mundo. Que al final, cuando sos niño, es muy divertido porque estás con tus amigos, estás en un ambiente que creés que controlás, digamos, porque estás en un club, te sentís cuidada y sobre todo tus papás confían y te dan esa confianza de quedarte a dormir ahí", dijo y realizó una fuerte reflexión: "También nosotros hacemos un deporte al que le dedicamos muchas horas. Yo iba todos los fines de semana y a eso le sumaba quedarme a dormir, así que eran muchas horas y mucha responsabilidad de esa persona de estar al mando de nosotros".
María Eugenia Bosco confesó: "Pasé por mil etapas de vergüenza, de no aceptarlo, de pensar que yo era la culpable. Después de un tiempo lo puse en la mesa y dije: 'Yo era chica, no tenía el control de esta situación'". Frente a la denuncia, fue Daniel Marino Mazzocchini, abogado de Leandro Tulia quien explicó que los hechos "datan de hace mucho tiempo, están prescritos, por lo que la causa naturalmente va a desenvolver en un sobreseimiento. No son abusos que revistan una entidad suficiente para generar un escándalo", expresó en declaraciones para el diario La Nación.