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 “La pasé mal": el crudo relato de los papás acusados falsamente de matar a su beba de 21 días

La pareja fue falsamente acusada de abusar y matar a la beba de 21 días que falleció de un paro cardíaco en el Hospital Balestrini de La Matanza.

14 Febrero de 2023 10:53
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Layla Melani Rivero y Omar Barrientos, los padres de la bebé de 21 días que falleció de un paro cardíaco en el Hospital Balestrini de La Matanza y fueron falsamente acusados de abusarla y matarla, fueron liberados el sábado a pedido del abogado defensor de ambos, luego de que la autopsia determinara que la recién nacida sufrió una asfixia mientras era amamantada.

Aquella decisión fue tomada por el juez de Garantías 3 de La Matanza, Rubén Ochipinti, quien decretó el cese de la detención de los dos jóvenes de 24 y 26 años, quienes estaban presos desde el martes pasado como acusados de la muerte de su beba, Alison Barrientos Rivero. Incluso, Miguel Ángel Racanelli, abogado de la pareja, dijo que la mamá de la beba sufrió "una feroz golpiza por parte de las internas que se encontraban detenidas en el mismo lugar que ella”.

Es que en principio las autoridades del Hospital Balestrini de La Matanza aseguraron que la beba había llegado al hospital con un paro cardíaco y que pese a las maniobras de resucitación cardiopulmonar y tras quedar internada en terapia intensiva falleció a las pocas horas. En ese contexto, los responsables del área de pediatría y de neonatología denunciaron que la beba presentaba lesiones compatibles con un abuso sexual.

Sin embargo, el informe preliminar de autopsia arrojó que la beba sufrió una asfixia mientras era amamantada. Y en la necropsia tampoco se hallaron lesiones que pudieran inferir una muerte traumática o indicativas de un presunto abuso sexual, tal como esgrimieron las autoridades del hospital Balestrini de La Matanza. “Es lo peor que me pasó en la vida", aseguró Layla, la madre en diálogo en Radio Con Vos.

Y agregó: "Fue mi primera vez en una comisaría. Ensuciaron nuestro nombre. Ahora salir a la calle me da miedo porque no sé cómo reaccionará la gente. Es horrible. No pudimos despedirla ni darle el último beso como padres”. A raíz de la falsa denuncia, se dio intervención a la fiscal Silvana Breggia, de la Fiscalía Especializada en Conflictos Derivados de la Violencia Familiar y de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de La Matanza

Fue la misma la que dispuso la aprehensión de los padres de Alison. “La pasé mal, tanto en el hospital como en la comisaría. No se lo deseo a nadie. Tanto yo como mi pareja la pasamos muy mal. Fue de terror. Hubo maltrato físico y verbal en todos los sentidos que te puedas imaginar. Me golpearon entrando a la comisaría, yendo a dejar las huellas y estando con los reclusos, cuando me tendrían que haber dejado aislado”, relató Omar, el papá de la beba. 

Y agregó: “Los policías me decían barbaridades. Si yo, que soy hombre, viví un calvario; imagínese mi pareja, que es mujer y es la primera vez que toca una comisaría. A mi mujer también la maltrataron y la golpearon”. Ambos declararon ante la fiscal Breggia, quien les imputó el delito de “homicidio agravado por el vínculo” y dispuso que continuaran detenidos, a la espera de recabar el testimonio de los médicos del hospital Balestrini que atendieron a la beba en primera instancia.

Según el padre de la menor, estuvo dos días sin tomar agua. con la boca llena de llagas por falta de hidratación y tuvo que tolerar las burlas de los agentes policiales. “Me decían que merecía lo peor. Estuve dos días sin tener contacto con el mundo y lo único que recibía eran insultos. Entramos al hospital por una cosa y salimos por otra. En el hospital no nos informaron nada. Nos enteramos (de lo que habían dicho las pediatras) cuando estábamos presos. Lo peor que me pudo haber pasado fue enterarme que había muerto mi beba estando preso”, se lamentó Gabriel, luego de pasar cinco largos días tras las rejas.

Y siguió: “Fuimos a la comisaría a hacer una declaración y cuando nos dimos cuenta estábamos encerrados y no sabíamos por qué. Los policías me decían 'estás en un quilombo', '¿sabés por qué? porque tu hijo falleció'. Yo entré en llanto, me quería morir. En todo momento me trataron de 'negro de mierda'. Me decían 'a este hay que cortarle la p...'. Decían 'este es un abusador' y ahí es cuando empecé a sospechar. Me decían 'no jodás más porque te voy a cagar a palos', 'las personas como vos no se merecen nada'”. Cabe remarcar que para el abogado de ambos, “el informe que emanó del hospital revela una total ignorancia en función de lo que el cuerpo de la criatura demostraba”.

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Sobre la acusación que recaía sobre ella, Layla aseguró que entró en llanto al enterarse de las razones por las que había sido detenida. “En todo momento me decían que me ponga en contra de él y que lo embarrara porque sino me iba a ensuciar él. Jamás me puse en contra de él porque sabía que no había hecho nada. Las policías me decían 'ahora cuando te pongan con las demás presas te van a matar porque eso no se perdona'. Yo le decía que no, que estuvimos 10 años en pareja y que era imposible que haya hecho algo así. Me decían que les dijera a las presas que estaba por robo. Pero apenas entré a la celda estaba la tele prendida y una piba me tiró una patada en la cara", contó.

En total, según detalló, fueron "20" las reclusas que la golpearon.  Liliana Álvarez, directora del Hospital Balestrini, aseguró el miércoles que la beba de 21 días ingresó el martes por la mañana "en paro cardíaco" y que sus padres dijeron "que la encontraron dormidita". "En ese momento fue recibida por el cuerpo médico de la guardia de emergencias pediátricas y el equipo de neonatología. Hicieron los procedimientos para reanimar a un bebé en paro cardiorrespiratorio", relató. La profesional indicó que la beba quedó internada en terapia intensiva, donde sufrió otro paro cardiorrespiratorio que le produjo la muerte.

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Según Álvarez, "en los exámenes preliminares cuando fue recibida ven algunos signos que les hace presumir un presunto abuso sexual", y que la misma "no presentaba signos de asfixia o de ahogamiento por ingestión de líquido", ni "hematomas o golpes en la historia clínica". Los otros tres hijos menores del matrimonio, de 5, 6 y 8 años, habían quedado a disposición de una tía, luego de que el servicio de protección de La Matanza interviniera y les realizara un chequeo médico en el Hospital de Niños de San Justo que arrojó que todos se encontraban en buenas condiciones de salud.