Después de ocho años de espera, en octubre de 2019 la Justicia santafesina condenó a Gabriel Strumia y a su esposa, Roxana Michl, a 17 y 7 años de cárcel respectivamente, acusados ambos de haber privado de su libertad a Paula Perassi, la mujer que era amante de Strumia y que además esperaba un hijo de él.
Aunque el cuerpo de la víctima nunca apareció, la familia de Paula considera que en 2011 los imputados montaron una estructura desaparecedora para hacer abortar a la fuerza a Perassi, y que en esa interrupción del embarazo, ella murió. Más allá de que en un primer juicio todos los acusados fueron absueltos, ese mismo año el matrimonio Strumia fue condenado, y tras haber apelado, en las próximas semanas se llevarán a cabo dos audiencias donde se hará una revisión de la pena.
El juicio que absolvió a los acusados
En marzo del año pasado, Gabriel Strumia, principal acusado; la esposa del empresario, Roxana Michl; la supuesta partera Mirtha Rusñisky; el chofer Antonio Díaz; el comisario Adolfo Puyol y los policías Jorge Krenz, Gabriel Godoy, Aldo Gómez y María José Galtelli se sentaron en el banquillo de los acusados para ser juzgados por la desaparición de Paula.Según la Fiscalía que investigó el caso, para ocultar el embarazo de Perassi, Strumia la obligó a abortar, y como ella se negó porque tenía un problema de salud previo, mediante engaños, la forzó a interrumpir ese embarazo.
De hecho, los investigadores persiguen la hipótesis de que Paula fue trasladada dese la ciudad de San Lorenzo hasta la localidad de Timbúes, donde se cree que se llevó a cabo el aborto en la casa de Rusñisky, aunque se sospecha que en medio de ese procedimiento falleció, y que luego se montó toda una estructura para hacer desaparecer el cuerpo.
Como Strumia era amigo del comisario Puyol, se cree que con ayuda de otros oficiales, él se encargó de ocultar la situación y de no dejar ni un solo rastro.
Durante el juicio, un pescador y ex convicto aseguró ante los jueces del Tribunal de San Lorenzo que escuchó como el amante de la fallecida, y el principal acusado por su desaparición, admitió en el Pabellón N°2 de la Unidad 11 de Piñero que había arrojado el cuerpo de Perassi "a los chanchos".
En otra de las audiencias un mozo de la localidad de Timbúes declaró que horas antes de la desaparición de la víctima, la vio en compañía de su amante en el bar donde trabajaba.
Del mismo modo, el esposo de la mujer de 34 años admitió que estaban separados y que a pesar de que vivían juntos, no tenían relaciones sexuales porque dormían en camas separadas. En esa misma declaración, él también admitió que había encontrado una carta de su esposa para su Strumia, y que además había hallado un segundo celular que ella usaba para hablar con el empresario.
En el proceso también quedó acreditado que en uno de los primeros allanamientos tras la desaparición de Perassi, los investigadores fueron hasta la vivienda de Rusñisky, y encontraron que ella tenía en su casa un fármaco que servía para provocar abortos. En aquel momento, la imputada aseguró que ese medicamento era para su hijo discapacitado, cosa que en el juicio un médico desmintió.
Aún así, por falta de pruebas los jueces Griselda Strologo, Álvaro Campos y Mariel Minetti absolvieron a los nueve acusados y dispusieron su inmediata libertad.
"Habiendo tomado contacto directo con la actividad probatoria, estamos en condiciones de decir que a lo largo de las audiencias que el Estado no logró a través de sus fiscales y de la querella, probar con la certeza necesaria en esta etapa que las personas acusadas son culpables de los delitos que se les atribuyen", explicaron en ese entonces los jueces.
La condena que llegó
Sin embargo, tras una apelación del fallo, en noviembre de 2019 finalmente Gabriel Strumia y su esposa Roxana Michl fueron sentenciados a 17 y 7 años de cárcel respectivamente, acusados de haber cometido la privación ilegítima de la libertad coactiva por tratarse de una mujer embarazada. Aunque la Cámara de Apelaciones revocó el fallo absolutorio para el matrimonio, sí ratificó la libertad de los otros siete sospechosos.Los jueces de segunda instancia Gustavo Salvador, Javier Beltramone y Carolina Hernández fueron los encargados de revisar las absoluciones, y aunque Salvador y Hernández votaron a favor de que se revoque el fallo, Beltramone votó en contra. A ser un fallo dividido, los acusados no quedaron en prisión.
En el documento los magistrados afirmaron que no encontraron elementos para asegurar que existió una estructura desaparecedora, aunque destacaron que bajo una perspectiva de género, queda claro que el matrimonio formó parte de la desaparición de Paula.
La revisión de la condena y una lucha sin fin
Por esto mismo, la defensa del empresario y la de su esposa pidió una revisión de condena, y para continuar con el trámite se designó al tribunal integrado por Gabriela Sansó, José Luis Mascali y Bibiana Alonso."En abril era la primera fecha, y cuando comenzó la pandemia se suspendió. Después se pasó para el 26 y 27 de octubre, y se suspendió porque una de las juezas tiene coronavirus. Ahora las audiencias serán el 17 y 18 de noviembre", explicó a BigBang Alberto Perassi, papá de Paula.
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"Otra vez esto, fíjate vos que ironía que otra vez pasa algo raro en el caso Perassi. Por ahí es verdad, pero uno lo mira como las tantas cosas fuera de lugar que han pasado", dijo ya cansado.En septiembre se cumplieron 9 años de la desaparición de la mujer, y hasta ahora, su familia no sabe qué pasó con su cuerpo. Lo último que se tiene acreditado es que salió de su casa de San Lorenzo con la excusa de buscar una tarea para su hijo, y nunca regresó.
"Justo en la audiencia del 18 se van a cumplir 9 años y 2 meses. Ahora otros jueces tienen que decir si queda firme la condena, después de que en 2019 los liberaran a todos. Solo dos personas no pueden hacer desaparecer un cuerpo", comentó Perassi respecto a la decisión de la Justicia de absolver a los otros siete sospechosos.
Incluso, manifestó que hace años el denuncia la existencia de un entramado de corrupción en el poder local, y considera que poco a poco el tiempo le va dando razón, como ocurrió con la detención del policía Gabriel Godoy, quien tras haber sido absuelto en la causa de Paula, hace pocas semanas fue detenido por el asesinato del narco Marcelo Medrano, ligado a la barra brava de Newell's.
Respecto a las audiencias de apelación, el abogado de la familia, Adrián Ruiz, indicó a este sitio que participarán los dos acusados, sus abogados, los fiscales y la querella, y que se harán de manera semipresencial, porque los que no son grupo de riesgo podrán asistir, mientras que los otros seguirán el proceso por Internet.
Lo que se hará es revisar si la condena establecida para Strumia y su mujer es la correcta, con la misma prueba que se analizó antes, y en caso de que así se determine, ambos irán a prisión.
"La familia quiere tener un respiro y que empiecen a cumplir la condena. Nosotros cambiaríamos todo por saber dónde está Paula. Esta familia quiere saber la verdad, el dolor que sufrieron ya está, pero quieren saber que pasó para poder contárselo a sus nietos. El antropólogo del Equipo Argentino de Antropología Forense Juan Nobile ya explicó de manera muy clara lo que significa para nuestra cultura saber la verdad de lo que le pasa a nuestros seres queridos", aclaró el letrado.
Durante todos estos años, los papás de Perassi pidieron saber qué pasó con su hija y dónde están sus huesos, algo que hasta ahora sigue siendo un misterio, debido a que ninguno de los acusados habló nunca del tema.
Del mismo modo, Ruiz comentó que a pesar de que las penas para los acusados no los convencen del todo, porque ellos sostienen que los implicados en el caso son más; entre ellos el comisario Puyol, los policías, el chofer Díaz y la partera Rusñisky, la realidad es que el tribunal no consideró que haya existido una estructura cargada de corrupción, organizada para hacer desaparecer a alguien.
El caso
Paula Perassi fue vista por última vez el 18 de septiembre de 2011 en San Lorenzo, Santa Fe, donde vivía con sus dos hijos y su esposo. Según pudieron determinar los investigadores, la víctima le dijo a su marido que iba a ir a buscar una tarea del nene, y una vez que salió de la vivienda, nunca más se la volvió a ver.
La principal hipótesis es que la mujer de 34 años estaba embarazada de seis semanas, y que ese bebé era de su amante. Cuando Strumia se enteró de la situación, le exigió a Perassi que abortara, cosa que ella no quería hacer porque sabía que su salud estaba en riesgo por un problema preexistente.
A pesar de eso, se cree que el empresario metalúrgico se llevó a la víctima sin su consentimiento con una falsa excusa, y que en Timbúes, un pueblo muy cercano a San Lorenzo, la obligó a abortar en la casa de la partera Rusñisky. Lo que se cree es que de ese terrible hecho participaron también Michi y el chofer Díaz, con la ayuda de cinco policías que colaboraron en hacer desaparecer la evidencia y retrasar la investigación.