06 Enero de 2016 20:52
“¿Quieren armas? Tenemos Glock, Mauser, calibre 45, calibre 9. La que quieras”, ofrece un vendedor entre la multitud que recorre Ciudad del Este. “¿Quieren merca? Tenemos ácido, coca, porro. La que quieras”, insiste ante los curiosos. Hace años que esta ciudad, la segunda mayor de Paraguay, la ilegalidad se transformó en la normalidad. Del otro lado, se encuentra a sólo 3 km Foz de Iguazú, Brasil, y a 15 km, Puerto Iguazú, Argentina.
Argentinos y brasileños cruzan todos los días el Puente de la Amistad hacia Ciudad del Este.
Argentinos, brasileños, paraguayos, pero también árabes, y agentes de inteligencia de todo el mundo se mezclan en las calles atestadas de puestos ambulantes y transitadas por taxis que cruzan la frontera por el Puente de la Amistad hacia Brasil o Argentina. No hay controles.
Allí, en ese entorno delictivo y donde nadie habla, también se busca a los Lanatta y Schillaci. De hecho, la policía emitió una circular que contempla esa posibilidad. Habrían llegado en taxi hasta la frontera.
Para la policía es una pista firme.
Crimen S.A.
Los vendedores hacen “delivery” de fierros: se puede comprar un arma por US$ 500 y pedir que la entreguen en el hotel donde aguanta el “visitante”. Otros turistas, simplemente, viajan hacia Ciudad del Este para conseguir productos electrónicos -exentos de impuestos- 40% más baratos.
En la Triple Frontera no sólo la ex Secretaría de Inteligencia (SIDE) argentina, ahora Agencia Federal de Inteligencia (AFI), tendría una base operativa sino que una célula del Hezbollah fue investigada por su presunta participación en el atentado a la AMIA en el centro porteño por el que murieron 85 personas el 18 de julio de 1994. Y la CIA no estaría ausente.
La Justicia investigó a la célula del Hezbollah que se encontraba en la Triple Frontera.
Historias como ésta que se cuenta sobre Ciudad del Este no hacen más que avalar la posibilidad de que Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, los condenados por el Triple Crimen, se hayan escondido allí en las últimas horas.
Una detención clave
De hecho, la Policía de Misiones detuvo hoy en Posadas a un hombre de 40 años sospechado de haber trasladado en su Volkswagen Cross Fox patente KVE 050 a los fugados hacia la frontera con Paraguay. Y, según una circular policial, ahora podrían estar intentando cruzar hacia el otro lado arriba de un vehículo patente OST 777 o HJH 887.
La Policía de Misiones detuvo hoy en este hotel a taxista porteño que habría trasladado a los fugados.
Hasta la huida de Martín y Cristián Lanatta y Víctor Schillaci del penal de General Alvear, José “El Ruso” Lohrmann era el prófugo más buscado del país. Está acusado de liderar la banda que el 21 de septiembre de 2003 secuestró a Cristián Schaerer en Corrientes capital. La familia pagó el rescate ni más ni menos que en Ciudad del Este, pero el joven de 21 años nunca más apareció.
La familia de Cristián Schaerer pagó el rescate en Ciudad del Este, pero el joven nunca apareció.
“Tiene protección política y policial”, le confió una fuente judicial a BigBang. Es que la Policía bonaerense lo había podido ubicar en 2007 en un campo de Chascomús, hacia donde los tres condenados por el Triple Crimen intentaban escapar antes de herir a los dos agentes de seguridad de Ranchos, pero, increíblemente, José Lohrmann finalmente pudo escapar a caballo. Desde entonces, nada se sabe de “El Ruso”.
Pero, incluso quienes buscan refugiarse en la Triple Frontera pueden aparecer muertos. Es el caso del brasileño Renato Dutra Pereira, uno de los dos organizadores de la escandalosa fuga del 19 de agosto de 2013 de trece presos del penal de máxima seguridad de Ezeiza.
Luego de diez días, la Policía aún no encontró a los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci.
Armas, drogas, secuestros, rescates, persecución y ajustes de cuentas. Todo eso se combina en Ciudad del Este, vértice de la Triple Frontera, donde argentinos, paraguayos y brasileños se arriesgan a pisar para conseguir productos electrónicos más baratos.