Durante la tarde del 28 de febrero, el barrio porteño de Palermo fue el escenario de un hecho aberrante. Durante esa jornada, feriado en Argentina, Ángel Pascual Ramos, de 23 años; Tomás Domínguez, de 21; Lautaro Ciongo Pasotti, de 24; Ignacio Retondo, de 22; Alexis Cuzzoni, de 20; y Franco Lykan, de 24, fueron detenidos mientras abusaban sexualmente de una joven de 20 años, dentro de un auto.
La chica fue salvada por un grupo de vecinos que notaron que algo extraño ocurría dentro del vehículo. Un hombre resultó herido por enfrentarse a golpes con dos de los acusados. Pocos minutos después, la Policía detuvo a los seis abusadores, al tiempo que la chica, que estaba casi inconsciente porque había sido drogada y en shock, fue internada en el Hospital Rivadavia. Antes de recibir atención médica, la joven le dijo a la vecina que la socorrió: “Me salvaste la vida”.
De inmediato, los detenidos fueron trasladados a diversas comisarías de la Policía de la Ciudad. El delito que enfrentan es el de “abuso sexual agravado”. Además dentro del vehículo les incautaron drogas de distinto tipo, como varias dosis de LSD y marihuana. La causa quedó a cargo del Juzgado N° 21. La semana pasada, todos se negaron a declarar.
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Pero, el viernes pasado, la víctima habló ante la Justicia. Y ahora salieron a la luz diversos extractos de su declaración. En ese punto, la chica de 20 años relató que la noche anterior a la violación había estado en la casa de un amigo llamado T., ubicada en San Fernando. Y que, desde ahí, decidieron ir a una fiesta en Palermo.
“Fuimos a bailar a Ro Techno Bar, que es un boliche que está en Thames y otra calle que no recuerdo, en Capital. Llegamos y me puse a bailar, estaba bien. Me sentía bien. Llegamos a ese boliche a las 5:08 de la madrugada (esa información fue confirmada por el recibo del Uber en el que se trasladaron). Recuerdo que había tomado alcohol, no recuerdo la cantidad. Lo de siempre. Nunca había tenido problemas con el alcohol... Recuerdo perfectamente que estaba”, dijo en el comienzo de su declaración.
Enseguida, la joven de 20 años contó cómo conoció a los seis detenidos: “En un momento, dentro del boliche, tengo un acercamiento con ellos, de hablar, como es habitual con cinco chicos”. Y aclaró: “Inclusive estaba también mi amigo T. Me acuerdo perfectamente de sus rostros. También sé que coinciden con las personas que están identificadas y acusadas”.
Entonces, cuando la justicia le pidió si podía describir a los jovenes, la chica dijo: “Dos de ellos. tenían rastas. Uno las tenía largas y el otro cortas. También había uno morocho, de tez morena, con el pelo cortito, rapado. Y uno con flequillito y pelo largo por los hombros. Era alto”. De esa manera describió a Lautaro Ciongo Passotti, Tomás Domínguez, Ignacio Retondo y Ángel Pascual Ramos.
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Además, cuando la fiscalía le preguntó si parecían que esos jovenes habían consumido drogas y cómo era la relación entre ellos, la víctima dijo: “Parecían todos amigos, por lo que recuerdo. Eran uno más vivo que el otro, rápidos mentalmente. No recuerdo qué decían pero tengo esa sensación. No parecían fuera de sí, en el sentido de sustancias, alcohol o drogas. Parecían conscientes, si no me hubiese dado miedo por ser mujer y estar sola”.
¿Cómo podría haber sido drogada?
En el siguiente tramo de la declaración, la fiscalía intentó determinar en qué momento podrían haber utilizado alguna droga para que la joven quede casi inconsciente antes del abuso sexual. En ese punto, ella dijo: “Salimos del boliche, todos. Inclusive mi amigo T. Había mucha más gente porque el boliche estaba cerrando”.
Y agregó que otras dos personas, una mujer y un hombre se sumaron a ellos: “Con nosotros salieron una chica y un varón más que estaba con ella. La chica me dijo que trabajaba en un bar cerca de ahí y que era amiga de otra chica con la que también había hablado esa noche. Desde ahí fuimos para la plaza de Soler”.
Esos serían los últimos momentos que la joven recuerda. Es decir, de toda la secuencia que quedó grabada por las cámaras de varios comercios, no tiene ningún tipo de recuerdo. “Me acuerdo que tomé cerveza en la plaza. Les di plata a los que estaban ahí, no me acuerdo quienes, para que vayan a comprar. Estoy segura que a alguno del grupo de los seis. Sé que trajeron cerveza y que tomé, creo que de una de las latas que trajeron”, recordó.
Para los investigadores, ese podría ser el momento en el que la drogaron. La principal teoría es que agregaron un estupefaciente a la bebida. “A partir de lo de la plaza no me acuerdo más nada hasta que me encuentro en el hospital, con la policía al lado. Estoy con mucho miedo, terror. Por el abuso sexual tengo un dolor en la zona abdominal y mucha angustia”. Al ser consultada sobre el momento de la violación grupal, la chica afirmó que no recordaba nada. Pero que sentía dolor en todo su cuerpo y que continúan. Ahora la Justicia aguarda por las pericias para avanzar en la acusación contra los seis hombres.