"Antes empuñaba una pistola, ahora la lapicera", dice Martín Lanatta. Desde hace seis meses, en su celda del pabellón 3H de la cárcel de Ezeiza, escribe su diario íntimo: desde que vendía relojes y joyas hasta que se volvió famoso por la Triple Fuga del penal de General Alvear, de la que hoy se cumple un año. Cuando le queda un tiempo libre, escucha canciones de Ricardo Arjona o Marc Anthony y se dedica a responder las cartas que recibe. La mayoría son mujeres que lo admiran y le dicen frases como estas: "Sos muy sexy, bombón". "Me gustaría escapar con vos adonde quieras". "Te esperé con la puerta abierta de casa, pero no viniste". "Necesitas caricias y besos". "Mi marido dice que sos un héroe, te cambiaría por él".
"Es raro todo eso, igual no me prendo. Soy fiel a mi esposa, que me apoya en todo momento", dice Lanatta a BigBang. Uno de los presos más famosos de Ezeiza (el otro podría ser Lázaro Báez) cumple la pena de cadena perpetua por los asesinatos mafiosos de Sebastián Forza, Diego Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos fueron encontrados en General Rodríguez el 13 de agosto de 2008. Junto a su hermano Martín y Víctor Schillaci se escapó el 27 de diciembre de la cárcel de General Alvear.
Martín Lanatta fue el primero en caer. Su hermano Cristian y Víctor Schillaci fueron detenidos días después.
Estamos vivos de milagro
"Recibí muchas cartas de gente que me apoya. Incluso algunos me escriben para decirme que soy un héroe, obvio que me río porque ser héroe es otra cosa. Para esas personas no somos asesinos, sino personas detenidas injustamente que escaparon para salvar su vida. Porque lo que quedó claro de la famosa fuga es que nos abrieron la puerta de la cárcel, porque había un plan para matarnos", dice Lanatta a BigBang.
-¿Por qué cree que lo apoyan?
-Porque no ven al monstruo que quiso construir parte del periodismo o la política. Ven a tres hombres desesperados que fueron víctimas de un sistema. La gente está harta de las mafias y de la corrupción. Es rehén de los políticos. Lo cierto es que si viviéramos en un país ordenado, el delincuente no sería el héroe. La gente está cansada de que los corruptos se la lleven toda.
Lanatta está detenido en Ezeiza.
-¿Qué recuerda a un año de la triple fuga?
-Se me vienen todas las imágenes de lo que vivimos con mi hermano Cristian y Martín. Pensar que si no hubiésemos estado armados, hoy estaríamos bajo tierra, en tres tumbas sin nombre. Estamos vivos de milagro. En esos días en los que nos buscaban más de 800 policías vivimos cosas increíbles. Algún día las vamos a contar.
Aníbal, el "enemigo número 1" de los Lanatta.
-¿Cree que Aníbal Fernández irá a la cárcel?
-Si las cosas son claras y justas, sí. Sostengo lo que dije desde un principio. Aníbal Fernández es el autor intelectual de los crímenes. Nos dejaron escapar a cambio de que yo filmara un video desvinculándolo de los asesinatos. Pero era un trampa. Nos iban a boletear. Se armó un complot gigantesco. Nos acusaron sin pruebas, con lo que armó el fiscal Juan Bidone a partir del plan de Aníbal. Encubrió a todo el aparato político. Por fin se empezarán a saber cómo son las cosas. En breve habrá novedades. Es llamativo que algunos testigos murieron y otros no fueron citados nunca. Que quede claro. Nosotros no nos fugamos. Nos sacaron. Y en la calle lo que hicimos fue salvar nuestros pellejos porque nos querían muertos.
Los tres fugados fueron buscados por más de 800 policías.
-Un fiscal de Santa Fe anticipó que pedirá 15 años de prisión...
-Es absurdo lo que está haciendo. Sin notificar a las partes, dijo que pediría 15 años para nosotros en un juicio oral. Quiere prensa. Es llamativo que justo lo haya anunciado ahora, de esa manera sorpresiva y sin pasar por las vías judiciales, justo cuando está concursando para ser fiscal general.
El objetivo Aníbal
En los primeros días de fuga, una obsesión se había instalado como un rayo en la mente de Lanatta: ir a buscar a Aníbal Fernández. "Dormía abrazado al fusil y pensaba en vengarme de Aníbal, porque él nos metió en esta pesadilla que no se termina nunca", le dice a BigBang el condenado por el triple crimen de General Rodríguez.
Lanatta, en uno de los traslados a Ezeiza.
Lanatta está en la sala de visitas del módulo 3 del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. Allí se casó hace dos meses. Pasa sus horas cocinando (la torta de manzana es una de sus especialidades) y escribiendo sus impresiones sobre la causa en la que está involucrado:
El fusil que tenía Lanatta. Un M16.
"Lo voy a decir hasta el cansancio: quien ordenó los crímenes fue Aníbal Fernández. Yo recaudaba para él en el Renar, pero no secuestré, ni maté a Forza, Ferrón ni a Bina. Fue otra gente de Aníbal", insistió Lanatta.
Lanatta está preso en Ezeiza.
"Mi hermano está preso por ser mi hermano, y Víctor (Schillaci) por ser mi amigo. No hay ni una sola prueba. Nos abrieron la puerta de la cárcel de Alvear porque había un plan para matarnos. Los días de fuga la pasamos mal. Pensamos que nos iban a matar de un momento a otro. Tuvimos que disparar a policías y gendarmes porque era la única manera de seguir vivos. Soy un tirador profesional que hace blanco desde 600 metros, si quería matar a los policías, lo hubiese hecho, pero la prioridad era que nadie saliera lastimado", dijo Lanatta.
"Tuvimos que disparar a policías y gendarmes porque era la única manera de seguir vivos
Además, reveló que en la clandestindad pensó en vengarse de Aníbal: "Lo fuimos a buscar, pero no lo encontramos. Es un asesino y narcotraficante, el más rico de la provincia de Buenos Aires, yo recaudaba para él".
Sigue acusando a Aníbal Fernández.
Lanatta fue detenido el 9 de enero. "Estaba sin fuerzas, muerto de sed, a punto de desmayarme, así llegué ante los policías".
La cacería de los tres prófugos duró dos semanas. Fuente: TN.
Imágenes del primer ataque a los policías en Ranchos:
Cristian Lanata y Víctor Schillaci fueron detenidos dos días después en una arrocera en Cayastá, un pueblo de Santa Fe que cobró fama por esos días, entre allanamientos, cacerías y policías de civil que salían de sus casas a buscar a los prófugos en ojotas.
Una de las famosas placas de Crónica sobre el caso.
"Estaba sin fuerzas, muerto de sed, a punto de desmayarme, así llegué ante los policías
La camioneta que plotearon para hacerla parecer a una de Gendarmería.
"En los días de fuga la pasé mal. Terminé todo golpeado cuando volcó la camioneta y quedé atrapado. Creo que si no hubiese pasado eso y hubiésemos tenido agua, no nos habrían agarrado más", revela Lanatta.
El muñeco de Lanatta que salió a la venta en Mercado Libre.
"Escribir me ayuda a pensar en la libertad, aunque me cuesta", dice y muestra el agujero que una bala le dejó en en la mano en 2009. "Escribo así, con dolor. A veces creo que escribir y recordar es más duro que salir a la calle con un fusil. Pero hay que desdramatizar. ¿Sabés por qué? Porque nadie saldrá vivo de aquí".