A casi dos meses de la suspensión y posterior detención y renuncia del jefe de la Policía de la Ciudad, José Pedro Potocar, el Gobierno porteño aún no tiene definido un nombre para reemplazarlo. Por ahora, la jefatura la ejerce de hecho el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro. El nuevo jefe sería designado recién después de las elecciones.
La novela comenzó hace poco más de dos meses y aún no finaliza. Potocar fue suspendido del cargo tras ser procesado por asociación ilícita en una causa por presunto cobro de coimas en la Comisaría 35, con jurisdicción en las zonas de Núñez y Saavedra, en tiempos en que ocupaba el cargo de jefe de seccionales. El Gobierno porteño decidió suspenderlo, pero tres días después quedó detenido tras presentarse a declarar ante el juez Ricardo Farías.
Semanas después, cuando la Sala VII de la Cámara de Apelaciones confirmó su procesamiento, Potocar decidió apartarse y presentar la renuncia. Su hijo, Federico Potocar, le remarcó a BigBang que a pesar de estar confiado en que demostrará su inocencia, su decisión fue “un gesto hacia el Gobierno”. “No era saludable que siguiera en funciones”, sostuvo.
Potocar, a la izquierda, junto a Rodríguez Larreta y el ministro Martín Ocampo.
Mientras tanto, el Ejecutivo porteño aún no definió quién será su reemplazo. La espera podría prolongarse, incluso, varios meses más. De todos modos, en la Ciudad aclaran que la ausencia de un jefe policial no impide ni dificulta el normal desarrollo de las funciones. D'alessandro es el jefe político de la fuerza y algunas decisiones operativas son adoptadas por él. Pero además, desde la cartera de Seguridad que conduce Martín Ocampo apuntan que las tareas del subjefe de la fuerza, Carlos Kevorkian, se intensificaron en el último tiempo.
Si bien reconocen que sostener una fuerza de seguridad sin su jefe no es el mejor escenario, aseguran que eso no produjo ningún obstáculo en el funcionamiento. De todos modos, sí se encuentran en la búsqueda del jefe que ocupe el cargo que supo tener por pocos meses Potocar.
Potocar, junto a su abogado, el día que quedó detenido, en abril pasado.
Ni bien se creó la fuerza el año pasado, tanto Ocampo como el propio jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, consideraron la posibilidad de que la jefatura sea asumida por un civil. Ahora eso no está en dudas: “Va a ser un policía”, aseguraron a BigBang.
La idea que tienen es que debe ser un propio hombre o mujer de la fuerza el que baje órdenes al resto de los policías. Pero por el momento no habrá definiciones. La cercanía de las elecciones sería un factor clave en esa decisión. Varios legisladores porteños salieron al cruce del Ejecutivo, primero por la detención de Potocar, luego por la indefinición respecto a quien lo reemplazará y la semana pasada por la detención de otro ex jefe, Guillermo Calviño, en el marco de la misma causa.
En tiempos de campaña, quieren evitar potenciales conflictos - como la aparición de una denuncia a un nuevo jefe - y postergarían la definición hasta después de las elecciones. Con D'alessandro al mando, aseguran, la fuerza funciona “operativamente bien”. Antes de que asuma un nuevo jefe al frente de la recientemente creada fuerza de seguridad, el pliego del candidato deberá ser tratado "con lupa" por la Legislatura.
La nueva Policía de la Ciudad entró en funciones el pasado 2 de enero.
Fuentes oficiales reconocen a BigBang que para el próximo nombramiento deberán ajustar al máximo el chequeo de antecedentes, para evitar que ocurra lo mismo que con Potocar, que duró en su puesto menos de cinco meses.
Pero además, las designaciones de jefes policiales no le han resultado para nada sencillas al PRO. En la Provincia, la propia Elisa Carrió denunció al ex jefe Pablo Bressi por vínculos con el narcotráfico. Finalmente, Bressi fue apartado de la fuerza en mayo pasado y reemplazado por su segundo, Fabián Perroni. Pero ya desde hace varios años la elección de jefes policiales atormentaba al macrismo: Jorge “Fino” Palacios fue el primer jefe de la Policía Metropolitana creada por Mauricio Macri en sus tiempos como jefe de Gobierno. Duró menos de tres meses, en medio de denuncias por sus vínculos con la causa AMIA.
EL PRESENTE DE POTOCAR
Lee la causa, escribe cartas y toma mate. Potocar está “un poco más entero”, aunque “confundido con la situación”. Se encuentra detenido desde fines de abril, en el marco de la causa por el presunto cobro de coimas de trapitos y comerciantes en Núñez y Saavedra, cuando era jefe de seccionales de la Policía Federal en el ámbito de la Ciudad.
Potocar está procesado por asociación ilícita.
El hijo del ex jefe policial, Federico Potocar, le contó a BigBang que los abogados de su padre hicieron una serie de pedidos, como declaraciones testimoniales y pedidos de informes que aún no fueron respondidos ni por la fiscalía, a cargo de José María Campagnoli, ni por el juzgado de Farías. “No está bien, quiere llegar rápido al juicio oral”, señala.
Potocar (padre) obtuvo un permiso para salir de su celda y hacer un poco de ejercicio físico, por recomendación médica. Camina por un pasillo que hay en el edificio, un anexo del Centinela, de la Gendarmería Nacional, ubicado a metros de los tribunales federales de Comodoro Py, donde entre otros detenidos está alojado Ibar Esteban Pérez Corradi.
Recibe visitas todos los días, durante tres horas. Su familia, por ejemplo, lo visita a diario. Toma mate y conversa con ellos. Además, recibe visitas de amigos, muchos de ellos de la propia Policía. Farías decidió detenerlo con el argumento de que, si estuviera en libertad, podría entorpecer la investigación. Según su hijo, Potocar “escribe cartas y sigue de cerca la causa”.