Hasta hace dos meses, Leonardo Mercado era un hombre derrotado. Todo en él era pasado: en la celda que ocupaba en Sierra Chica, donde cumplía una condena por robo calificado, rememoraba viejos golpes. Algunos inventados, otros cometidos por él. Fugas imposibles (en una comisaría a través de un túnel de 18 metros), tiroteos inverosímiles (decía que en su cuerpo alojaba cuatro balas) y asaltos que no salieron en los diarios.
"Tengo siete vidas, como los gatos", dijo una vez desde la cárcel.
Mercado estaba detenido en Sierra Chica. Es de Moreno.
Hace unos meses recuperó la libertad (lo sacaron de la cárcel con diez pesos) y su desdicha quedó en el olvido. Volvieron las malas compañías, los planes audaces y la maldita clandestinidad.
Hasta que la semana pasada se supo que Mercado era uno de los ladrones que apareció en el video que grabaron los miembros de la banda del millón, esos pistoleros armados hasta los dientes, enmascarados y con uniforme policial que amenazan a un supuesto policía corrupto y se adjudican el robo de un banco de General Rodríguez.
Charlas con un presidiario
Hablé con Mercado durante un mes. Eran charlas telefónicas en las que me contaba cómo vivía en la vieja cárcel de Sierra Chica, que se hizo tristemente famosa por el motín de la Semana Santa de 1996. Mercado -que ahora es buscado por la Policía- incluso llegó a anotarme como visita. "Conmigo cualquier periodista podría tener material para escribir 15 libros", dijo una vez. Mercado estaba en pareja y tenía dos hijos. "No tengo un peso, mi mujer no tiene ni para tomarse el micro para venirme a ver. A veces vende ropa suya en La Salada", me confesó.
Mercado tiene 41 años.
Cuando me enteré de que era uno de los ladrones encapuchados que montan sus armas y protagonizan una especie de coreografía rufianesca en el video que vieron miles de personas, me pareció notable cómo se había recuperado. Pasó de ser una cáscara de sí mismo -un típico paria de la tumba-, a convertirse en un temerario dispuesto a todo.
Mercado, en una foto reciente.
El delito también puede ser un tónico para el ladrón que va perdiendo sus fuerzas. Hay casos que lo demuestran: hombres que empezaron a delinquir y se sintieron más fuertes, hasta mejoraron su rendimiento sexual y adquirieron una energía que antes de delinquir no tenían. Como si robar los cubriera de un poder que no tenían, una coraza que los volvía más seguros, que los hacía correr o saltar aunque tuvieran piernas débiles, pensar con certeza y sin tener miedo en ser descubierto por la Policía.
La temeraria Banda del Millón. ¿Cuál de ellos es Mercado?
Mercado estaba detenido en el pabellón 10 de Sierra Chica, que antes era llamado "el pabellón rosa" porque reunía a internos homosexuales. Su miembro más famoso era Carlos Eduardo Robledo Puch, el ángel negro que mató a once personas en 1972 y lleva preso 44 años. "El viejo Robledo es un gruñón, pero inofensivo. Me cebaba mate, hablaba de política, de libros de historia, pero nunca confesó sus boletas", contó Mercado.
Robledo Puch, el ángel negro, solía hablar con un miembro de la Banda del Millón.
El ladrón sigue prófugo con el líder de la banda, Matías Maximiliano Milatich, el rufián que supuestamente habla en el video y denuncia que robaron en complicidad con la Policía.
Mercado y Milatich, el su lugarteniente. Siguen prófugos.
La frases de la videoamenaza
“¿Qué, porque no te di los $ 200.000 que vos me liberaste la zona para que robe ese banco, ahora engarronás a mi familia y a gente que no tiene nada que ver?”.
“Me liberaste la zona y me dijiste que no iban a tirar. Nosotros tiramos pero ellos también tiraron, ¿y ahora querés engarronar a mi familia y a gente que no tiene nada que ver?”.
“Si el día de mañana yo estoy muerto, fueron ellos porque no querían que hablemos”.
“Somos delincuentes. Robamos bancos, lo que sea. Y encima nos quieren muertos. Vení a buscarme y dejá de engarronar a los que no tiene nada que ver”.
El frente del banco Provincia donde se produjo el robo y tiroteo.
El robo de los payasos
El asalto de la Banda del Millón fue cometido el 19 de septiembre último frente al Banco Provincia situado en San Martín 205, de General Rodríguez, en pleno centro de la ciudad. Uno de los dueños de la empresa de pollos “Que Rico” y un gerente que llevaba el dinero de la recaudación para depositar fueron abordados por un delincuente armado que les arrebató la mochila en la que llevaban el dinero.
Otros cuatro delincuentes disfrazados con pasamontañas y máscaras de payaso o monstruos -como las que se ven en el video-, estaban en apoyo frente al banco con un Chevrolet Corsa negro.
La banda huyó del lugar pero dejó abandonado el Chevrolet Corsa con una escopeta, una mascara de payaso y, según los investigadores, el DNI de Mercado. A esta misma banda le atribuyen otros seis hechos criminales cometidos en a zona, en su mayoría, “entraderas” y robos violentos en casas particulares, donde los delincuentes actuaron vestidos como policías.
El líder de La Banda del Millón. "Te estamos esperando", le advirtió a un supuesto policía corrupto.
Una noche, desde el teléfono público de Sierra Chica, Mercado me contó velozmente sus aventuras criminales: "Una vez me fugué de una comisaría después de hacer un túnel de 18 metros. En mi cuerpo alojo cuatro balas. Robé bancos y blindados. Me tiroteé con la cana, llegué a usar de escudo a un compañero que me traicionó al que le disparé en la cara. Y una vez me metí en una celda y otros presos me molieron a palos porque estaban drogados con pastillas. Me desconocieron".
¿Cerca de la caída?
Los investigadores están convencidos de que Mercado y Milatich "están cercado". Lo que no saben es si el presunto lugarteniente de la Banda del Millón se entregará sin resistencia, buscará salir de la cacería a los tiros o planea grabar otro video amenazante. Para un ladrón de su estilo, con su cuerpo lleno de golpes y cicatrices, hay balas que en lugar de matar, alimentan la leyenda.