04 Diciembre de 2017 04:30
Mientras continúa avanzando la investigación alrededor de la agresión de Brenda Barattini a su amante Sergio F. -en la cual ella le seccionó el pene y los testículos- los detalles que incriminan a la joven se agrandan cada vez más.
La versión del supuesto abuso sexual presentada por Barattini es endeble.
Es que la coartada de la agresora, basada en que se defendió de un intento de abuso sexual, es cada vez más endeble de acuerdo a fuentes judiciales del caso reflejadas en el diario La Voz del Interior.
En su declaración, Barattini aseguró que pudo tomar las tijeras de podar con las que hirió a Sergio F. de abajo de su cama mientras este intentaba someterla. Dijo que cortó sin saber qué parte del cuerpo del hombre estaba lesionando.
Sin embargo, en su testimonio se apreciaron signos de que sus dichos podrían haber sido "guionados" con antelación. "Pude sacar la tijera, de a poco, de bajo la cama. La agarré con la mano, la desplacé sobre el sommier, sin hacer ruido. Y la tapé con mi torso y pelo. Él estaba detrás mío, yo la puse encima de mí a la tijera", describió la joven en un relato que perdió consistencia ante las preguntas de la fiscal.
Estrategia
En este marco, con la idea de reforzar su acusación de abuso sexual, el abogado de Barattini, Carlos Nayi, le solicitó a la fiscal Betina Croppi que envíe copia de la causa a Ingrid Vago, a cargo de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual.
El edificio donde ocurrió el hecho.
Sin embargo, en ámbitos judiciales cordobeses se da casi por descontado que Vago le devolverá a su par el expediente para que continúe como única instructora.
¿Cambio de carátula?
Por su parte, Eduardo Pérez y Felipe Trucco, abogados de Sergio F., evalúan pedir que Barattini sea imputada de un delito más grave que el de "lesiones gravísimas calificadas por el vínculo" que es carátula actual de la causa.
Los abogados de la víctima evalúan que su vida corrió riesgo.
Luego de tener acceso al expediente al presentarse como querellantes, los letrados evaluaron que a la arquitecta debería caberle otra figura, ya que consideran que la vida de su representado corrió riesgos.