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Las mentiras de Nahir Galarza: la morbosa despedida que le dedicó a Fernando y la "traición" de sus amigas

La joven fue condenada a perpetua por el homicidio de Fernando Pastorizzo. El nuevo relato y las fuertes incongruencias.

19 Marzo de 2019 11:16
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“Hasta ahora, me han juzgado y criticado por todo lo que he dicho. Siempre cambian mis palabras o las sacan de contexto. A mí me condenó la sociedad, no la Justicia”. Esas fueron las palabras con las que Nahir Galarza se defendió desde el penal de mujeres de Paraná en el que cumple condena perpetua por el homicidio de Fernando Pastorizzo. La joven de 21 años, que espera una resolución de la Cámara de Casación, sostiene que el fallo del Tribunal Superior de Gualeguaychú fue producto de la presión social y no de la carga probatoria en su contra. El primer paso para “cambiar su imagen” fue acceder a su primera entrevista televisiva. Pero el mano a mano con Mariana Fabbiani no hizo más que exponer las contradicciones que sostuvo durante todo el juicio. A continuación, las mentiras de Nahir.

Nahir Galarza cumple condena perpetua por el homicidio de Fernando Pastorizzo.

Fernando fue asesinado en la madrugada del viernes 29 de diciembre de 2017. Galarza le disparó dos veces: primero por la espalda y segundos después en el pecho. Su muerte fue casi inmediata, tuvo una agonía de minutos. Después del homicidio, las cámaras de seguridad registraron cómo Nahir caminó imperturbable las 30 cuadras que separan su casa de la escena del crimen. Llevaba un bulto entre sus manos. Eran las cinco y media de la mañana. Lo último que consta en el expediente es que Rafael Destéfano, su “amigo con derechos” que intentó fallidamente presentar como novio oficial durante el juicio, la vio entrar a su casa, ubicada a pocos metros de la rotonda de boliches de Gualeguaychú. “Tenía una sonrisa rara, pero la vi tranquila”, declaró el joven durante el juicio.

A mí me condenó la sociedad, no la Justicia"

Qué sucedió puertas adentro de los Galarza es un misterio. Lo saben sólo Nahir y sus padres, quienes durante el juicio aseguraron haber dormido toda la noche. Ella, según el testimonio que brindó ante el Tribunal, regresó a su casa, dejó el arma reglamentaria de su padre sobre la heladera y se acostó a dormir. No tiene ningún recuerdo hasta las ocho de la mañana, cuando recibió el llamado de Silvia Mantegazza, mamá de Fernando. La mujer se acababa de enterar de que la Policía había encontrado el cuerpo sin vida de su hijo. Lo último que sabía de él es que se había juntado con Galarza, a quien ella tenía agendada en su celular como: “Nahir novia”.

La despedida en Instagram que Nahir negó haber escrito: qué dice la Justicia

Después de esquivar las preguntas de Silvia, Nahir se presentó junto a su madre ante la fiscalía y declaró en calidad de testigo, motivo por el cual nada de lo que dijo pudo incorporarse a la causa. Eran las nueve de la mañana y Fernando llevaba ya cuatro horas sin vida. Fueron esos primeros minutos los que definieron el rumbo de la investigación y la posicionaron como principal sospechosa. “Lloraba mucho por la pérdida de su novio”, recuerda en diálogo con BigBang Sergio Rondoni Caffa, fiscal que llevó adelante la imputación a perpetua. Fue él quien pidió de inmediato al juez el secuestro del celular iPhone de la joven. Sabía, por la declaración de Silvia, que había estado junto a Fernando en las horas previas al homicidio. Minutos después, Nahir también lo reconoció en su declaración. Resultaba imperioso determinar horarios y, en caso de ser posible, detectar la geolocalización del dispositivo.

El morboso posteo de despedida de Nahir a Fernando después de asesinarlo.

Mientras los amigos de Fernando colmaban el lugar y se tomaban decenas de declaraciones en simultáneo, un posteo de Nahir llamó la atención de todos. En una historia, la joven -que sólo horas después iba a confesar el crimen- se despidió del chico al que había asesinado y, en un giro siniestro, lo definió como su “ángel”. El texto, que hoy resulta cuanto menos morboso, decía: “Cinco años juntos, peleados; yendo y viniendo, pero siempre con el mismo amor. Te amo para siempre mi ángel”. Mientras se publicaba la despedida, los peritos realizaban a pocos metros la autopsia sobre el cuerpo de Fernando. La hora exacta no se pudo precisar, dado que se trata de un contenido que se borra a las 24 horas, sin embargo quedó constatado en el expediente que fue publicado en las primeras horas de la mañana.

“Esa imagen no la publiqué yo”, se apuró a aclarar Nahir cuando Fabbiani le recordó un año después el posteo. “A mí me secuestraron el celular a las ocho de la mañana, ni bien me llamaron para tomar la (declaración) testimonial. Ni bien llegué, el juez de garantías dio la orden para que me secuestren el celular y se lo di. Es imposible de que haya sido yo porque me secuestraron en seguida el teléfono”.

Nahir tuvo su celular durante toda la mañana posterior al crimen"

Con el correr de las horas, el crimen de Fernando Pastorizzo llegó a los medios nacionales. El morboso posteo no tardó mucho en copar las portadas de los principales diarios. ¿Era la coartada de la joven que habían detenido por el asesinato? Nahir ya había quedado detenida e imputada por el homicidio. Fue el primer “ataque” mediático que recuerda. “Me dio una impotencia impresionante porque todo el mundo decía: 'Cómo le dio la cara para publicar esa foto y escribir todo eso'. Me daba impotencia porque no había sido yo”.

Pero lo que sucedió fue otra cosa. “Ella se presentó aproximadamente a las nueve y media de la mañana a declarar. Declaró durante una hora y monedas. En ese momento, le pedí al juez de garantías la autorización para inspeccionar el teléfono. No es algo que se hace en dos minutos, en todo ese tiempo, hasta las once y media aproximadamente, lo tuvo con ella”, confirmó Rondoni Caffa, al tiempo que recordó: “Ahí detectamos que una buena parte de la información de la noche no estaba y el juez ordenó el secuestro cerca del mediodía. Eso quiere decir que tuvo el teléfono durante toda la mañana”.

 

El faltante de información no se pudo acreditar, pero encendió las sospechas de los investigadores. En concreto, la geolocalización estaba desactivada “desde la tarde del 28”, horas antes de que Nahir le enviara un mensaje a Fernando para encontrarse por la noche, pese a que el joven ya le había dejado en claro que no quería “saber más nada con ella”. ¿La excusa? Recuperar el cargador de su celular que había quedado en la casa del chico.

“Instagram fue la única red social a la que no pudo acceder la fiscalía. La medida fue pedida por la defensa. Pudimos acceder a Facebook y Twitter, pero la contraseña del Instagram no era válida. Nahir ya estaba detenida, pero por esos días la cuenta se volvió a activar y se detectó que se borraron dos fotos. Después se cerró la cuenta. Un tercero lo manipuló, porque ella estaba presa”, suma el ahora juez. Otra de las pruebas que dejan en jaque la hipótesis de la “historia plantada” que sostiene Nahir, es que sí se pudo verificar que el posteo fue publicado desde el celular de Nahir. “De hecho, la foto utilizada sólo estaba en su teléfono; Fernando no la tenía. Nadie más la tenía”, ratificó Rondoni Caffa.

La amenaza durante el juicio: “Si publican el video íntimo...”

Uno de los momentos más tensos que se vivió durante el juicio tuvo lugar cuando una de las querellas -que representaba al padre de Fernando- pidió que se incorporara como prueba un video íntimo de la pareja. Fue el primer momento que Nahir se mostró perturbada y, según consignó un periodista local que se encontraba en la sala, llegó a acercarse al fiscal delante de todos. “Si publican el video íntimo, me mato”, precisa la crónica periodística de la jornada.

Este fue otro de los ejes que Nahir aclaró en su mano a mano con Fabbiani. “No amenacé a nadie”, se atajó de inmediato. “Obvio que me hubiera molestado (la difusión), porque no era necesario que lo publiquen y que lo vea todo el mundo. Se supone que tendrían que ser serios. Igual que la declaración, me molestó mucho que la pasaran por la televisión. Se supone que si es un juicio serio, esas cosas no se venden”, denunció.

Sergio Rondoni Caffa, hoy juez, fue uno de los fiscales del juicio contra Nahir Galarza.

El recuerdo del fiscal, una vez más, es otro. “Ella se acercó y me preguntó si se iba a mostrar el video. '¿Va a publicar el video? ¿Va a publicar el video?', me preguntaba. La miré. Nosotros habíamos pedido que se rechace el pedido de mostrarlo porque considerábamos que no aportaba, que el vínculo ya estaba probado. En ese momento, ella se acercó y me lo preguntó. No recuerdo bien el término exacto o la palabra concreta; no podría decir que me dijo que se iba a quitar la vida, pero sí que algo se iba a hacer”, cuenta Rondoni Caffa. “En el momento en el que me doy cuenta de que me estaba hablando del video, me preocupó que la defensa pudiera luego usarlo en contra mío. Por eso dejé de hablarle. Pero, con tino, (José) Ostolaza (abogado de Nahir), se dio cuenta y pidió que se la llevaran de inmediato”, sumó el fiscal del juicio.

“No sabía manejar armas”: la afirmación desmentida por todos los peritos y hasta su ex mejor amiga

Sol Martínez era una de las dos mejores amigas de Nahir al momento del crímen. Su testimonio fue uno de los más esperados por parte de la defensa de la ahora condenada asesina, pero resultó ser un “gol en contra” que ni siquiera las querellas o la fiscalía vió venir. Con su declaración, la joven estudiante no sólo aportó pruebas que corroboraban el vínculo con Fernando (algo que los abogados de Galarza buscaban desestimar para evitar el atenuante penal), sino que además reveló que su amiga “sabía manejar armas”. En su testimonio, la joven fue por más. Recordó que Nahir le había contado que su padre, miembro de la Policía, le había enseñado tiro.

Sol Martínez, la ex mejor amiga de Nahir, declaró en el juicio y la complicó.

Durante la entrevista, Fabbiani deslizó al pasar: “Vos sabías usar armas, él (por su papá) te había enseñado”. Nahir, que estaba relatando cómo le habían enseñado de chica a no tocar “las cosas del trabajo” de su papá (léase el arma reglamentaria), frenó su discurso al instante: “¡No!”. El dato no es menor: en efecto, se abrió un sumario contra su padre, hoy retirado, por haber sido su arma la que mató a Pastorizzo. “Nunca había agarrado una arma”, esquivó.

“La defensa jamás objetó el hecho de que Nahir supiera usar armas. No se cuestionó el testimonio de Sol, ni se presentaron evidencias contrarias. Esto quiere decir que quedó acreditado que ella sabía manejar armas”, precisa Rondoni Caffa, el mismo fiscal que vio a Nahir explicar con precisión y mímica cómo había utilizado la pistola para matar a Fernando durante la noche del 29 de diciembre, cuando se entregó en los Tribunales y confesó el crimen.

Nahir sabe usar armas, me dijo que el padre le enseñó"

En un principio, se dijo que esa noche Nahir llevó el arma reglamentaria del padre y la entregó. Pero lo cierto es que se encontraba en cadena de custodia: los fiscales ya la habían secuestrado a media mañana. “Cuando nos notifican que se trataba de la hija de un policía y que las balas correspondían a un arma de guerra, solicitamos la entrega del arma. La vaina era de una 9 mm, por lo que entendimos que podía ser la que se utilizó en el crimen”.

Esa mañana, horas antes de entregarse, Nahir y su madre fueron sometidas a un dermotest. Pero fue durante su primera declaración, cuando a pocas cuadras del lugar, la Policía llegaba la vivienda familiar primero en busca del arma, luego se dio lugar a un allanamiento en el lugar.

La “traición” de las amigas y lo que realmente declaró Sol Martínez

Uno de los momentos más honestos de Nahir en su encuentro con Fabbiani tuvo lugar cuando recordó a sus “viejas amigas” y les recriminó no haber declarado durante el juicio para validar la hipótesis de su defensa: la de la violencia de género. Una de ellas, aunque no la mencionó, fue Sol. “Hubiera influido mucho que mis amigas hubieran declarado, porque tenía dos amigas que vivían conmigo, sabían la situación por la que estaba pasando. En más, a veces usaba los celulares de ella para comunicarme con mi mamá porque el mío no paraba de sonar. Ellas veían lo que estaba pasando”.

Sol sí declaró, pero no acreditó tener conocimiento de que Fernando la maltrataba. “¿Usted es amiga de Nahir Galarza?”, indagó uno de los abogados. “Era”, respondió ella sin titubear. Aquella madrugada del 29 de diciembre en el que Nahir acribilló de dos disparos a Fernando lo cambió todo. “Éramos amigas desde chicas, después hicimos el secundario juntas”, reconoció, aunque aclaró de modo contundente: “No tengo relación con ella”.

 

La noche de Navidad, sólo cuatro días antes del homicidio, Sol y Nahir fueron juntas a bailar al boliche bikini. Durante “la previa”, sus amigas notaron que Nahir tenía lastimada la pierna y los brazos. “Me pegó Fernando”, dijo la estudiante de abogacía, pero no quiso dar mayores detalles de lo sucedido.

La noche siguió en el boliche Bikini, ubicado en la costanera y a sólo dos cuadras de la casa familiar de los Galarza. Según el testimonio de Sol, Nahir se había encontrado conNahuel, uno de los tres chicos con los que salía. Fernando los vio dándose un beso y la increpó. “Estaban discutiendo y me metí para sacarlos”, reconoció la joven.

Acorde a su relato, Nahir lo había agarrado de los brazos a Fernando y él de los hombros. Sol intervino de inmediato. “No le pegués nunca más a una mujer”, le espetó. Fernando, según ella, la tomó de los brazos y no la dejaba ir. “En ese momento le di una trompada en el ojo derecho”, confesó. Pero Nando no respondió el ataque. “Se puso a llorar, me dijo que él nunca le había pegado a una mujer y que no lo haría porque había vivido episodios de violencia de chico”, sumó.

A muy pocos metros se encontraba presente el padre de la víctima, Gustavo. “Violencia de chico”, escuchó y no pudo disimular su cara de sorpresa. “Fernando lloraba y gritaba, decía que jamás le había pegado a una mujer”, reforzó Sol, pese a que la expectativa de la defensa de Nahir era capitalizar el episodio en el boliche para darle forma al escenario de violencia de género.

 

Hasta ese día, Sol jamás le había visto un golpe a Nahir. Tampoco le había dicho si sufría algún tipo de hostigamiento por parte de Fernando. “Él era celoso y la llamaba cuando salíamos, eso sí”, reconoció, aunque titubeó mucho a la hora de ponerle un rótulo al vínculo que mantenían víctima y victimario. Una definición clave para sostener uno de los agravantes de la imputación.

“Ellos empezaron a verse cuando ella tenía 15 años. Estuvieron tres años, tres años y medio yendo y viniendo”, aportó Sol. “No sé si era el novio formal, pero era el único al que llevaba a la casa”, sumó, al tiempo que confirmó que Fernando había viajado a Brasil durante unas vacaciones junto a los Galarza.

“Estaba perdida, no entendía nada”: la vaina perdida y la intervención en la escena del crimen

De la escena del crimen, la Justicia sólo logró recuperar una de las dos vainas. El dato, no menor, acredita la hipótesis inicial de la investigación que sostenía que, después de dispararle, Nahir se tomó su tiempo para buscar las vainas y evitar así que pudieran confirmar que el arma homicida era la de su padre. El testimonio de un remisero fue clave en el juicio. El hombre confirmó haber visto a Pastorizzo en el piso y a otra persona a su lado. “Era una silueta, como estaba muy oscuro no podía ver si era una mujer o un hombre, pero estaba agachada; pensé que lo estaba asistiendo”.

Después de dejar a su pasajera, el hombre regresó a la escena del crimen. Creía, hasta ese momento, que se trataba de un accidente de tránsito menor. Al llegar, se encontró con el cuerpo ensangrentado de Fernando. “La otra persona ya no estaba”, aclaró de inmediato. Habían pasado sólo cinco minutos. “Lo dejó solo. Cuando llegué estaba todavía vivo, movió la boca; creo que para respirar. Pero cuando llegó la ambulancia ya estaba muerto”.

 

En esos pocos minutos, los investigadores creen que Nahir no estaba asistiendo a Fernando, sino que estaba buscando las vainas que podía incriminarla. En efecto, sostienen que lo hizo, pero que sólo pudo encontrar una: la que jamás apareció. La otra fue encontrada por los efectivos que custodiaron la escena del crimen. Estaba enterrada debajo del cuerpo de Pastorizzo y pudieron así precisar que le habían disparado con un arma 9 mm, la misma que utilizan los miembros de la Fuerza. Un día después, el peritaje balístico confirmó que se trataba de la pistola reglamentaria del padre de Nahir.

Según el relato de Nahir, su mente se puso “en blanco” después de los disparos, a los que durante el juicio hizo alusión como “estallidos”. De acuerdo a su testimonio, todo lo que sucedió después del homicidio es un recuerdo en blanco. “No podía reaccionar, no entendía lo que estaba pasando. No caía. No pensaba en nada, no tenía nada en la mente. Estaba en blanco. Nunca me había pasado. Si me preguntás cómo hice para llegar a mi casa, la verdad es que no me acuerdo. Tampoco me acuerdo cuando volví a mi casa”, le contó a Fabbiani.