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Las seis claves de la caída de Pérez Corradi, el prófugo más buscado

Su lujosa vida en Paraguay, la detención en silencio y el traslado a Asunción: lo que hay que saber sobre la caída del presunto autor intelectual del Triple Crimen.

20 Junio de 2016 05:14
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La detención de Ibar Pérez Corradi después de poco más de cuatro años de búsqueda sacudió a la sociedad argentina y acaparó la atención de todos los medios. BigBang refleja algunos de los puntos más importantes que hacen a la aprehensión de quien está sindicado como el autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez, desde cómo era su vida en la clandestinidad hasta sus últimas horas, la detención y el traslado a Paraguay. 

La detención

Ibar Pérez Corradi, el prófugo condenado por la Justicia argentina como autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez, fue capturado en la zona de la Triple Frontera.

Pérez Corradi fue capturado en la zona de la Triple Frontera.

La confirmación llegó a través del ministro del Interior del Paraguay, Francisco de Vargas. El argentino fue capturado en un operativo conjunto entre autoridades paraguayas y brasileñas en el departamento de Alto Paraná.

Las últimas horas

Según pudo saber BigBang, el real motivo por el cual la familia dejó Paraguay para instalarse en Brasil es la salud del bebé, de nacionalidad brasileña, quien sufre una enfermedad que debe ser tratada en un hospital de la zona.

A la hora de su detención, Corradi no emitió una sola palabra, e incluso se despidió de su familia en silencio. Parecía saber que su detención podía llegar en cualquier momento.

El prófugo se despidió de su familia en silencio.

No portaba documentos y rápidamente fue trasladado en una avioneta hacia Paraguay, en donde se cree pasó la mayor cantidad de tiempo en sus años prófugo. “Es remitido y expulsado al último lugar de dónde vino”, contó su abogado, Carlos Broitman.

Su familia fue detrás de él. Gladys y sus dos hijos también viajaron hacia el país vecino, para mantener en las próximas horas una reunión con los abogados del prófugo.

La llegada a Paraguay

Al llegar al aeropuerto de Asunción, Ibar Pérez Corradi fue sometido a una inspección médica. El autor intelectual del triple crimen sería trasladado a la cárcel Agrupación Especializada, donde se encuentran los detenidos más peligrosos de ese país.

El ministro del Interior paraguayo, Francisco de Vargas. 

Según informó el ministro del Interior paraguayo, Francisco de Vargas, Corradi podría pasar allí los próximos días, mientras las autoridades pretenden allanar el camino para que el condenado sea extraditado a la Argentina.

La palabra de Diego Ferrón

Ante la detención de Pérez Corradi, la familia de Damián Ferrón, uno de los asesinados por el Triple Crimen de General Rodríguez, se encuentra a la expectativa.

Diego Ferrón, hermano de una de las víctimas del Triple Crimen. 

“No sabemos qué datos puede aportar en la causa”, apuntó Diego Ferrón, hermano de la víctima. De todos modos, no descarta que pueda revelar “nombres propios”.

Para Ferrón, la detención “era inminente” luego del encuentro entre Bullrich y su par de Paraguay. “Recibí un informe y tengo contacto con ella. Desde que apareció la identidad falsa. Sabíamos que estaba por caer”, afirmó.

Su vida en la clandestinidad

Desde 2012, Pérez Corradi habría vivido en lugares céntricos de Ciudad del Este y de Asunción. Uno de ellos sería el country Paraná Country Club, según la información aportada por el abogado.

Cuando su pareja se trasladaba en el auto Kía, él utilizaba un ostentoso Mercedes Benz ML 320, un vehículo que ya no se fabrica, y cuyo modelo 2009 ronda los 700 mil pesos.

Durante su estadía en Paraguay, habría vivido en el lujoso Paraná Country Club.

Hasta febrero, Pérez Corradi vivió una lujosa casa de la calle Ybytyruzú, en Asunción, cerca del Club Internacional de Tenis (CIT).

El estilo de vida incluía comidas en excéntricos restaurantes y paseos en shoppings con su nueva familia.

La eliminación de sus huellas

En su afán por seguir eludiendo a la Justicia, el ex prófugo se llegó a borrar las huellas dactilares a través de un raspaje por el que pagó 50 mil dólares.

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