El juicio contra Lautaro Teruel -hijo de Mario Teruel, integrante de Los Nocheros- llegó a su fin. Tras varias semanas, el joven finalmente fue condenado a 12 años de prisión por dos abusos sexuales cometidos contra una chica de 19 años y una niña menor de edad. Por otra parte, sus dos amigos coimputados en una de las causas, Silvio Ezequiel Rodríguez y Gonzalo Isaac Farfán, fueron absueltos.
En su resolución, los jueces rechazaron los pedidos de incompetencia y nulidad que había hecho la defensa y revocaron la prisión domiciliaria con la que había llegado al proceso, por lo que solicitaron que el acusado sea trasladado de inmediato a la cárcel.
Antes del veredicto, frente a los fiscales y magistrados, el imputado brindó sus últimas palabras. “Simplemente pedir disculpas a todos los involucrados. Decirles que sea cual sea el resultado de esto, voy a seguir trabajando para reparar lo que haya que reparar y empezar a vivir de nuevo”, dijo.
“Me gustaría que comprendan que jamás tuve la intención de abusarme de ella”, remarcó. “Y pedirle disculpas a mi familia por todo lo que les hecho sufrir. Agradecerles el sostén, en especial a mi vieja, que se quedó en casa llorando. Dios quiera que la pueda volver a abrazar dentro de poquito”, concluyó Teruel.
Juicio contra Teruel: la versión de una de las víctimas y qué dice el informe clave de un perito
Hoy, la audiencia final, comenzó en la Sala III del Tribunal del Juicio de Salta, integrado por los magistrados Carolina Sanguedolce, María Gabriela González y Pablo Farah. El joven enfrentó dos causas unificadas por violación: entre ellas, a una menor de edad, que tenía entre diez y trece años al momento de los hechos. Antes de la audiencia final, en la séptima jornada del juicio un perito de la Policía Federal que analizó los audios incorporados a la causa fue uno de los principales testigos.
Este hombre, que es técnico en grabación y posproducción de audios, determinó el grado de autenticidad de las grabaciones incorporadas a la causa, en una de los cuales el acusado reconoce haber abusado a la víctima y le pedía perdón, para establecer si en ellas hubo alteración o edición. En su informe, el perito indicó que dos de los archivos no se podían considerar íntegros porque mostraban evidencias de discontinuidad y de estar compuestos por fragmentos.
Sin embargo, resaltó que en el resto de los archivos no había indicios de adulteración, manipulación o edición. A pesar de esto, señaló que no se podía confirmar o descartar si correspondían a una grabación íntegra. “La ausencia de evidencia para demostrar la edición no significa que no exista dicha edición. Significa solamente que no se pudo comprobar”, sostuvo el técnico.
Además, manifestó que no podía sostener que los archivos que recibió fueran grabaciones "originales", ya que no contó con el soporte que registró el evento acústico en tiempo real. Antes de él, entre los testigos se destacó el testimonio de peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y psicólogos: la primera en testificar fue una licenciada en Criminalística del CIF, que tuvo a su cargo las dos inspecciones oculares en la casa de la familia Teruel.
La estrategia de la defensa de Teruel después de la declaración de la perito psicóloga
Allí, habrían ocurrido los dos hechos denunciados. Cabe recordar que Teruel, de 30 años, llegó a este juicio, iniciado el 27 de septiembre pasado, acusado en dos causas diferentes. En el primer expediente está imputado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado, agravado por el daño en la salud de la víctima, en concurso ideal con corrupción de menores doblemente agravada por tratarse de menor de 13 años y por mediar engaño, en perjuicio de una de las víctimas, que aseguró haber sido abusada entre los 10 y los 13 años.De hecho, durante el proceso ambas víctimas declararon y contaron lo que vivieron, aunque sus relatos no coinciden con lo propuesto por la defensa de Teruel.