01 Junio de 2017 10:25
Sandra Schaefer, la hermana de la mujer asesinada a puñaladas en el country Martindale de Pilar, en 2015, declaró esta mañana que Claudia "le tenía pánico" a su marido Fernando Farré y que luego de haberlo denunciarlo por violencia de género, su hermana le comentó: "Esto no me lo va a perdonar nunca". En el juicio no se discute si Farré cometió o no el crimen (está claro que él mató a Claudia Schaefer): su defensa intenta atenuar sus responsabilidades basándose en la idea de que actuó bajo "emoción violenta".
Fernando Farré, cuando fue detenido luego del crimen.
El abogado de Farré, Adrián Tenca (verdadero especialista en la defensa de femicidas), alegó que ella tenía una relación paralela con un tal "Sebastián" y que esta relación paralela lo habría perturbado al punto de provocarle la "emoción violenta" que desembocó en el crimen. Sin embargo, Tenca no la tiene nada fácil ya que la querella presentará a varios testigos capaces de acreditar innumerables antecedentes de maltrato. Hasta ahora, varios testigos detallaron una historia de humillaciones de parte de Farré. Liliana Rodríguez Rossa, amiga de la víctima, contó que el criminal "la trataba como si fuera un mueble más de la casa", que le decía "gorda" y que era un hombre "narcisista y enamorado de sí mismo, que siempre despreció a los demás".
El abogado de Schaefer, Carlos Quirmo, también declaró. Quirmo dijo que Claudia había querido filmar a su esposo para demostrar cómo la maltrataba, y que Farré la tiró contra el piso y le apoyó la rodilla en el cuello, mientras uno de sus hijos, desesperado, gritaba "Soltala, hijo de puta".
Farré y Claudia Schaefer. Él le asestó a ella 66 puñaladas.
A su vez, el abogado de la familia de Claudia, Jorge Sandro, formuló una seria advertencia: "Si es inimputable, el acusado mantiene la patria potestad de los tres hijos. No quiero ni imaginar lo que podría ser para ellos convivir con alguien que mató a su madre de 66 puñaladas".
En su alegato inicial, la fiscal de género Carolina Carballido Calatayud intentó demostrar la premeditación de los hechos. "A sangre fría. Así decidió el señor Farré asesinar a su esposa. Tomó dos cuchillos y los escondió y la esperó en la casa que usaban para los fines de semana. Cuando ella llegó encontró el momento justo, la siguió y en el vestidor cerró con llave y le empezó a dar golpes de puño y le dio 66 puñaladas. En el rostro y en el torso. Y a pesar de que ella intentó defenderse la degolló. Sí, señores. La mató. El sabía que esta era la última vez que se encontrarían como pareja. Era su oportunidad", señaló, dirigiéndose a los jurados.