16 Noviembre de 2021 17:12
Entre lágrimas y mucha tristeza, los familiares de Héctor González -un ex empleado municipal de 68 años que estuvo internado durante los últimos 4 años en la clínica neuropsiquiátrica "Santa Teresa de Ávila", ubicada en 61 entre 1 y 2 de La Plata- despidieron sus restos el último viernes en la casa de sepelios Dei sobre la calle 17. El hombre había fallecido aquel día en horas de la tarde: lo había encontrado su compañero de cuarto.
Un médico de guardia constató la muerte y firmó su certificado de defunción como una muerte natural. Pero durante el velatorio, las lágrimas se transformaron en bronca, la tristeza en incertidumbre y la sala donde despedían los restos de González se colmó de dudas y gran conmoción. La hermana mayor de Héctor descubrió marcas en su cuello cuando quiso acomodarle la camisa y el pánico fue total: eran marcas de un posible homicidio.
A los familiares del ex empleado municipal les habían entregado el cuerpo vestido, con una camisa con botones cerrada al cuello, pero esto no evitó que su hermana descubriera la verdad: halló marcas compatibles con un ahorcamiento. Luego de la lógica crisis en la que quedó envuelta la familia de la víctima, decidieron llamar a una médica del establecimiento, que negó que tanto ella como sus compañeros hubieran visto las marcas mientras lo atendían.
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La familia realizó la denuncia en una dependencia de la Policía Bonaerense y tras las diligencias correspondientes, un médico forense constató que efectivamente González no había muerto de forma natural y que las marcas resultaron ser heridas compatibles a un estrangulamiento. Por esta razón, la UFI N°2, a cargo de la fiscal Betina Lacki, ordenó una autopsia y el estudio realizado en la Morgue Judicial indicó que alguien lo había estrangulado hasta matarlo.
Gisela, sobrina del difunto, dialogó con Todo Noticias (TN) y reveló que desde la clínica neuropsiquiátrica se contactaron con ellos para avisarles que González había fallecido por un fallo cardíaco. "Nos avisaron que mi tío falleció el viernes a la tarde, por un fallo cardíaco. A las 22 fue el velorio, tuvimos solo media hora. Mi tía se acercó a él y le descubrió las marcas", contó.
Y agregó: "Llamamos a una médica preguntándole si le había visto las marcas y ella dijo que estuvo, que lo había revisado, que le habían hecho RCP pero que las marcas no las había visto. Y eran muy notorias las marcas, la camisa la tenía prendida hasta el último botón. Frente a las sospechas, la familia contactó a la policía y a la Justicia dispuso la realización de una autopsia que determinó que el hombre murió "por compresión" o asfixia.
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De acuerdo con Gisela, la familia está en shock y pidió encarecidamente "saber quién lo mató, por qué, y nadie nos está dando respuestas, menos la clínica". "La autopsia no deja lugar a dudas, dice muerte por compresión (asfixia). Alguien tuvo la intención, incluso nosotros no sabíamos cómo había fallecido, nos dijeron que lo habían encontrado en el baño", señaló entre lágrimas..
El velorio se realizó en la casa de sepelios Dei sobre la calle 17. Del mismo participaron más de una veintena, entre amigos y familiares de la víctima. El cuerpo llegó desde el neuropsiquiátrico descalzo, con un pantalón corto que el difunto usaba de manera cotidiana y la camisa abrochada hasta arriba de todo. A la familia de González esto le parece "raro" y resaltan que “era imposible que alguien no se diera cuenta" de las marcas en el cuelo de la víctima.
El documento, firmado por el médico de guardia, dice que la causa de muerte fue un “paro cardio-respiratorio por hipertensión”. Por ahora, el principal sospechoso es el compañero de habitación de González, un hombre considerado inimputable. La historia clínica de esa persona ya fue requerida por el fiscal y se citarán peritos para determinar su peligrosidad, si era un riesgo para terceros y por qué compartía la habitación con González.
