por Noa Liberman
18 Febrero de 2023 08:00El 30 de abril de 2020 la vida de Facundo, de su mamá Cristina y de todos sus allegados cambió para siempre. Esa tarde en la que salió desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca, con motivo de visitar a su pareja, el joven fue detenido en el acceso a Mayor Buratovich por romper el aislamiento obligatorio por el Covid-19. En ese entonces, la policía Bonaerense lo fotografió esposado contra el patrullero, lo subieron al vehículo, y durante 107 días no se supo más nada de él.
El 15 de agosto de ese mismo año, el cuerpo de Astudillo Castro fue encontrado sin vida y en estado de descomposición avanzada entre las localidades de General Daniel Cerri y Villarino Viejo. La autopsia indicó que la muerte había sido asfixia por sumersión, y la causa que había comenzado como averiguación de paradero, fue caratulada como presunta desaparición forzada. Esto último fue avalado y apoyado por las Madres de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto y Nora Cortiñas, quienes afirmaron que era un “desaparecido en democracia” y además pidieron la renuncia del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni.
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Cabe recordar que luego de que se encontrara el cadáver de Facundo y el caso llegara a todos los medios de comunicación, el presidente Alberto Fernández recibió en la quinta de Olivos a la madre del joven asesinado. Ambos tuvieron un encuentro “ameno”, pero la mujer nunca reveló en profundidad cómo fue la charla entre ellos. El único detalle que afirmó, fue que el mandatario le regaló un perro.
En este sentido, y frente a las irregularidades que ahondan en los expedientes, Leandro Aparicio, abogado de la familia de la víctima, explicó como continúa la cuasa hoy en día: “Ha tenido algunas circunstancias que no pasan generalmente. Se recursó a la jueza originaria y se apartó al fiscal Ulpiano Martínez. Él, que fue el primer fiscal, se apartó denunciando violencia moral en relación a las recusación que le hicimos la querella. Eso produjo que al ser apartado, su otro juez y el otro fiscal permitan realizar distintas pruebas. Se le tomó declaración a la testigo H, se le secuestró la libreta a la testigo H, se acreditó que ella dijo mentiras, y también se acreditó que no quiso responder a las preguntas que se le hicieron”.
La testigo H, una mujer agropecuaria de 72 años, fue contradictoria en su propia declaración. En el 2020, más precisamente luego de que diera por inicio la causa, declaró que ella había estado con Facundo luego de que la policía Bonaerense lo demorara en Buratovich, ya que ella lo había recogido al verlo hacer dedo en la ruta de Teniente Origone. Además, agregó en su primera declaración que recordaba que el joven le contó que iba rumbo a Bahia Blanca, y que en su mochila sólo llevaba un paquete de galletitas, información que resultó ser coincidente con lo encontrado en el bolso.
Si bien hasta ese momento parecía ser verídico su relato, se comenzó a dudar sobre si era una testigo plantada, ya que en todas sus declaraciones se contradijo. Al principio, comenzó explicando que ella se dirigía hacia Bahía con el fin de recurrir a una rehabilitación en un centro médico, el cual se pudo comprobar que por motivos de la pandemia estaba cerrado. Al ser increpada con esa información, reconoció que iba a visitar a una amigo, de quien no quiso dar ni el nombre. Un año después de dichas declaraciones, se le apareció a la madre de Facundo y comenzó a hostigarla y a amenazarla diciéndole que la iba a denunciar por lo sucedido.
Además, en la misma línea con lo que respecta a la testigo H y a Sergio Berni, Aparicio recalcó: “Mintió cuando dijo que venía a Irel, pero nosotros pudimos comprobar que en ese momento estaba cerrado. Después dijo que iba a ver a una persona. Se tomaron testimoniales a la municipalidad de Villarino y finalmente se pidieron distintos informes que van en la sintonía de acreditar que en el lugar donde se encontró a Facundo es imposible ahogarse, tal y como plantea Berni y los medios oficiaistas que quieren que este crimen quede impune”.
Por su parte, Aparicio actualizó el estado de la causa y afirmó que desde la semana entrante, volverán a abordar el tema junto a todo el equipo: “Este miércoles tenemos una reunión virtual con los tres fiscales a los efectos de hacer un balance de las pruebas que existen y solicitar la imputación del delito de desaparición forzada al menos para los cuatro policías que tuvieron toda la relevancia el 30 de abril”.
Con respecto al hostigamiento y las amenazas que sufrieron la madre, la novia y el hermano de Facundo, el letrado sostuvo: “Cristina ha tenido que soportar distintos episodios, además del de la desaparición y asesinato de su hijo. Ha tenido persecuciones, ha sido amenazada e increpada por la testigo H. Está con mucha entereza y con mucha decisión de que esto avance, es por eso que esta reunión que tenemos ha sido impulsada por ella. Ella es la que está motorizando todo para que la causa avance y podamos definir las imputaciones”.
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Por último y con respecto a lo que él y la querella consideran de la causa, Aparicio explicó: “Nosotros creemos que Facundo fue demorado en Buratovich, y fue liberado cuando la madre llamó. Se fue caminando de la comisaría hasta la ruta y, en vez de ir a Luro como le ordenaron, se fue para Bahía. Los policías admitieron eso, y mandaron a Sosa que fue quien lo había detenido. Él fue, lo subió arriba del patrullero, lo golpeó y lo tiró en Origone, donde lo vieron tres testigos que fueron amenazados. Después fue encontrado tirado por un matrimonio que pasaba por Origone".
Seguido a esto concluyó: “Ahí es que llaman a Gonzáles, que va, lo levanta y lo carga en la camioneta. Llama ocho veces a Médanos, llamada borrada de su teléfono. En ese contexto es que Facundo tiene el último contacto con Gonzáles, obviamente él da una versión distinta, y en función de eso no sabemos si González lo encontró muerto, si lo terminaron de rematar en la comisaría, no tenemos la precisión y tampoco la necesitamos para imputarlos por la desaparición forzada de personas. Después obviamente siguió un encubrimiento armado por la Policía de la provincia de Buenos Aires, avalado por el ministro Sergio Berni, quien nunca más nos llamó. Nunca más tuvimos comunicación con alguien del Gobierno”.