A más de un mes del homicidio de Fernando Báez Sosa, la causa sigue sumando pruebas al expediente. En las últimas horas, el equipo de Fernando Burlando -que representa a los familiares de la víctima de 18 años- solicitó una vez más a la fiscal, Verónica Zamboni, que investiga a al menos dos nuevos sospechosos, uno de ellos el sindicado como "rugbier número 11". Las nuevas pruebas en su contra, los mensajes que los imputados enviaron y borraron tras el crimen y por qué será clave la finalización de la pericia tecnológica.
"Hay al menos 200 mensajes que todavía están en proceso de recuperación", confirmaron en diálogo con BigBang fuentes de la investigación. En efecto, los peritos constataron que hubo una inusual actividad en los dispositivos que peritan después de las cinco de la mañana del 18 de enero, horario en el que declararon muerto a Fernando.
Según pudo saber este medio, los mensajes borrados -así como la identificación de los números a los que llamaron- serán clave a la hora de determinar si hubo, tal como sostiene Burlando, más implicados en el asesinato. "Puedo confirmar que hay otros involucrados en el hecho. A la fiscalía le toca investigar la actividad que desarrollaron. La información que manejamos es que está en el lugar, en los momentos más álgidos (en alusión al joven identificado como "Pipo"). Y hay otro que aparece en el grupo", anticipó.
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"Esto no termina en los diez sospechosos, sino que hay más", ratificó el abogado. En efecto, las cámaras de seguridad permitieron identificar al joven sindicado como el rugbier "número once" no sólo al momento de la pelea, sino en todos los movimientos posteriores al crimen. "Está en cada una de las grabaciones, incluso estuvo en la casa que alquilaban los imputados esa madrugada después del asesinato. Hay mucho material. La Fiscal tiene que darle una respuesta a los padres de Fernando".
La situación procesal de los diez imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa
Acusados por la fiscal como "coautores del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas": Lucas Pertossi (21), Ayrton Viollaz (20), Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (19), Blas Cinalli (18), Enzo Comelli (20), Luciano Pertossi (18) y Matías Benicelli (20). Acusados por la fiscal como "partícipes necesarios", imputados, aunque sin prisión preventiva: Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19)."Queremos que se investiguen todos los extremos y alternativas que han quedado pendientes en la investigación. Evidentemente hay dos situaciones totalmente diferentes: una que tiene que ver con una persona -o alguno más- que tuvo participación directa en el ataque; la otra con la necesidad de recabar toda la información de la gente que mantuvo contacto en los momentos anteriores y posteriores al asesinato de Fernando. Ya hay constancias en la causa que se habló directamente del asesinato. No serían testigos menores, tienen y han tomado conocimiento del hecho y de su gravedad de manera directa".
Burlando aclaró, además, que no sólo quiere que declaren los jóvenes que llegaron a Villa Gesell la mañana del crimen, sino también a amigos de los imputados "que se encontraban en Zárate, pero que intercambiaron mensajes con ellos". "Otros estaban en viaje para encontrarse con esta gente en Villa Gesell", detalló.
"Este pacto de silencio familiar, no solamente de parte de los imputados sino también de la familia, tiene que ver con el alto grado de responsabilidad con el hecho que se investiga. Evidentemente el que hable va a sufrir las consecuencias del que no hable. Si uno decide hablar y tratar de exculparse, el otro detenido lo va a involucrar y tratar de exculparse. Por eso no han hablado, porque son todos responsables".
"¡Mataron a una persona! ¿Me estás jodiendo?": el audio que revela la crueldad de los rugbiers tras el crimen de Fernando
Sábado 18 de enero. 8 de la mañana. El cuerpo de Fernando Báez Sosa se encontraba en la morgue del hospital de Villa Gesell: le estaban realizando la autopsia. Los padres de la víctima viajaban desesperados a la Costa. Su novia, destruida, aguardaba en la vereda en compañía de una amiga que le entregaran el cuerpo. Lo habían declarado muerto tres horas antes, en la vereda de enfrente del boliche Le Brique, después de haber sido atacado por una patota de diez rugbiers, que ya organizaba, como si nada hubiera sucedido, la previa de ese sábado. El siniestro audio de un amigo de los diez imputados que acababa de llegar a la ciudad balnearia horas después del homicidio: "¡Mataron a una persona! ¿Me estás jodiendo?".
"Pero, ¿estás loco, vos? ¿Te pensás que quiero ir a hacer algo hermano? Mataron a una persona, ¿me estás jodiendo? No es ninguna boludez, papi". Esa fue la reacción del joven que estaba llegando en micro de Zárate a Gesell esa mañana y pensaba dejar las valijas en la cabaña que habían alquilado los imputados hasta que "abriera el hotel" que había reservado. En el primer intercambio de mensajes, se sorprende al darse cuenta de que sus "amigos" ya estaban organizando la previa de la noche, pese al homicidio.
El siguiente recorte del audio de WhatsApp muestra la reacción del joven, a la respuesta de alguien que le recomendó alejarse de la situación. "Eh, no. ¡Qué me voy a meter! Yo agarro, llego acá a Villa Gesell y le mando a los chicos: 'Eu, ¿podemos dejar el bolso hasta que nos den el hotel?'. 'Sí, vengan a dejarlo'. Bueno, estaban todos durmiendo, uno solo (despierto). Y estaba toda la Policía en la calle".
Al notar la presencia policial, el joven de Zárate le preguntó a uno de los efectivos qué había sucedido. "Ayer a la salida del boliche hubo una pelea y terminaron con la vida de un chico", le respondió el agente, quien por ese entonces ya estaba tras la pista de los diez imputados. "Bueno, pasó. No creímos. Después le preguntamos a otro policía y nos dijo lo mismo. Estaba la Policía Científica, todo", reconstruye el nuevo testigo.
Nos contó que los salió a correr la Policía y que se metieron en la casa"
"Cuestión que vamos a la casa de los pibes, dejamos la valija y uno de los pibes, Blas se llama (por Cinalli) que estaba en la casa de ellos, agarró y nos empezó a contar que se habían peleado, que lo agarraron a uno y que no sabían si estaba medio muerto o qué (por Fernando); pero que no creían que estuviera muerto", aseguró el testigo. Para ese horario, tal como consta en el expediente, Lucas Pertossi ya les había avisado que la víctima había "caducado".
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De acuerdo a lo que les contó Cinalli, esa madrugada los diez imputados escaparon de la Policía (tal como quedó en evidencia en el video registrado por las cámaras de seguridad del supermercado chino ubicado a pocos metros de la escena del crimen). "Nos contó que los salió a correr la Policía y que se metieron en la casa (que alquilaban). Cuando nos contó eso, le dije: 'No, amigo. A la persona esa la mataron".
La respuesta de los rugbiers a la propuesta de profugarse fue contundente: "No, acá en Gesell están flasheando y exagerando todo. Están re locos". Al darse cuenta del cuadro de situación, el joven regresó a la cabaña que alquilaban los ahora imputados para recuperar su valija. "(Blas) Me dio las llaves de la casa, fuimos, agarramos nuestros bolsos y nos vinimos a la puerta del hotel hasta que abrió. Nos quedamos en la puerta con el Cala, Santino (también mencionado en la causa) y con todo los que vinimos (en micro)".
Cuando fuimos, la DDI los tenía a todos tirados en el piso y se los llevó detenidos a todos"
El siguiente encuentro con sus amigos de Zárate fue al momento de la detención, que tuvo lugar cerca de las diez de la mañana. "Cuando fuimos, la DDI los tenía a todos tirados en el piso. Les revisaron la casa y se los llevaron a todos detenidos. Eso fue porque salieron mamados, se empezaron a pegar y son los que juegan al rugby. Son los enormes, los grosos. No se midieron, tienen fuerza y lo cagaron a patadas en el piso".
"Cuando nos contó eso, fuimos a ver qué onda (al centro). Fuimos a preguntarles a los policías y nos dijeron que sí, que anoche una manada de entre 10 a 12 chicos le había pegado al chico ese y a su grupo de amigos. Que habían terminado con la vida de ese chico. Yo ahí me cagué hasta las patas y les dije: 'Ustedes están re locos, amigos'. Andá a levantar a los pibes ya y andá a decirles ya. Tómense el palo para Zárate, váyanse; váyanse".