15 Marzo de 2020 12:10
El próximo miércoles se cumplen dos meses del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado a los golpes a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell. El jueves pasado, ocho de los diez imputados por el homicidio fueron trasladados del penal de Dolores a la alcaidía de Melchor Romero, ubicada a la salida de la ciudad de La Plata. Por qué los trasladaron, cómo sigue la causa y en qué condiciones de detención se encuentran hoy.
El traslado se dio en la madrugada del jueves pasado, una semana antes de la audiencia clave en la que la Cámara Penal de Apelaciones de Dolores deberá determinar si confirma o anula las prisiones preventivas ordenadas por el juez de garantías, David Mancinelli. Mientras aguardan la resolución, los imputados ya se encuentran en la alcaidía a la que fueron trasladados para dar inicio a las pericias psiquiátricas que llevará adelante la Asesoría Penal de la Suprema Corte bonaerense, ubicada a menos de una hora del nuevo lugar de detención.
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De acuerdo a lo consignado por el diario Clarín, los ocho imputados tuvieron el viernes su primer contacto no sólo con el resto de la población carcelaria, sino también su primer momento de recreación. Hasta ahora, sólo podían salir una hora al día en Dolores, mientras que en La Plata el horario de patio es de cuatro horas. Eso sí: salen solos y el contacto con el resto de los reclusos se reduce a los horarios de desayuno, almuerzo y cena.
A diferencia del penal de Dolores en el que los ocho compartían el mismo espacio, en La Plata están distribuidos en cuatro celdas (las ocupan de a dos) del pabellón número 6; en el que además se encuentran otros 25 detenidos. "Todos se mostraron muy educados, sumisos y atendieron cada una de las recomendaciones y órdenes que les dieron los guardias", advirtieron fuentes de la penitenciaría.
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Máximo Thomsen, uno de los imputados más complicados, se habría quebrado, de acuerdo a lo reconstruido por Clarín. En una entrevista de rutina ante las autoridades del penal, el joven de 20 años sindicado como uno de los autores materiales de la golpiza a Fernando "empezó a hablar entrecortado. Escondió la cara entre sus manos y no pudo seguir hablando". Otro de los imputados que habrían hablado después del traslado fue Luciano Pertossi. "El 'rubiecito' contó que él había llegado a lo último, cuando todo había pasado. Que no tuvo nada que ver", aseguró un agente del servicio penitenciario que tuvo contacto con los imputados.
A diferencia de la rutina de reclusión que mantenían en Dolores, los rugbiers ahora tienen al menos cuatro momentos de encuentro con el resto de la población carcelaria. En efecto, tienen el mismo horario para comer y lo hacen justo al resto de los detenidos. El desayuno es a las ocho, el almuerzo a las doce y media; mientras que la merienda comienza a las cinco y media de la tarde, y la cena se sirve a las ocho.