La cárcel de Melchor Romero, ubicada en la localidad bonaerense de La Plata, mantiene en forma temporaria a procesados por delitos de diversas jurisdicciones, hasta que el tribunal y los jueces determinen su destino definitivo. Ese es el caso de Máximo Thomsen, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Enzo Comelli, Matias Benicelli, Lucas, Ciro y Luciano Pertossi, quienes regresaron a la alcaidía después de que el Tribunal de Dolores los condenara por el asesinato de Fernando Báez Sosa.
Dicho penal, de alta seguridad, tiene diversas actividades las cuales se les permiten realizar a los presidiarios, como ir a escuela, tienen talleres, iglesia, campo de deportes y educación física, además de encuentros familiares. Sin embargo, los condenados por el crímen ocurrido en Villa Gesell, sólo pueden acceder al beneficio de los encuentros con sus familiares y salidas al patio en los momentos de “recreo”.
Esto es así, ya que los ocho se encuentran aislados del resto de los presos y están ubicados en el pabellón sexto de la Alcandía 3, donde cuentan con seguridad especial del Servicio Penitenciario. Este lugar tiene espacio para 25 personas y están ubicados allí los presos que son considerados peligrosos, o a quienes consideran que el resto de los privados de la libertad podrían lastimar.
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De hecho, los ocho rugbiers permanecerán en la órbita de Resguardo de Integridad Física hasta que se decida su destino final, para evitar ataques de otros presos. Cabe destacar que en una de las audiencias, Thomsen reveló -asesorado por Hugo Tomei- que escuchaba gritos de “los vamos a violar” y “sus cabezas ya tienen precio” por parte de los presidiarios.
Los condenados continúan encerrados en cuatro celdas divididos de a dos de esta manera:
Máximo Thomsen con Luciano Pertossi. Lucas Pertossi con Blas Cinalli. Ciro Pertossi con Matías Benicelli. Enzo Comelli con Ayrton Viollaz.En varias oportunidades, los ahora condenados se quejaron por las condiciones en las que estaban atravesando sus días, tanto por la falta de higiene como por la contaminación de la comida. Las instalaciones contemplan un inodoro por celda y una cama para cada detenido.