09 Julio de 2017 08:50
María Laura Alfaro, la fiscal de Lomas de Zamora que investiga el brutal asesinato de Ayelén Roldán, reveló los detalles que arrojó la autopsia realizada en el cuerpo de la niñera que estaba embarazada de seis meses. Descartada la hipótesis del suicidio por las marcas en su cuello, las hipótesis ahora apuntan contra la pareja de la joven de 19 años y el matrimonio que la había contratado para cuidar a sus hijos.
Ayelén tenía 19 años y estaba embarazada de seis meses.
“Murió por asfixia ocasionada por estrangulamiento por un lazo y la presión ejercida fue de dos a tres kilos durante aproximadamente un minuto”, precisó el informe del cuerpo forense. De esto se desprende que quien la atacó debió hacer mucha fuerza para poder asesinarla en tan poco tiempo.
Además, los peritos de la Policía Científica destacaron que el cuerpo de la joven presentaba marcas en los nudillos de sus manos, señal de que intentó defenderse al momento del ataque. Otra de las pesquisas, que ahora son analizadas en el laboratorio de La Plata, son los restos de ADN hallados debajo de las uñas de Ayelén.
Adrián Torres la había contratado como niñera.
Para esto, la fiscal ya ordenó la extracción de muestras tanto de la pareja de la joven asesinada, Hernán Valett (34), como las del matrimonio que la había contratado: Natalia Cottone y Adrián Torres.
El descargo de Hernán Valett, pareja de Ayelén
Una de las pistas claves para la fiscal es el cable encontrado en el tacho de basura de la escena del crimen: es por esto que los investigadores intentan establecer si fue el lazo utilizado para asfixiar a la joven de 19 años.
Natalia Cottone, mujer de Torres.
También se secuestraron cables de la casa que la víctima compartía con Valett durante los allanamientos ordenados por la fiscalía: uno de un ventilador y otro de un reproductor de DVD. Ambos tendrían características similares al utilizado para el homicidio.
La brutal escena del crimen
Por último, la Policía Científica confirmó que las puertas y las ventanas de la casa de Fleming 3550, en Glew, no fueron violentadas. Esto debilita la versión del matrimonio, que denunció algunos faltantes e intentó instalar la hipótesis del robo.